La testa coronada de Pilar Cisneros y Rodrigo Chaves

Luis Paulino Vargas Solís

Luis Paulino Vargas

¿En otros países existen pólizas de seguro que protegen a los jerarcas de la administración pública? Nogui Acosta, uno de esos jerarcas, afirma que sí. Por esta vez le creo, aunque admito que no es fácil creer nada de lo que diga, puesto que Nogui ha demostrado ser alumno aventajadísimo de Pilar Cisneros, quien, entre otros puestos de similar magnificencia, ocupa el cargo de Generalísima Plenipotenciaria del Real Instituto de Altos Estudios de la Mentira.

Bien, hagamos un gran esfuerzo para creerle al señor ministro, y convengamos en que, efectivamente, existen en otros países.

Nuestra ley no lo permite, aparte lo cual debemos preguntarnos: ¿es que alguna vez existió una póliza similar en Costa Rica? Jamás. Y, como es obvio, el riesgo de enfrentar demandas judiciales, del tipo que fuere, también amenazaba a quienes ocuparon esos mismos puestos en gobiernos anteriores. Y cuando digo “gobiernos anteriores” son TODOS los gobiernos anteriores. Los de hace 10 o 20 años, pero también –como les gusta a Chaves y Cisneros mencionarlo– los gobiernos de hace 70 u 80 años.

¿Qué tienen de especial las personas que ocupan esas posiciones jerárquicas en el gobierno actual para justificar que deban recibir el singular beneficio de contar una protección –pagada con recursos públicos– que no se le concedió a ninguna otra persona que ocupó cargos similares en el pasado?

Para responder esta pregunta, debemos irnos de vuelta a algo que he comentado varias veces: Chaves y Cisneros creen ser –exigen ser– la realeza de Costa Rica, la Familia Real de nuestro país. Pero no la realeza según se estila hoy día en algunos países de Europa, sino la de los tiempos del Absolutismo, allá por los siglos XVII y XVIII. Algo como la Francia de Luis XIV. Y, entonces, Cisneros y Chaves se creen estar por encima de las leyes y la Constitución, investidos de privilegios que nadie más tuvo antes. Y si Chaves y Cisneros tienen ese estatus de Realeza Absolutista –ticos con corona que llaman– obviamente tienen el poder para hace extensivo ese trato especial a quien deseen, en particular el equipo de sumisos jerarcas que les acompañan y conforman su Corte Real.

Se parece un poco al cuento del aumento de salarios para ministros y ministras. Admito que el salario era irrazonablemente bajo. Pero ¿era mucho mejor el salario que percibían los jerarcas del gobierno de Carlos Alvarado? Digamos que ligeramente mejor, por una cuestión derivada de la pérdida ocasionada por la inflación en los meses previos a la llegada al gobierno de Su Majestad Chaves. Pero la diferencia era muy pequeñita. Los ministros y ministras de Alvarado se lo aguantaron. Los servidores de Su Munificencia jamás.

Pero es que, además, el aumento fue aprobado al mismo tiempo que regía congelamiento salarial generalizado para TODAS las personas que trabajan en el sector público. Y, observe usted que ya vamos por el quinto año de congelamiento salarial, sin que sus Altezas muevan un dedo para corregir esa situación. Pero -¡faltaba más!- tratándose de la Corte de sus Altezas, el privilegio no requiere justificación: se justifica a sí mismo.

En otras palabras: ticos y ticas con corona.

– Economista, investigador independiente jubilado.

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