La Patrulla Internacional de Bares: para los ricos y famosos (Tavern on the Green)

Especial para Cambio Político

Misión: Tavern on the Green Dónde: Central Park, Nueva York USA (ver mapa)

Este Cronista regresó a la capital del mundo, Nueva York, esta vez dispuesto a patrullar “The best of the best” (lo mejor de lo mejor), eso si, en términos cantinescos, que es la misión que siempre tenemos en cualquier lugar del mundo en que estemos. Claro, hablar de cantinas en el gran país del norte es muy relativo, como ya sabemos a los gringos les da por lo sofisticado. Pero el parámetro siguen siendo, por supuesto, las bocas o como las llaman en esos lares, appetizers.

En esa búsqueda incansable de lugares para patrullar, dimos con uno de esos imperdibles. Mientras íbamos caminando por la acera del costado oeste del Central Park hacia el mítico lugar “Imagine”, en honor del ex Beatle John Lennon, notamos en un área boscosa del parque, un pequeño aviso un poco escondido, que mencionaba algo de una taberna, y nos dijimos: definitivamente hay que investigarlo. Así que cuando veníamos de vuelta, lo buscamos, y resultó ser un bar restaurante con una historia y tradición enorme.

El lugar se llama Tavern on the Green (algo así como Taberna en el Zacate) y está situado en el Central Park en Manhattan, Nueva York, cerca de la intersección de Central Park West y West 66th Street en el Upper West Side. Es único en su estilo en ese icónico lugar, y por si fuera poco uno de los mejores bares y restaurantes en todo Manhattan. Resultó un lugar muy sofisticado, al que incluso, si desean visitarlo, hay que hacer reservación. Como los patrulleros somos piso’e’tierra, eso de reservar no va con nuestra idiosincrasia, así que íbamos a desistir de hacer la patrulla, cuando nos dimos cuenta que el lugar tiene lo que los gringos llaman una terraza o patio, que es una sección del lugar al aire libre, abierto al público en general sin necesidad de reservar. De casualidad habían pocos clientes, así que entramos en el llamado Beer Garden, parte del histórico lugar.

Tavern on the Green originalmente se construyó como un corral en la década de 1880, para albergar a las 700 ovejas de Southdown que pastaban en el Prado de las Ovejas de Central Park. El edificio del corral se transformó en un restaurante en 1934, como parte de la renovación del parque de ese entonces. Desde su apertura hasta el presente ha funcionado como restaurante, solo con una breve interrupción del 2009 al 2014, para hacerle una renovación multimillonaria.

En cuanto a las bocas, no hay palabras, son el séptimo cielo de las bocas gourmet. Al degustarlas, la seducción de los sentidos es tan penetrante, los caprichos de la imaginación son tan violentos, que el espíritu se forja un sueño lleno de deleites y éxtasis gastronómicos vivo y variado.

Empezamos con los huevos a la diabla, que son una verdadera delicia y una obra maestra del chef. Se puede pedir en dos presentaciones; el clásico de tres porciones, con tocino o salmón ahumado y el de nueve porciones que son tres porciones clásicas, esto para los más hambrientos o para compartir. En nuestro caso pedimos el de tres porciones, para dejar campo para otras delicias del menú. Para los que cuidan la línea o son vegetarianos (¡guacala!), hay dos bocas que se pueden pedir y que son excelentes, de hecho una patrullera pidió las dos. Se trata de la llamada crudité que son verduras crudas, acompañadas de salsa Bagna Cauda tibia, y las verduras en escabeche, que es un platillo con coliflor, pimientos, zanahorias, calabaza, apio, hinojo, jalapeño; excelentemente presentado, pero nada más. El coctel de carne de cangrejo jumbo, con carne de cangrejo gigante, acompañado con vinagreta de limón y trufa, aguacate, y cebollino. La sopa de cebolla francesa caramelizada viene con quesos gruyère y parmesano. El imperdible en Nueva York es el clásico pretzel jumbo, que como su nombre lo indica es un pretzel gigante, acompañado con salsa de queso caliente y mostaza; es como un almuerzo completo, el queso, junto a la mostaza le dan el sabor en su punto. El plato de quesos y embutidos es de lo mejor de la casa, una verdadera delicatessen acompañada con mostaza de la casa, pepinillos y pan crujiente. Las albóndigas al horno vienen en dos porciones con queso pecorino, dip de salsa de tomate suave y panecillos de papa. Las papas fritas con parmesano trufado es una boca de papas a la francesa, que parece sencilla, pero que por su presentación como dicen “valio el boleto”, bien tostaditas y acompañadas con mayonesa de trufa negra; sencillamente espectaculares. Y para terminar, la pièce de résistance del menú es definitivamente la hamburguesa de la casa (the tavern burger), de las mejores hamburguesa que ha probado este Cronista; es una gloriosa hamburguesa con carne molida envejecida, queso americano, pepinillo y acompañadas de papas a la francesa con sal y vinagre. Y, no deben dejar de pedir una orden de pan, que aunque no es realmente una boca, vale la pena por la variedad de tipos de pan y las salsas de acompañamiento.

Como estamos en pandemia, en Tavern on the Green también se adaptaron, y ofrecen todo el menú del bar “tavern-to-go” (para llevar). Esto por si no pueden ir al lugar, aunque se perderían la mejor parte, que es la sensación única de tomarse una cerveza en el Central Park en ese legendario lugar; que como dice el anuncio es algo que “no tiene precio”.

Vista de 360° del Beer Garden:

Dentro de la generosa oferta de cervezas, este Cronista probó una clásica porter de chocolate y mantequilla de maní, con un acabado suave y seco y el lúpulo justo para equilibrar los aromas y sabores de la malta tostada, el chocolate y la rica mantequilla de maní. El nombre de “Sweet baby Jesus!” se debe a que supuestamente los gringos al probarla por primera vez dicen esa frase o como dice la propaganda “Un sorbo y… ¡exclamarás el nombre!”. Nosotros no llegamos a tanto, pero si alguna vez vienen a este lugar, tienen que probarla, pues con su sabor y el 6,2% de alcohol, la hacen una experiencia única. De los vinos, ni se diga, la carta es de lo mejor y más caro también.

A lo largo de su historia, Tavern on the Green ha sido frecuentado por destacados actores, músicos, políticos y escritores, como se dice la crème de la crème, y ahora, tuvo la visita de este Cronista y patrulleros acompañantes, que no quisimos ser menos. El lugar también ha recibido varios premios, entre ellos los del mejor restaurante del Upper West Side de Manhattan y el de la mejor carta de vinos.

Reforzando su estatus icónico y su estilo cinematográfico, Tavern on the Green ha aparecido de forma destacada o se ha mencionado en numerosas películas a lo largo de los años, entre otras: Una mujer descasada (1978), Arturo, el millonario seductor (1981), Wall Street (1987), Arturo 2 (1988), Eternamente Amigas (Beaches) (1988), Crímenes y pecados (1989), Stella (1990), Susurros en la oscuridad (1992), Perdidos en Nueva York (1999), y Alfie (2004).

Tavern on the Green cuenta con sitio web y las principales redes sociales como Facebook e Instagram. También en el establecimiento hay una bonita tienda de regalos donde podrá comprar todo tipo de memorabilia del lugar.