La situación económica por venir

Roberto Dobles
roberto.dobles@gmail.com

Roberto Dobles

El coronavirus no solamente está creando una grave crisis sanitaria de enormes proporciones en el mundo, sino que también la crisis está afectando severamente todos los sectores de la economía de los países.

Conforme el coronavirus continúa expandiéndose en el mundo de manera estrepitosa afectando la salud y vida de las personas y creando un temor no visto en muchísimos años, los países se han visto obligados a tomar todo tipo de medidas de contención y mitigación que han venido afectando seriamente sus economías y han generado en cadena importantes rupturas.

La evidencia muestra de manera clara y contundente que, como consecuencia de la ralentización repentina e inesperada de la economía de los países del mundo, incluyendo Costa Rica, se están dando, en cascada, múltiples y muy diversos efectos devastadores económicos y sociales.

Entre otras cosas, se está dando una caída de grandes proporciones en el consumo y la producción en todos los países.

La siguiente muestra de opiniones de expertos, contenida en los artículos que se indican a continuación, da una idea de la situación que está por venir y para la cual el país debe preparase:

1.“¿Una mayor depresión?” (escrito por Nouriel Roubini, CEO de Roubini Macro Associates y Profesor de economía en New York University):

• “La sacudida que le está pegando la covid-19 a la economía global ha sido más rápida y más grave que la crisis financiera global (CFG) y hasta la Gran Depresión”.

2.“La carrera entre la economía y la covid-19” (escrito por Mohamed El-Erian, economista principal del Grupo Allianz):

• “Mientras que el coronavirus devasta una economía tras otra, la ciencia económica, y con ella los fundamentos analíticos para la correcta formulación de políticas y gestión de la crisis, se ve obligada a actualizarse a la carrera”.

• “Los gobiernos y los bancos centrales están tomando medidas inéditas para mitigar la desaceleración global y evitar una recesión global, que ya se da por cierta, de paso a una depresión (un riesgo inquietantemente alto)”.

3. “La política de la pandemia” (escrito por Joschka Fischer, ex Ministro de Relaciones Exteriores de Alemania):

• “Con la covid-19, el mundo enfrenta varias crisis en una: la emergencia sanitaria global gatilla la crisis en la economía, la sociedad civil y la vida cotidiana”.

• “Está por verse si habrá como consecuencia inestabilidad política, ya sea en el interior de los países o a escala global”.

• “La mayor parte de la actividad económica se está congelando en el mundo, dejando el escenario listo para una recesión planetaria”.

4. “How to restart national economies during the coronavirus crisis” (escrito por los economistas de la prestigiosa firma consultora internacional McKinsey & Company):

• “Si los intentos de detener la pandemia causan graves daños a las redes sociales y económicas, las personas experimentarán un sufrimiento a gran escala a mediano y largo plazo”.

• “El mundo debe actuar en ambos frentes al mismo tiempo, suprimiendo el virus y mitigando el impacto negativo en los medios de vida de los ciudadanos. El progreso que hagamos en estos dos frentes determinará la forma en que se dará la recuperación económica”.

5. “Will Our Economy Die From Coronavirus?” (escrito por Paul Romer, Premio Nobel de Economía en el 2018 y profesor de economía en New York University y Alan Garber, economista y médico rector de la Universidad de Harvard):

• “El Covid-19, la pandemia más amenazante del siglo, ha precipitado tanto una crisis de salud como una crisis económica”.

• “Si mantenemos nuestra estrategia actual…, la mayoría de nosotros todavía estaremos vivos. Es nuestra economía la que estará muerta”.

6. “Perspectivas para la recesión por venir” (escrito por Kenneth Rogoff, ex economista principal del Fondo Monetario Internacional y profesor de Economía y Políticas Públicas en la Universidad de Harvard):

• “Con cada día que pasa, la crisis financiera global del 2008 se va pareciendo cada vez más a un mero ensayo para la catástrofe económica actual”.

• “El derrumbe inmediato de la producción mundial, que ya está en curso, parece destinado a ser a ser comparable o superior a toda recesión de los últimos 150 años”.

• “Nada evitará una profunda desaceleración económica y una crisis financiera. La pregunta clave ahora es cuáles serán la gravedad y la duración de la recesión”.

Estos comentarios arriba son parte de los escenarios a lo externo que le esperan al país en el ámbito económico y social.

Si bien la gran prioridad inmediata es y seguirá siendo el diseño e implementación de una respuesta sanitaria contundente y efectiva, paralelamente el país debe ir tomando de manera simultánea todas las medidas que sean necesarias para contener y mitigar los efectos económicos negativos y para potenciar posteriormente la recuperación económica dentro del marco de un entorno muy diferente al que teníamos antes de la crisis.

Se deben evitar igualmente las medidas económicas que puedan profundizar innecesariamente y agravar aún más la situación económica y social y que obstaculicen la recuperación posterior de la economía. Urge aumentar la generación de recursos fiscales a través del crecimiento económico y disminuir el desempleo y la pobreza, entre otras cosas.

Al inicio de la crisis provocada por el coronavirus, la economía nacional ya estaba maltrecha con un paupérrimo crecimiento, un déficit fiscal en aumento, una deuda pública con una espiral creciente, un alto y progresivo desempleo, altos niveles de pobreza, entre otras cosas.

