La seriedad de la política en broma y con fisga
William Hayden Quintero
Es interesante como se movieron los votos. Lo que era de esperar, toda la fracción del Partido Liberación Nacional (18) votaron por Rodrigo Arias, excepto Gabriel Jiménez, el triste Turqueso, quien votó por sí mismo (que ridículo) y al final como si nada hubiera pasado, al estilo de Judas, le dio un gran abrazo a Arias y casi se lo come a besos felicitándolo. De los 9 votos del Partido Unidad Social Cristiana Arias recibió 6, también las 5 diputadas independientes haciendo causa común con Gloria Navas, 3 del Partido Liberal Progresista, y la fresa en el pastel, el voto de Luz Mary Alpízar, como para meterle el dedo en la llaga de la frustración a Rodrigo Chaves quien perdió el pulso y tuvo que meterse su orgullo y bravuconadas en el huequito trasero de malos olores. Al final Rodrigo Arias cosechó 33 votos, y por cuarta vez presidente igualando el récord que tenía Francisco Pacheco, Papá Pitufo, en la legislatura del 2010-2014. Considerando que de los 33 votos recibidos 24 provienen del bipartidismo (PLN y PUSC) es un indicativo que estos partidos viejos y mañosos continúan pesando en el ajedrez político del país. ¿Irán coaligados a las elecciones presidenciales del 2026, pues no, porque ni Álvaro Ramos ni Carlos Hidalgo, por ego, abandonarán sus pretensiones.
Como diría Julio Cesar al cruzar el Rio Rubicón: La suerte está echada (alea iacta est) en cuanto al Poder Legislativo. Todo está consumado, il est finito. Nada pudo hacer el presidente Chaves en cuatro años y nada hará en el tiempo que sigue si continua con lo mismo de siempre, atacar, insultar, descalificar, burlarse de los diputados, ya para que, es una causa perdida, no le luce, es pecar de majadero y de necio, para recibir aplausos interesados de los ticos básicos y sobaditas en la espalda de Pilar que resentida con la nacionalidad costarricense que le dimos, le grita “no afloje mi presi”. A partir de mayo del 2026, casi a la vuelta de la esquina, porque el tiempo se escabulle como arena entre los dedos, ambos serán un mal recuerdo para la historia patria de Costa Rica. Pero puede emendar las cosas.
Si fuera emocionalmente inteligente puede cambiar de discurso, fumar la pipa de la paz que él apagó, nombrar a un ministro de la presidencia que tienda puentes y destruya los muros chavistas, logre un buen paquete de leyes emergentes en la educación, seguridad ciudadana, combate al crimen y al narco tráfico, ganarse aunque sea al final de su mandato el reconocimiento de miles de enfermos y pensionados del país que necesitan una Caja del Seguro Social recuperada financieramente, termine con las lacras de la lista de espera, las muertes prematuras de ciudadanos (algunos de ellos ticos básicos y jaguares) por falta de atención médica, deje de ser un lacayo de Trump, deje de imitar a Bukele, restablezca los diálogos de paz y deje de lastimar la democracia costarricense. Son poquitas cosas, pero de gran en vergadura y propias de un mandatario que respete y quiera a su país que le dio sus raíces, aunque ahora las desprecie.
Sugerencia bien intencionada. Dedicar una semana de este mes de mayo para que el presidente, su ministro de la presidencia, el Directorio de la Asamblea Legislativa y los jefes de fracción de los diferentes partidos, encuentren en encerronas productivas las soluciones efectivas a los problemas señalados. Eso es democracia, dialogo, coordinación, entendimiento, por un bien común, el bienestar y la paz del pueblo.
– Economista jubilado