La guerra en Gaza: una catástrofe moral para Israel

La guerra en Gaza, tras los ataques de Hamás del 7 de octubre de 2023, está destruyendo a la sociedad gazatí y sus instituciones. No se trata solo de Benjamin Netanyahu: la radicalizada derecha israelí cree que es el momento de liquidar la «cuestión palestina». Mientras tanto, aunque no han logrado frenar la ofensiva, crecen los procesos contra Israel en la Corte Penal Internacional y la Corte Internacional de Justicia.

Ezequiel Kopel

Gaza

El primer ministro de Israel David Ben-Gurion, solo cuatro semanas después de volver al gobierno en 1955, propuso conquistar la Franja de Gaza1. Un año después, luego del inicio de la crisis de Suez, dijo en una reunión de gabinete que si creyera en milagros desearía que a Gaza «se la tragara el mar»2. También en 1956, la entonces ministra de Asuntos Exteriores Golda Meir justificaba una dura acción militar contra la población de la Franja como castigo por un ataque criminal contra civiles israelíes: «Admito libremente que no tengo malos sentimientos al respecto», dijo en una reunión de gabinete y añadió: «No lo digo porque en Gaza murieran niños árabes y aquí estemos hablando de niños judíos, sino porque nosotros no lo empezamos. Tienen que saber que tienen que pagar, y pagar un alto precio»3. Por su parte, Hannah Arendt decía que la muerte de la empatía humana es uno de los primeros indicios de que una cultura está a punto de caer en la barbarie.

La guerra de venganza que Israel está librando en Gaza luego de la masacre cometida por el grupo Hamás en más de 20 localidades israelíes, el 7 de octubre de 2023, ha cruzado todas las líneas rojas morales imaginables. Ya hay por lo menos 40.000 palestinos muertos mientras 97 personas permanecen secuestradas en la Franja. Se cree que 64 (52 hombres, 10 mujeres y 2 niños, incluido un bebé) podrían estar vivos: 57 son israelíes (11 de ellos militares), seis son tailandeses y uno nepalí. Un alto el fuego y un acuerdo de intercambio a fines de noviembre han permitido el regreso de otros 81 israelíes. En cambio, la acción militar ha logrado recuperar 37 cadáveres y solo a ocho personas con vida. Desde el único acuerdo que se concretó entre Israel y Hamás hace diez meses, Israel ha confirmado la muerte de otros 33 rehenes israelíes, ya fueran asesinados por Hamás cuando el Ejército estaba por rescatarlos o por las bombas israelíes arrojadas en Gaza4. Esa es la última valoración del estamento militar después de que a fines de agosto se encontraran los cadáveres de seis israelíes en un túnel de Gaza.

Desde hace 11 meses, Israel, un país con un ejército de medio millón de soldados, no ha logrado derrotar a una organización de 30.000 combatientes sin mucho más que imprecisos cohetes, fusiles de asalto, lanzacohetes rpg y bombas antitanques en una reducida zona geográfica (aunque perforada por extensos túneles a los que Israel no les ha encontrado solución). Según los análisis forenses de las unidades de Hamás, solo tres de sus 24 batallones han sido destruidos por la ofensiva de Israel en Gaza. Un informe de la cnn muestra que casi la mitad de los batallones militares de Hamás en el norte y centro de Gaza han reconstruido algunas de sus capacidades de combate5. Mientras tanto, los civiles palestinos siguen muriendo junto a los rehenes israelíes en Gaza, el norte de Israel está en llamas por los cohetes de Hezbolá, y no hay seguridad ni tampoco un horizonte de que las cosas mejoren.

El mapa y el territorio

Hace unos meses, la atención mundial se centró brevemente en Rafah (la ciudad en el sur de Gaza que al principio de la invasión israelí fue definida como «zona humanitaria» y donde se refugió la mayoría de los civiles palestinos) cuando Israel empezó allí lo que denominó una «operación limitada». Aunque el presidente Joe Biden lo consideró una línea roja, Israel la traspasó sin consecuencia alguna.

