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Especial para Cambio Político
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Misión: Bar Pachis Dónde: Los Ángeles de San Rafael de Heredia (ver mapa) |
Bar Pachis no es de esos bares modernos con luces raras y DJ, en este lugar el ambiente es más relajado: tele para ver el partido (cuando hay clásico se pone bueno), y mesas donde uno puede echarse una birra con los compas sin que lo estén apurando. El ambiente es 100% de pueblo, con ese toque tradicional que cuesta encontrar hoy en día.
Bar Pachis es de esos que no necesitan anuncios ni redes sociales para llenarse. Aquí la clientela llega por el boca a boca y por la buena vibra que siempre hay. No importa si uno es de la localidad o si viene por primera vez, como fue nuestro caso, en cuestión de minutos ya se está hablando con alguien como si uno fuera compa de toda la vida.
Uno de sus mayores encantos es que conserva ese aire de autenticidad que muchos lugares han perdido con el tiempo. La decoración es sencilla pero cálida, y el trato que dan los dueños y el personal es lo que realmente marca la diferencia: aquí uno no se siente cliente, se siente parte de la casa. Es un bar de confianza, como los de antes.
Anecdotas que valen oro
Una vez, en un clásico Saprissa – La Liga, el bar estaba lleno hasta la acera. A falta de espacio, los compas armaron una banca improvisada con cajas de cerveza vacías… que aguantaron justo hasta que Saprissa metió el gol del empate. El brinco fue tanto que todo se vino al suelo y uno terminó con los patacones en la camisa. Pero nadie se enojó, ¡al contrario! Entre risas y boquitas, se armó una ronda más y la noche siguió como si nada.
Otro día, un señor que siempre cae solo y se sienta en la misma mesa pidió la misma canción cinco veces en la rockola: “Te hubieras ido antes”. Nadie se atrevió a decirle nada porque se notaba que la estaba pasando mal… hasta que sacó el celular, se rió y dijo: “¡Era para que la escuchara mi ex que está aquí afuera parqueada!” El bar estalló de risas y hasta le invitaron un trago.
Y no podemos olvidar el cumpleaños del “Negro”, uno de los parroquianos más queridos del lugar. Llegó pensando que iba a tomarse una birra tranquilo, y terminó con una fiesta sorpresa, piñata incluida. ¿Lo mejor? La piñata tenía guaro en lugar de confites. Clásico Pachis.
El menú no es nada complicado, con solo 20 bocas, pero cumple. Probamos la costilla de cerdo, el chifrijo Pachis, la pata de cerdo, el picadillo de papa, el gallo de chorizo, y los tacos de jamón y queso. Quizás la única decepción de las bocas, fue el gallo de chorizo, que no estaba bueno, más que todo por el sabor. Lo típico que uno quiere cuando anda con hambre.
Las birras, bien frías como debe ser. También hay guaro, ron, tequila, etc. En nuestro caso nos tomamos una Smirnoff Ice, y al final, para no desentonar con el lugar, un jaibol de guaro con Coca-Cola.
No importa si uno es de por ahí o si anda turisteando por Heredia, como fue nuestro caso, el Bar Pachis es uno de esos lugares que hay que conocer. No es lujoso, pero tiene alma, y eso vale más que cualquier decoración fancy. Si quiere pasarla bien sin complicarse, ya sabe dónde caer.
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