Hay que pensar desde ya en las medidas efectivas que nos lleven a reducir al máximo los efectos económicos recesivos durante el período de crisis y a impulsar la recuperación económica y social posterior.

En este sentido, el reto es que la economía nacional no caiga más de lo necesario y que la recuperación posterior sea eficaz y en el menor tiempo posible.

Algunas de las medidas de carácter económico y fiscal parecieran no estar alineadas con lo que los países exitosos están haciendo y con lo que los organismos internaciones están recomendando.

Un ejemplo de esto es poner más impuestos para supuestamente salir de la crisis económica, cuando muchos países no lo están haciendo.

Un artículo de CRHoy titulado “Plan de impuesto al salario contradice recomendaciones de organismos internacionales”, señala lo siguiente:

• “La propuesta del gobierno costarricense de implementar un impuesto a los salarios mayores a ₡1,1 millones mensuales para ayudar a paliar la crisis que atraviesa el país producto del COVID-19, contradice todas las recomendaciones otorgadas hasta ahora por organismos financieros internacionales”.

• “Además, la idea tampoco encaja con las medidas adoptadas por los demás países que ya sufren los desequilibrios económicos. Entre los países del continente americano, Costa Rica es el único que ha planteado esta opción”.

• “De todos los países del continente americano, Costa Rica es el único que habla de colocar nuevos impuestos, al analizar las medidas en materia de política fiscal”.

Otra medida negativa que estaría por tomarse en Costa Rica es el aumento que se pretende hacer de los impuestos a los combustibles derivados de petróleo importados, que abastecen casi las dos terceras partes de las necesidades energéticas nacionales, cuyos precios e impuestos ya son más altos que los de muchos países de la región.

Esta medida de aumentar aún más los impuestos de estos combustibles afectaría la situación económica actual e impulsaría aún más la recesión en la que está entrando la economía nacional, así como la posterior recuperación.

También afectaría negativamente la competitividad energética y, consecuentemente, la competitividad nacional, entre muchas otras cosas. Esta pérdida de competitividad del país beneficiaría grandemente la importación de bienes y servicios producidos en otros países y desfavorecería la producción nacional y las exportaciones, generando todavía menos crecimiento y más desempleo y pobreza.

La maltrecha economía nacional que ya existía antes de iniciarse la crisis se vería así aún más afectada. En particular cuando otros países en el mundo no están tomando esta clase de medidas, lo que nos pone en una clara desventaja.

Conclusión

La recuperación económica del país será muy compleja debido a la fragilidad y al deterioro de la economía nacional y a que el mundo está entrando en una situación de amplio deterioro económico, cosa que no existía antes de la crisis del coronavirus.

Y a pesar de la situación económica externa favorable anterior, muy diferente a la actual y a la que está por venir, el crecimiento de la economía nacional era paupérrimo y no satisfacía las necesidades nacionales.

En ese entorno favorable antes de la crisis, el país generaba un alto y creciente desempleo y empleo informal, un alto y creciente déficit fiscal, altos niveles de pobreza, baja generación de recursos fiscales por crecimiento económico y una alta y creciente deuda pública, entre muchas otras cosas.

Y si además se dieran medidas económicas y fiscales no apropiadas, la crisis económica y social nacional se acentuaría aún más y la posterior recuperación sería aún más profunda y prolongada y, posiblemente, sin siquiera llegar al escaso crecimiento económico que teníamos antes de la crisis.

Esto podría llevarnos a mayores calamidades con una disminución del bienestar social e individual y a un mayor sufrimiento nacional por razones económicas.

Ante la enorme carencia de recursos que el país tenía antes de la crisis del coronavirus y las necesidades mucho mayores de recursos que el país va a tener posteriormente a esta crisis, lo curioso es que la política económica nacional impida aprovechar la enorme riqueza que el país tiene en su subsuelo, tanto energética (como el gas natural, que va a desplazar al petróleo como la principal fuente de energía del mundo) como no energética (minerales, etc.).

Esta gran riqueza nacional podría ser aprovechada sosteniblemente con las tecnologías más avanzadas que además están en continua evolución, la cual generaría grandes cantidades de recursos fiscales y no fiscales e impulsaría un importante crecimiento económico.

Lo anterior de manera complementaria a las otras actividades existentes (que no han podido asegurar el creciente económico que el país requiere) y a otras nuevas, como lo hacen exitosamente gran cantidad de países desarrollados y en vías de desarrollo.

La política económica actual, vista a través de la realidad expuesta por los datos (los resultados) y no a través de los planes de papel (que terminan no teniendo los efectos que señalan), prefiere dejar esa riqueza nacional donde está (en el subsuelo) y más bien conduce a dos consecuencias de impacto muy negativo para el país:

Importar cada vez más y masivamente esos recursos naturales caros energéticos (derivados de petróleo) y minerales a un alto costo para la sociedad. Los derivados de petróleo importados han venido creciendo más rápidamente que las fuentes renovables nacionales de energía.

Aumentar los impuestos y la deuda pública para gastos, como si el aumento de los impuestos y de ese tipo de deuda generara riqueza nacional y crecimiento económico, cuando es todo lo contrario.

No es así que el país va a poder satisfacer sus apremiantes necesidades económicas y sociales en un entorno nacional de crecientes requerimientos de recursos y de una escasa y reducida disponibilidad de ellos.

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