Hoy, Rafah está en ruinas. Casi todas las ciudades y aldeas de la Franja de Gaza están parcial o totalmente arrasadas. Algunas partes de Deir al Balah permanecen parcialmente intactas, pero la localidad se encuentra sujeta a incursiones y desplazamientos masivos, su único hospital está desmantelado y su zona costera, llena de carpas de refugiados. Se estima que un millón de personas están atrapadas allí, en una superficie de 14 kilómetros cuadrados, lo que representa actualmente el lugar más densamente poblado del planeta. El 9 de octubre de 2023, el reconocido periodista israelí especializado en asuntos militares Alon Ben David reveló que un importante funcionario de defensa israelí le había anticipado que «Gaza eventualmente se convertirá en una ciudad de tiendas de campaña. No habrá más edificios»6. Un día antes, el mismísimo ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant, había declarado: «He ordenado un asedio total a la Franja de Gaza. No habrá electricidad, ni alimentos, ni combustible, todo está cerrado. Estamos luchando contra animales humanos y actuamos en consecuencia»7.

La situación es desoladora. El Ministerio de Salud palestino en Gaza, que opera bajo el control de Hamás pero proporciona cifras aceptadas por los gobiernos y los medios de comunicación, dice que además de las 40.000 personas muertas por la acción militar israelí hay más de 90.000 gazatíes heridos. No obstante, se cree que la cifra es aún mayor, pues solo considera a los contabilizados y enterrados, no a los que permanecen bajo los escombros y los desaparecidos. En Gaza ya murió (al menos) 2% de la población, es decir el mismo porcentaje que los sirios muertos en 13 años de guerra civil y el doble del porcentaje de los iraquíes muertos en dos décadas de guerra8.

Se estima también que alrededor de 1,9 millones de personas (aproximadamente nueve de cada diez de la población de Gaza) han sido desplazadas. La mitad de ellas son niños. Israel ha demolido todas las universidades (incluidos los edificios de la Universidad de al-Azhar en el centro de Gaza), institutos de educación superior y cientos de escuelas gubernamentales y de la Organización de las Naciones Unidas (onu). De acuerdo con un informe de la organización internacional, dos tercios de las escuelas a su cargo (188 de 288) han sido objeto de ataques israelíes, incluidas 76 que fueron atacadas directamente, mientras que las ofensivas aéreas israelíes han provocado la destrucción de 285 de las 448 escuelas públicas9. A principios de la guerra, el portavoz del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef, por sus siglas en inglés), James Elder, había advertido: «Gaza se ha convertido en un cementerio para miles de niños y es un infierno para todos los demás»10.

Las consecuencias para la salud de los niños palestinos que han sufrido los desplazamientos masivos, las malas condiciones sanitarias y la destrucción del sistema de atención sanitaria de Gaza son evidentes. Save The Children estima que hasta 21.000 niños están desaparecidos: atrapados bajo los escombros, detenidos, enterrados en tumbas sin identificar o perdidos de sus familias11. Hasta julio se habían registrado más de un millón de casos de infecciones respiratorias agudas junto con más de medio millón de casos de diarrea aguda y más de 100.000 casos de ictericia12. Desde el 7 de octubre ha habido 40.000 casos de hepatitis a en Gaza (el mismo periodo del año pasado tuvo 85 casos). La Organización Mundial de la Salud (oms) confirma que un bebé de 10 meses en Gaza está paralizado por la polio, el primer caso en más de 25 años. «Estimamos que al menos 90% de los niños de Gaza menores de cinco años están afectados por una o más enfermedades infecciosas». Un equipo de la onu descubrió recientemente que en Gaza no nace ningún bebé con un peso normal. Incluso antes de esta última escalada, se había identificado que más de 500.000 niños en Gaza necesitaban apoyo psicosocial y de salud mental13.

El hacinamiento y el calor, junto con la falta de servicios de salud, saneamiento y agua potable, son una combinación ideal para una tormenta perfecta humanitaria. Según un informe de Oxfam de julio pasado, entre noviembre y mayo, los habitantes de Gaza tuvieron una media de 4,74 litros de agua per cápita al día para que cada persona pueda beber, cocinar, lavarse, etc. Eso es menos de un tercio de la cantidad mínima necesaria para sobrevivir en situaciones de emergencia. Al comienzo de la guerra, el gobierno israelí detuvo temporalmente el envío de agua que Israel vende a Gaza, que representa alrededor de 12% del suministro14. Puede que esto no sea intencional, como se ha acusado a Israel en tribunales internacionales, pero después de que apareciese un video en las redes sociales que mostraba a tropas israelíes de la Brigada Blindada 401 grabándose mientras hacían estallar una instalación de almacenamiento de agua en el barrio Tel al-Sultan de Rafah «en honor al Shabbat judío» a finales de julio, la acusación tiene asidero15.

