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Es un concepto desarrollado principalmente por el pensador italiano Antonio Gramsci en sus Cuadernos de la cárcel. Se refiere a un proceso de transformación social, política o económica en el que se introducen cambios significativos desde arriba, es decir, sin una movilización revolucionaria masiva del pueblo, y con el objetivo de preservar el orden existente o evitar una revolución más radical.
Características principales de la revolución pasiva
Cambio sin ruptura violenta: Aunque se producen transformaciones importantes, estas ocurren sin una revolución en el sentido clásico de sublevación popular violenta.
Transformaciones controladas por las élites: Los cambios son promovidos y gestionados por las clases dominantes o sectores del Estado para adaptarse a nuevas condiciones históricas, sin ceder el poder real.
Cooptación de demandas populares: Las élites pueden adoptar ciertas demandas del pueblo para neutralizar su impulso revolucionario y evitar una ruptura más profunda.
Modernización conservadora: Es común que este tipo de procesos sirvan para modernizar estructuras políticas o económicas sin democratizar el poder ni modificar sustancialmente las relaciones sociales de fondo.
Ejemplos históricos
La unificación italiana (el Risorgimento): Gramsci consideraba que fue una revolución pasiva porque modernizó el Estado italiano sin una participación popular amplia ni cambios radicales en las estructuras sociales.
El bonapartismo (Napoleón Bonaparte y luego Napoleón III): Centralizaron el poder y promovieron reformas económicas y administrativas, pero manteniendo el control autoritario y evitando la revolución socialista.
Procesos de neoliberalización en América Latina (según algunos autores): Gobiernos que aplicaron reformas estructurales bajo presión internacional o interna sin que mediaran grandes luchas populares, adaptando los Estados a nuevas formas de capitalismo.
La revolución pasiva es una forma de cambio sin revolución, en la que se modifica el sistema sin alterar sus fundamentos, y sirve para conservar el poder bajo nuevas formas. Es una herramienta útil para entender cómo los sistemas pueden adaptarse y sobrevivir a través de reformas desde arriba.
Gramsci (revolución pasiva) y Berntein (reformismo)
Hay similitudes entre la idea de «revolución pasiva» de Gramsci y el reformismo de Eduard Bernstein, aunque también existen diferencias clave. Vamos a comparar ambos enfoques para aclararlo:
Similitudes
Ambos rechazan la revolución violenta como vía principal de cambio:
- Bernstein proponía que el socialismo podía alcanzarse gradualmente a través de reformas dentro del sistema democrático liberal.
- La revolución pasiva, en términos de Gramsci, también implica cambios sin ruptura violenta, aunque no necesariamente con fines emancipatorios.
Transformaciones dentro del orden existente:
- Bernstein confiaba en el progreso parlamentario y la expansión de derechos para transformar el capitalismo.
- La revolución pasiva describe un proceso en el que se introducen cambios sin subvertir completamente las estructuras dominantes.
Diferencias fundamentales
Aspecto | Bernstein (reformismo) | Gramsci (revolución pasiva) |
---|---|---|
Protagonismo | Movimiento obrero y partidos socialistas | Elites dominantes (burguesía, Estado) |
Intención | Lograr el socialismo mediante reformas democráticas | Neutralizar amenazas revolucionarias manteniendo el poder |
Evaluación política | Positiva: el camino evolutivo hacia el socialismo | Crítica: adaptación conservadora que bloquea la revolución real |
¿Por qué Gramsci se distancia de Bernstein?
Gramsci critica el economicismo y el evolucionismo ingenuo de Bernstein. Para él, no basta con esperar que el desarrollo económico conduzca inevitablemente al socialismo. En cambio, hace énfasis en la hegemonía cultural, la lucha por el consenso y el papel activo de los intelectuales y partidos revolucionarios. La revolución pasiva, en su obra, es una advertencia: los cambios superficiales pueden desactivar las fuerzas revolucionarias si no hay una estrategia política clara y organizada desde abajo.
La revolución pasiva y el reformismo de Bernstein comparten la idea de cambio sin revolución violenta, pero difieren en el sujeto del cambio, su finalidad y su valoración crítica. Bernstein lo ve como una vía legítima hacia el socialismo; Gramsci lo analiza como una forma en que el sistema sobrevive y se adapta para evitar su superación real.