Septiembre 14, 2023
Por Corresponsal de IPS
VIENA – La Organización de Países Exportadores de Petróleo (Opep) rechazó este jueves 14 los pronósticos de la Agencia Internacional de Energía (AIE, de países consumidores industrializados), en el sentido de que la demanda de combustibles fósiles alcanzará su punto máximo antes de 2030 y luego declinará.
En una declaración divulgada justamente el día en que la Opep cumple 63 años de su fundación en Bagdad, el kuwaití Haitham Al Ghais, secretario general de la organización, afirmó que “esas narrativas solo preparan el sistema energético global para fracasar espectacularmente”.
Tal fracaso “conduciría a un caos energético a una escala potencialmente sin precedentes, con consecuencias nefastas para las economías y miles de millones de personas en todo el mundo”, abundó Al Ghais.
La Opep está formada por Angola, Argelia, Arabia Saudita, República del Congo, Emiratos Árabes Unidos, Gabón, Guinea Ecuatorial, Irán, Iraq, Kuwait, Libia, Nigeria y Venezuela, y produce en conjunto más de 30 millones de barriles (de 159 litros) de crudo por día, aproximadamente un tercio de la demanda mundial.
De su lado la AIE, entidad rival durante medio siglo, prepara la publicación en cuestión de días de su informe de perspectiva energética mundial, y un adelanto fue divulgado por su director, el economista turco Faith Birol.
“Estamos siendo testigos del comienzo del fin de la era de los combustibles fósiles y tenemos que prepararnos para la próxima era”, afirmó Birol, y agregó que la demanda de petróleo, gas natural y carbón alcanzará su punto máximo antes de 2030.
Según Birol, “en el sector energético tradicional existe un tabú que impide sugerir que la demanda de los tres combustibles fósiles pueda entrar en declive permanente”, con base en datos de crecimiento de la demanda, “pero esta era de crecimiento aparentemente incesante va a llegar a su fin esta década”.
Según cifras de la trasnacional británica British Petroleum, el consumo mundial de combustibles líquidos pasa de 100 millones de barriles diarios (90 millones hace una década), y el de gas natural es de unos cuatro billones (millones de millones) de metros cúbicos, contra 3,3 billones 10 años atrás.
También la demanda de carbón pasa de 8300 millones de toneladas, mientras que hace una década no llegaba a 8000 millones.
El análisis de la AIE sostiene que el consumo de los tres principales combustibles fósiles comenzará a disminuir en esta misma década debido al rápido crecimiento de las energías renovables y la difusión de los vehículos eléctricos.
Según la Opep “los pronósticos consistentes y basados en datos no respaldan esta afirmación”, por lo que resulta “una narrativa extremadamente arriesgada y poco práctica descartar los combustibles fósiles o sugerir que están al principio de su fin”.
“Lo que hace que tales predicciones sean tan peligrosas, es que a menudo van acompañadas de llamados a dejar de invertir en nuevos proyectos de petróleo y gas”, destaca el mensaje de la organización.
Más aún, “este pensamiento sobre los combustibles fósiles está impulsado ideológicamente, más que basado en hechos”, según la Opep, y “no tiene en cuenta el progreso tecnológico que la industria continúa logrando en soluciones para ayudar a reducir las emisiones”, de gases de efecto invernadero.
Para la Opep, el enfoque de Biro y la AIE “tampoco reconoce que los combustibles fósiles siguen representando más del 80 % de la combinación energética mundial, igual que hace 30 años, ni que la seguridad energética que proporcionan es vital”.
También un reciente estudio de la corporación estadounidense Exxon vaticinó que al promediar el siglo el petróleo y el gas suministrarán al menos 54 % de los productos energéticos que consumirá el mundo, y la demanda de petróleo será de unos 85 millones de barriles, aun si desde 2035 cada auto nuevo vendido fuese eléctrico.
A tono con la tendencia, la Opep reivindica que sus países miembros “están invirtiendo fuertemente en proyectos de hidrógeno, instalaciones de captura, utilización y almacenamiento de carbono, la economía circular del carbono y también en energías renovables”.
“Consciente del desafío que enfrenta el mundo para eliminar la pobreza energética, satisfacer la creciente demanda y garantizar energía asequible al mismo tiempo que se reducen las emisiones, la Opep no descarta ninguna fuente o tecnología de energía”, sostuvo su secretario general.
Por eso la organización “cree que todas las partes interesadas deben hacer lo mismo y reconocer las realidades energéticas a corto y largo plazo”, concluyó Al Ghais.
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