El 10 de octubre de 2023, a tres días de la masacre perpetrada por Hamás en más de 20 comunidades israelíes, Giora Eiland, general retirado y asesor del ministro de Defensa, expuso en la radio del Ejército la estrategia para privar a los palestinos no solo de agua procedente del exterior de Gaza, sino también para interrumpir su capacidad de bombear y purificar agua localmente «para crear una situación de sed y hambre en Gaza, y yo diría que para crear una crisis económica y humanitaria sin precedentes»16. Es interesante destacar que el propio ex-militar había admitido en 2014 que «Gaza es un gran campo de concentración»17 (por ese entonces la Franja solo tenía 1,3 millones de palestinos y no los 2,2 millones de principios de 2023).

La guerra de Israel en Gaza está acabando con familias palestinas enteras a un ritmo nunca visto antes. Una investigación de Associated Press identificó al menos 60 familias palestinas en las que murieron más de 25 personas, a veces de cuatro generaciones del mismo linaje, en bombardeos entre octubre y diciembre de 202318. Otro estudio de la ong Airwars documentó dónde y cómo perecieron 3.000 civiles en las primeras semanas de la guerra en Gaza19. La investigación arrojó que Israel bombardeó más blancos civiles solo durante el mes de octubre que Estados Unidos en su lucha contra el Estado Islámico, la Organización del Tratado del Atlántico Norte (otan) en su intervención en Libia o Rusia en sus acciones en Siria durante cualquier mes de sus respectivas campañas militares en los diez años que Airwars monitorea la región. También, en un informe del 19 de junio de este año, la Oficina de Derechos Humanos de la onu dijo que Israel «puede haber violado repetidamente» las leyes de la guerra al usar explosivos masivos en áreas densamente pobladas de la Franja de Gaza durante los primeros meses de los combates. La oficina describió seis casos «emblemáticos» acontecidos el 2 de diciembre en los que se utilizaron «armas explosivas con efectos de área amplia» –incluidas bombas de 900 kilogramos– sobre barrios civiles de Gaza. El Ejército israelí justificó los ataques, que asesinaron a 218 personas, argumentando que el objetivo era Wissam Farhat, un alto comandante del brazo armado de Hamás. En cinco de esos ataques, Israel no lanzó ninguna advertencia previa20.

El hambre como arma de guerra

Israel afirma que no ha impuesto ninguna limitación a la ayuda alimentaria que llega a Gaza, pero en octubre y noviembre de 2023 aplicó un asedio casi total (solo lo ha aliviado gradualmente bajo la presión de Washington), por lo que es difícil imaginar la cantidad de muertes indirectas resultantes de esta política. Diversos especialistas sostienen que se han obstaculizado 52% de las raciones mínimas de alimentos esenciales para la supervivencia de la población. Esto ha llevado al relator especial sobre el derecho a la alimentación de la onu a afirmar que se ha usado el hambre como método de guerra21. La campaña contra la hambruna había avanzado en marzo y abril, pero la ofensiva sobre Rafah acabó con gran parte de ese progreso. Continúan existiendo importantes obstáculos para el acceso considerando que la seguridad de los trabajadores humanitarios es inexistente y el Ejército israelí los ataca de manera sistemática. El 1 de abril, siete miembros de la ong World Central Kitchen (wck) fueron asesinados en un ataque de las Fuerzas de Defensa de Israel en Gaza22. El equipo de wck viajaba por una zona no conflictiva en dos vehículos blindados con el logotipo del grupo internacional y un vehículo de revestimiento blando. A pesar de coordinar los movimientos con el Ejército, el convoy fue atacado cuando salía de su depósito de Deir al-Balah, donde habían descargado más de 100 toneladas de ayuda alimentaria traída a Gaza por vía marítima. Más tarde, el 29 de agosto, el Programa Mundial de Alimentos (pma) anunció una pausa en el movimiento de sus empleados en Gaza tras un ataque a un equipo que regresaba de una misión de entrega de ayuda, a pocos metros de un puesto controlado por Israel23. El vehículo humanitario de la onu, claramente señalizado y parte de un convoy que había sido previamente coordinado con las Fuerzas de Defensa de Israel (fdi), fue alcanzado diez veces por disparos israelíes, incluidas balas que apuntaron a las ventanas delanteras (el pma facilitó 70% de la ayuda alimentaria y 26% de todos los alimentos que llegaron a Gaza durante agosto). Y solo un día después, un camión humanitario de la organización estadounidense de Ayuda a los Refugiados del Cercano Oriente (anera) entró en la zona sur de Rafah dispuesto a entregar suministros médicos y combustible al Hospital Emiratí, pero fue bombardeado por el Ejército israelí, lo que provocó la muerte de cuatro trabajadores humanitarios. anera también había coordinado sus movimientos anteriormente con el Ejército israelí24.

