La Patrulla Internacional de Bares: Un oasis en medio del desierto (State 48 Tavern)

Especial para Cambio Político

Misión: State 48 Tavern Dónde: Page, Arizona en EE. UU. (ver mapa)

En esta incansable y sacrificada búsqueda de lugares exóticos alrededor del mundo, y así poder hacer una crónica para nuestros lectores, de nuevo nos vimos en el territorio del Tío Sam. Solo que esta vez, un poco alejados de la civilización y el mundanal ruido, en medio del desierto de Sonora (la parte que le corresponde a EE.UU.) Bueno ni tan alejados, porque ahora todos estos lugares turísticos están llenos de chinitos por todo lado, que aparecen hasta en la sopa. Muy modositos, pero en grandes cantidades. Lo que otrora fue la invasión de los japoneses, ahora es de los chinitos. Cómo ha cambiado el mundo…

State 48 Tavern está en la ciudad de Page, en el estado Arizona cerca de la represa del cañón de Glen y el lago Powell (a menos de 5 minutos en carro), que junto al área recreativa del cañón de Glen son algunas de las importantes atracciones turísticas de la región. Page está ubicada en el condado de Coconino, al norte de Arizona, muy cerca de la frontera con Utah. En el censo del 2010 tenía una población de solo 7 247 habitantes, y una densidad poblacional de 168 hab/km2. Se encuentra a orillas del río Colorado. Asimismo se halla relativamente cerca (aproximadamente unos 150 km), al este del Gran Cañón.

Este Cronista pernoctó una noche en Page, y como ya saben “la ocasión la pintan calva”, nos dimos a la tarea de buscar un lugar donde libar algún néctar local, y por supuesto, probar algo de la comida de la comarca. Los lugareños nos recomendaron la State 48 Tavern en la ciudad, que lleva ese nombre por ser Arizona el estado número 48 de la unión.

El lugar es muy acogedor, dividido en tres secciones. Hay una que podría llamarse el comedor formal, para aquellos que van más por la comida que otra cosa, junto a la sección a donde está la barra con algunas mesas, que es más informal y donde parece que llegan los locales; de más está decir que este fue el lugar donde este Cronista la pasó más a gusto. La tercera sección es en la parte de afuera y funciona como una zona mixta, que normalmente se usa para cuando el local está lleno, que parece ser algo muy habitual. Este Cronista y los patrulleros, tuvimos que esperar como media hora a poder ser ubicados en alguna de las secciones, con el agravante que una parte de la sección exterior estaba inhabilitada porque uno de los calentadores no estaba funcionando (era a mediados de otoño y ya hacía bastante frío en la noche).

Pero como dice aquella frase “a lo que vinimos”, que inmortalizaron en un salón de baile —ya tristemente desaparecido—, y suplantado por un vulgar supermercado; vamos a las bocas que es lo que interesa al respetable.

Como en otros pubs o tabernas de gringolandia, hay un menú tipo restaurante, en este caso un poco fino, incluso hasta recomiendan el maridaje del plato con algún tipo de vino ¡incluso las bocas!. Lo anterior, por supuesto, a este cronista le pareció una gran polada, además que los patrulleros no estamos acostumbrados a esas yigüirradas. Así que solamente nos fijamos en el menú de bocas o appetizers como les llaman por esos rumbos, sin hacerle caso a esas recomendaciones, que la verdad no son de recibo para patrulleros de nuestra estirpe, acostumbrados a cantinas piso’e’tierra y boca de confite.

El menú de “bocas”, aunque con pocas opciones, se puede decir que son “solo bueno”. Se pidió un aguacate rebozado, con salsa ranch de la casa, acompañado con una cerveza local llamada “Grand Canyon Pale Ale”, una combinación mortal. Camarones con coco rociado, vienen acompañados con puré de mango y son servidos con salsa agridulce, verdadera ambrosía. Alitas Jumbo, en porciones de una o media docena; con una elección de salsa casera, que puede ser Búfalo, BBQ Bourbon, BBQ asiática picante, BBQ miel o jamaicano Jerk Dry Rub; una patrullera creyendo que eran normales, pidió la orden de una docena, y terminó suplicando que la ayudáramos a terminar el plato, las acompañó con la salsa BBQ miel, y resultaron fenomenales. Bollitos de carne de res Angus, vienen en porciones de dos o cuatro bollitos, con cebolla caramelizada, encurtidos, queso cheddar y alioli de la casa servidos en bollitos. La carne muy fresca, quizás parezcan mini hamburguesas, pero la cubierta de papa, hace que la textura y sabor sean muy diferentes. Papas fritas State 48, son las clásicas papas fritas mezcladas con limón, pimienta y queso parmesano; bien horneadas y tostaditas, nada que ver con las papas de los servicios de comida rápida. Las Papas fritas cargadas vienen cubiertas con aguacate, frijoles negros, queso feta y aderezo ranch. Carne Asada, viene marinada, con salsa de queso de la casa, pico de gallo, salsa búfalo y rebanadas de chile verde. A lo anterior hay que agregarle una gran cantidad de diferentes sandwiches, al mejor estilo gringo.

El lugar es bonito, y se ve que tiene ambiente, por lo menos en el lado de los lugareños. Si vienen por estos rumbos, es el lugar a visitar. Tampoco es muy caro, salvo, claro, por los platos fuertes y el vino, del que tienen una buena selección, al igual que de las cervezas tipo draft. Incluso es el balance ideal o como dice su eslogan “coma bien, tome bien, viva bien”.

En el sitio web de la taberna se puede ver el menú completo y en Facebook una galería de fotos que incluye la comida.