El Café de las 7
Welmer Ramos González
Con suma atención observé y escuché el informe que presentó la Señora Presidenta de la CCSS. Cómo ya he visto tanto el accionar del hígado en la política, me propuse ver las metas que propondría la Presidenta para su labor al frente de la institución. Al final, tenía una única filmina titulada “Nuestros Compromisos” con tres puntos: construir el hospital de Cartago, un hospital en Limón y cito textual el tercero: “EBAIS prioritarios y hasta donde alcance la cobija”, y ningún compromiso más. De inmediato reacciona el raciocinio del espectador: y las listas de espera, y el déficit de especialistas, y la dotación de tecnología para mejorar el diagnóstico (ahora con 5G), y la universalización de los servicios, y ni que decir de la parte previsional para los ancianos no cotizantes y demás población vulnerable, entre otras urgencias; de eso nada se dijo. ¡No hay compromisos al respecto!Pero más aún, los compromisos son “hasta donde alcance la cobija” y nada más. Y dónde queda el Derecho Humano a la Salud, a tener dónde le alivien el dolor a la ciudadanía, dónde le defiendan la vida; eso para la Presidenta lo limita al ámbito financiero, muy típico de los conservadores políticos. Y dónde quedan los fallos de la Corte Interamericana de Derecho Humanos que dicen: “El derecho a la salud es un Derecho Humano consagrado a favor de toda persona, sin distinción de ninguna naturaleza. Por tal motivo, la protección de la salud de la población constituye una función esencial del Estado; por ello, la persona es la razón de ser de todo el sistema”.
Y abunda la señora Presidenta de la CCSS: abriremos nuevos “EBAIS conforme la indicación de la Contraloría General de la República, hasta donde alcance la cobija. No vamos a seguir comprometiendo los recursos de la Caja si no tenemos claridad de dónde viene la plata y si podemos hacer esa inversión. Debo decirles que sólo en el Hospital de Puntarenas que entraría en operación el próximo año el gasto en menos de cuatro años se cuadruplica”, lo enunciado por la Señora, ni más, ni menos, que es un aviso claro, a voz fuerte y diáfana, diciendo: en salud NO NOS COMPRAMOS LA BRONCA.
Si el doctor Calderón Guardia, Manuel Mora y Monseñor Sanabria, hubieran hecho cálculos mezquinos, nunca habrían creado la benemérita institución y, si José Figueres Ferrer, hubiera sido un financista de seguro que la elimina en 1948, pero eran estadistas, personajes que veían por encima del negocio financiero (de rentabilidad privada), y ponían la mirada en el bienestar del pueblo (bienestar social). Ya veremos que plata hay para enfrentar las demandas de la salud.
La filmina de los compromisos se quedó raquítica. Le faltó por lo menos decir que el Gobierno actual iba a hacer esfuerzos por pagar un quinto de la deuda histórica a la CCSS, le faltó decir que plata hay y de sobra, si se recoge la mitad de la evasión tributaria, si se le ponen portillos al traslado de utilidades de grandes capitales nacionales a paraísos fiscales, si se baja la alcahuetería del pago de sobretasas de interés por la deuda pública, si se administran con eficiencia las aduanas y si se revisan a conciencia las múltiples leyes de exoneraciones sin control alguno, etc. Pero en este terreno el Gobierno no quiere “comprarse la bronca” y prefiere restarle derechos a la población más vulnerable en el campo de la salud y en otros también.
Dice la Presienta que ella es “responsable” porque no invierte dinero en ampliar los servicios de salud; al contrario, eso es lo más irresponsable que he oído en cuanto a las soluciones al Sistema de Salud Pública.
Claro que los gastos en salud a nivel de país van a aumentar de manera acelerada: la población proporcionalmente envejece, los pobladores crecen, el afán de lucro de las empresas farmacéuticas no tiene límites, entre otras razones. Pero esas han sido y son las reglas del juego y Costa Rica las ha jugado bastante bien en el pasado, a pesar de los miles de problemas que prevalecen en la CCSS. Y claro que hay que corregir lo que esté mal y ser vehementes, pero la junta directiva y el gobierno, deben saber que no basta con eso.
Si al grupo que está frente a la CCSS, únicamente les alcanza para la crítica, pidan ayuda o den campo, pero no se vale decir que van a empequeñecer los servicios que requiere la población con urgencia.
Señores y señoras de la Junta Directiva de la CCSS, por respeto a un DERECHO HUMANO, como es la defensa de la vida, el alivio del dolor, la salud para una vida plena, ni por asomo sigan con la intención de privatizarla, de dejar esta área vital del ser humano en manos del mercado. Porque no hay mercado más desigual que el de la salud, donde el paciente está obligado a pagar lo que le cobren para defender la vida.
Señora Presidenta de la CCSS, en este caso se invierten los papeles: lo que en finanzas empresariales es responsable en esta área es IRRESPONSABLE. Dinero hay pero el Gobierno no quiere cobrarlo.
Dios libre esta señora al frente de la CCSS en tiempos de pandemia, no se hubiese adquirido ni una mascarilla ni se hubiese invertido en el CEACO, ni se hubiese traído una vacuna. Por dicha que no fue así, no hubiésemos tenido 5 000 fallecidos se hubieran agregado uno o dos ceros a la derecha.