Mientras tanto, la Clasificación Integrada de las Fases de la Seguridad Alimentaria, una herramienta que clasifica la gravedad de las situaciones de seguridad alimentaria en el mundo, alcanzó 100% de inseguridad alimentaria para el periodo julio-septiembre en Gaza. Si el total de la población de la Franja de Gaza (2,3 millones de personas) enfrenta altos niveles de inseguridad alimentaria aguda, más de 495.000 personas (22%) vive una situación de «catástrofe: falta extrema de alimentos, hambre, muerte»25. La mayoría de quienes afirman que existe una hambruna potencial argumentan que esta se da en el norte de Gaza, no en toda la Franja, ya que Israel ha separado las dos partes. El propio informe afirma que no dispone de datos completamente fiables del norte porque el ingreso es limitado debido a las restricciones israelíes. Otro elemento esencial a tener en cuenta es que, en abril de 2024, el periodo en el que se realizó esta evaluación, hubo menos restricciones a los alimentos que en los tres meses subsiguientes.

Gran parte de la vegetación de Gaza ha sido dañada o destruida, lo que impide que la Franja pueda alimentarse por sí misma. Los principales grupos de derechos humanos afirman que Israel está utilizando la hambruna como táctica de guerra, y persiste un alto riesgo en toda la Franja de Gaza mientras continúe el conflicto y se restrinja el acceso humanitario.

Los anillos de la justicia internacional

La Corte Internacional de Justicia (cij) concluyó, en su primera orden provisional de enero de 2024 por el caso relativo a la Aplicación de la Convención para la Prevención y la Sanción del Delito de Genocidio en la Franja de Gaza (Sudáfrica versus Israel) que «al menos algunos de los derechos reclamados por Sudáfrica y para los cuales busca protección son plausibles», incluido «el derecho de los palestinos en Gaza a ser protegidos de los actos de genocidio y actos prohibidos conexos». Más tarde, el tribunal internacional finalmente emitió su opinión consultiva sobre las consecuencias legales de las políticas y prácticas de Israel en el territorio palestino ocupado, después de que se le pidiera que evaluara el tema a fines del año 2022. La Corte dictaminó, por 14 votos a uno, que Israel debe cesar inmediatamente todas las nuevas actividades de asentamiento y evacuar a todos sus colonos del territorio palestino ocupado. A la vez, considera que la ocupación de Cisjordania, Jerusalén oriental y Gaza, junto con las políticas de colonización israelíes, en particular en el Área c de Cisjordania y Jerusalén oriental, están diseñadas para adquirir soberanía sobre el territorio ocupado y, por lo tanto, constituyen una anexión ilegal contraria al derecho internacional. La Corte sostuvo que Israel –aunque retiró sus colonias de Gaza en 2005– ejerce elementos claves de autoridad en ese territorio, entre ellos el control sobre las fronteras terrestres, marítimas y aéreas; las restricciones al movimiento de personas y bienes; recaudación de impuestos importantes y de exportación; y el registro de población y control militar sobre la zona, entre otros. Según el derecho internacional, la «desconexión» de Israel de Gaza en 2005 no ha puesto fin a su ocupación militar del territorio, porque Gaza sigue estando bajo el «control efectivo» de Israel, y en virtud del artículo 55 del Cuarto Convenio de Ginebra, «la potencia ocupante tiene el deber de garantizar el abastecimiento de alimentos y medicamentos a la población; en particular, deberá proporcionar los víveres, los suministros médicos y otros artículos necesarios si los recursos del territorio ocupado son insuficientes».

La Corte va más allá de considerar que los asentamientos son ilegales, pues determinó que la ocupación israelí no es legal26. En resumen, toda la empresa de la ocupación, desde los asentamientos hasta la responsabilidad y la mala conducta de Israel como potencia ocupante junto a la anexión de facto, se ha considerado una clara violación del derecho internacional.

Además, según la cij, Israel viola una convención internacional que prohíbe el apartheid, e incluso el presidente del tribunal internacional, Nawaf Salam, en su declaración separada, sostuvo que el Estado judío lo practica abiertamente. «La comisión por parte de Israel de actos inhumanos contra los palestinos como parte de un régimen institucionalizado de opresión y dominación sistemáticas y su intención de mantener ese régimen son, sin lugar a dudas, la expresión de una política que equivale al apartheid», destacó en el punto 29 de su escrito. También argumentó que la determinación del apartheid no tiene por qué parecerse a la experiencia de Sudáfrica, aunque citó al clérigo sudafricano Desmond Tutu para exponer las similitudes. De acuerdo con su opinión personal, existe «un régimen institucionalizado de opresión y dominación sistemática por parte de un grupo racial sobre uno o más grupos raciales y la intención de mantener este régimen». El juez Dire Tladi, también integrante de la cij y nacido en Sudáfrica, coincidió con lo expresado por Salam: «Si comparamos las políticas del apartheid sudafricano con las prácticas de Israel en los territorios palestinos, es imposible no llegar a la conclusión de que son similares».

Israel está viviendo una avalancha jurídica. Los casos judiciales internacionales se siguen acumulando. Mientras la cij resuelve disputas entre Estados y puede proporcionar opiniones consultivas sobre cuestiones de derecho internacional, la Corte Penal Internacional (cpi) juzga a personas por delitos internacionales. De esta manera, el fiscal de la cpi Karim Khan solicitó el 20 de mayo órdenes de arresto contra el primer ministro israelí Benjamín Netanyahu, el ministro de Defensa Yoav Gallant y tres líderes de Hamás –Yahya Sinwar, Muhammad Deif e Ismail Haniyeh– por crímenes de guerra y contra la humanidad en la Franja de Gaza e Israel (Haniyeh luego sería asesinado en Irán, en lo que se cree fue una operación israelí, e Israel considera haber acabado con la vida de Deif en uno de sus ataques dentro de Gaza). Ni Israel ni Qatar –donde residen algunos líderes de Hamás– son miembros de la cpi, pero Palestina fue admitida como Estado miembro en 2015.

Uno de los expertos que asesoró al fiscal de la cpi en la emisión de órdenes de arresto contra líderes de Israel y Hamás es Theodor Meron, sobreviviente del Holocausto de 94 años, ex-diplomático israelí y antiguo juez en jefe del Tribunal Penal Internacional para la antigua Yugoslavia, quien sostuvo que la cpi tiene un caso sólido contra Netanyahu27.

El secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, emitió una declaración en la que rechaza el anuncio de la cpi y dijo que el tribunal «no tiene jurisdicción sobre este asunto» a los ojos de su país. Asimismo, la Cámara de Representantes de eeuu votó a favor de aprobar una ley –propuesta por republicanos– que sancionaría a la cpi por solicitar órdenes de arresto contra funcionarios israelíes. Aunque el proyecto fue aprobado en la Cámara, no se espera que se convierta en ley, ya que se cree que será ignorada por los demócratas que controlan el Senado y donde tendría que aprobarse antes de que el presidente pudiera firmarla. Es preciso recordar que, en 1998, eeuu, a pesar de participar en las negociaciones que condujeron a la creación de la cpi, fue uno de los únicos siete países –junto con China, Iraq, Israel, Libia, Qatar y Yemen– que votaron en contra del Estatuto de Roma. Después, el presidente estadounidense Bill Clinton firmó el Estatuto en 2000, pero sin llevar el tratado al Senado para su ratificación. Dos años más tarde, el presidente George W. Bush efectivamente canceló la firma del tratado, enviando una nota al secretario general de la onu en la que explicaba que eeuu ya no tenía la intención de ratificarlo ni tenía ninguna obligación hacia él. Hasta el momento, ninguna democracia de estilo occidental ha tenido una orden de arresto de la cpi emitida contra uno de sus líderes. Si Netanyahu se convierte en el primero de ellos, la situación no solo alarmará profundamente a Israel sino también a sus poderosos aliados, además de poner a prueba los poderes y limitaciones de la cpi dentro del orden internacional. El propio Karim Khan contó en una entrevista de la periodista de cnn Cristiane Amanpour que recibió amenazas de un «líder de alto rango» para no perseguir a Israel, pues la cpi «está hecha para África y para matones como Putin», y no para Occidente y sus aliados28. Los hechos confirman sus dichos: de las 58 personas acusadas por la cpi, 49 son de países africanos.

En retrospectiva, la solicitud del líder palestino Mahmoud Abás de que se aceptase al territorio palestino como Estado miembro en 2012 fue la que pavimentó el camino para que Palestina se uniera a la cpi en 2015. Esta acción terminó por ser la más estratégica y consecuente movida que haya logrado en su carrera política luego de los Acuerdos de Oslo (arreglo que Abás firmó en representación de la Organización para la Liberación de Palestina, olp). Su apuesta diplomática pudo así iniciar otro curso de acción para abordar el conflicto: la cpi podría emitir órdenes de arresto, la cij podría utilizarlas para concluir sus deliberaciones sobre su opinión consultiva de la ocupación israelí; eeuu y la Unión Europea podrían imponer sanciones específicas y otros países podrían boicotear lo producido por los israelíes en Cisjordania, o hasta se le podría exigir a Israel pagar reparaciones.

La respuesta israelí

Alertados por la iniciativa multilateral, los funcionarios judiciales israelíes le expresaron a Netanyahu que solo una comisión local independiente de investigación sobre la guerra podría evitar órdenes de arresto de la cpi. El motivo es que la cpi solo goza de jurisdicción complementaria, la cual se aplica cuando los sistemas judiciales nacionales no actúan, no están dispuestos o no pueden hacerlo. Por lo tanto, si Israel puede demostrar que sus propios tribunales procesarán a sus ciudadanos cuando se los acusa de crímenes de guerra en un proceso genuino y no en un juicio simulado, entonces la cpi se hará a un lado y dejará que el país proceda con el caso.

De esta manera, se iniciaron las investigaciones militares sobre la situación en la cárcel israelí de Sde Teiman, adonde Israel ha llevado a 6.000 palestinos de Gaza y los mantiene retenidos sin cargos ni juicio (según una enmienda a la ley aprobada durante la guerra, los detenidos pueden permanecer encarcelados hasta 75 días sin comparecer ante un juez). Las organizaciones de derechos humanos, locales e internacionales, junto con medios de comunicación extranjeros, acumularon una gran cantidad de evidencia de que los detenidos palestinos, sin consideración alguna de si eran militantes o no, estaban siendo torturados de forma sistemática, en violación de las disposiciones básicas de los Convenios de Ginebra sobre el tratamiento de los prisioneros de guerra. Contundentes informes publicados por medios estadounidenses como la cadena de noticias cnn y The New York Times sobre las condiciones carcelarias en Sde Teiman –a partir de confesiones de los propios guardias israelíes– se comprobaron ciertos: descargas eléctricas, amputaciones luego de permanecer amordazados y sujetados por semanas, cirugías sin anestesia y torturas29. Más de 35 prisioneros murieron en el lugar o tras ser trasladados a hospitales civiles luego de permanecer en el centro de detención. Un abogado israelí lo relató de esta forma: «He estado visitando a detenidos y prisioneros políticos y de seguridad. He estado en cárceles israelíes durante años, y Sde Teiman no se parece a nada que hubiera visto ni oído antes»30.

Las condiciones allí no eran accidentales. El ministro de Seguridad Interior, Itamar Ben-Gvir, habitante de una extremista colonia judía ubicada en Hebrón y quien nunca ha servido en el Ejército u otra fuerza de seguridad israelí, pero que hoy se encuentra a cargo del Ministerio de Seguridad Nacional (y también de las prisiones), ha hecho una política deliberada de mantener a los detenidos en terribles condiciones por creencia personal y razones políticas. Ben Gvir considera a los palestinos como «escoria» y desea que enfrenten condiciones infrahumanas y torturas; una posición que, además, cree que lo favorecerá entre el electorado israelí. Incluso admitió –de acuerdo con un reporte del canal 12 de televisión– que la investigación israelí sobre la tortura de detenidos palestinos en Sde Teiman es solo un «espectáculo» desplegado por Netanyahu para la Corte Internacional31. El mismo medio de comunicación israelí también difundió un breve video de 45 segundos donde se observan acciones cuidadosamente planificadas para violar a un detenido palestino con un objeto punzante, incluida una intención premeditada de ocultar la acción ante las cámaras del lugar.

En ese contexto, se produjo la legítima decisión del procurador general militar Yifat Tomer-Yerushalmi, a fines de julio, de enviar a la Policía Militar para interrogar a nueve reservistas que prestaban servicio en el centro de detención y que están sospechados de abuso agravado y sodomía forzada de un palestino. El hecho provocó una violenta reacción de la derecha israelí. Cientos de manifestantes –entre ellos el ministro de Patrimonio, Amichai Eliyahu, el diputado del sionismo religioso Zvi Sukkot, y los legisladores Nissim Vaturi y Tally Gotliv del partido gobernante Likud– irrumpieron en la base mientras algunos soldados luchaban infructuosamente para expulsarlos. El Ejército pidió rápidamente la intervención de la policía, que no se presentó en el lugar, y las Fuerzas Armadas tuvieron que esperar refuerzos militares que se encontraban en Cisjordania para tratar de contener la situación. Pocas horas más tarde, otra turba de activistas radicales irrumpió en la base militar de Beit Lid, donde los soldados acusados habían sido llevados para ser interrogados. La policía finalmente llegó para despejar las bases de manifestantes en medio de violentos disturbios, pero sospechosamente no se realizó ningún arresto.

Las impactantes escenas en las dos bases fueron criticadas rotundamente por la oposición israelí como una ruptura del Estado de derecho, y el episodio enfrentó entre sí a miembros de la coalición gobernante, ya que algunos defendieron el comportamiento de los manifestantes mientras que otros dijeron que el asalto a las bases militares era inaceptable. Del lado opositor a Ben Gvir se ubicó el propio ministro de Defensa y miembro del partido Likud, Yoav Gallant, quien le exigió a Netanyahu que investigara al ministro de Seguridad para dilucidar si Ben Gvir –quien supervisa a la Policía– había intervenido para impedir o retrasar la actuación de la fuerza en los disturbios. También instó al primer ministro a tomar medidas firmes contra los miembros de la coalición que lideraron a los manifestantes en las bases, advirtiendo que los incidentes fueron un golpe a la seguridad del país y su posición internacional. Gallant señaló que la ausencia de la policía en los lugares de los disturbios «durante muchas horas» requirió que se desviaran recursos del Ejército a esos lugares «a expensas de otras tareas operativas», mientras que el jefe de las Fuerzas de Defensa de Israel, Herzi Halevi, se vio obligado a hacer una pausa en asuntos relacionados con la guerra en Gaza para ocuparse personalmente del asunto. El ministro de Finanzas Bezalel Smotrich, habitante del asentamiento judío de Kedumim en Cisjordania, también pidió una investigación, pero específicamente para que se descubra quiénes fueron los culpables de que se filtre el video de las torturas a la prensa israelí32. El incidente pareció marcar otro hito en la desintegración de la sociedad israelí.

Por último, otro de los patrones que se revelaron tras un trabajo realizado por la organización Human Rights Watch que se publicó tres semanas después de la disputa interna en la coalición gobernante fue que la tortura también afectó a numerosos trabajadores de la salud palestinos, quienes fueron deportados no solo a Sde Teiman, sino a otros centros de detención, incluidos la base militar de Anatot, la prisión de Ashkelon o el centro de encarcelamiento de Ofer, en la Cisjordania ocupada. Todos los detenidos allí dijeron que los desnudaron, los golpearon, les vendaron los ojos, los esposaron durante semanas y los presionaron para que confesaran que eran miembros de Hamás con amenazas de detención indefinida, violación o asesinato de sus familias en Gaza. También revelaron que los soldados israelíes realizaban ejecuciones simuladas para forzar confesiones, además de utilizar fusiles para violar a detenidos33.

El día después en Gaza

Más de 85% de la Franja de Gaza ha sido puesta bajo órdenes de evacuación o designada como «zona prohibida» por el Ejército israelí. El Estado de Israel controla hoy con presencia permanente 26% del territorio, empleando zonas de exclusión, bases y corredores militares. Como primera medida, el Ejército diseñó una zona de amortiguación a lo largo de la frontera israelí con la Franja, arrasando todas las estructuras dentro de ella, incluidas las zonas cultivables, y prohibiendo la entrada a los palestinos. A la vez, Israel construyó lo que denominó el «corredor Netzarim», una ruta de 6,5 kilómetros desde Israel hasta el mar de Gaza, que divide la Franja en dos y que fue diseñada como una zona de seguridad con el establecimiento de bases, pero que muchos creen que luego puede transformarse en un área de asentamientos, como ya pasó luego de 1967, cuando Israel comenzó a ocupar militarmente Gaza.

El corredor lleva el nombre de una antigua y desolada colonia judía (evacuada en 2005), que se encontraba en el medio de la ruta, lo que contribuye a despertar la preocupación: Netzarim formaba parte de un plan del gobierno israelí para dividir Gaza en dos (como ahora) y fortalecer el control mediante asentamientos civiles. Se inició como un puesto militar de avanzada en el marco del programa Nahal, que combina el voluntariado social, la agricultura y el servicio militar, para después terminar convirtiéndose en una colonia civil, la más aislada por ese tiempo en Gaza. El gobierno israelí explica en la actualidad que el control del corredor le permitirá monitorear el movimiento de los palestinos entre el norte y el sur y garantizar que las armas y los terroristas no vuelvan a ingresar al norte de Gaza una vez que se permita el regreso de los civiles palestinos. Pero en decenas de casos se ha documentado a soldados, incluidos oficiales, izando banderas naranjas dentro de Gaza (el naranja es el color asociado con las protestas contra la retirada de las colonias israelíes de Gaza realizadas durante 2004 y 2005), mostrando carteles que declaraban la renovación de los asentamientos o pidiendo a viva voz el reasentamiento.

El edificio más destacado del corredor Netzarim es el Hospital Turco, construido justo donde se encontraba la colonia. Ahora esta zona se ha convertido en un foco de movilización central del movimiento para reasentar judíos en Gaza. Por ejemplo, en la festividad judía de Janucá, soldados uniformados llevaron una menorá a un edificio adyacente al hospital34. La menorá había sido retirada del techo de la sinagoga de Netzarim cuando se evacuó el asentamiento en agosto de 2005 y hasta ese momento formaba parte de la colección del Museo Gush Katif (como se conocía al mayoritario bloque de colonias de la Franja) en Jerusalén, el cual funciona como un homenaje a las colonias judías en Gaza. Hamás ha insistido en reiteradas ocasiones en que una condición para cualquier acuerdo de intercambio de secuestrados israelíes por prisioneros palestinos es la retirada de Israel del corredor Netzarim y del paso Filadelfia (la ruta que surca la frontera de los gazatíes con Egipto) y el repliegue total israelí de la Franja de Gaza.

Importantes políticos israelíes y líderes del movimiento de colonos judíos en Cisjordania (donde ya hay 700.000 israelíes y este año el gobierno ha decidido establecer cinco nuevos asentamientos legalizando los puestos de avanzada ilegales de Givat Assaf, Adorayim, Sde Ephraim, Evyatar y Heletz) han acariciado el sueño de regresar a Gaza desde que el gobierno de Israel ordenó una evacuación unilateral de 21 asentamientos y unos 9.000 colonos. Dov Weisglass, asesor principal del por entonces primer ministro Ariel Sharon, explicaba que

la importancia del plan de retirada es el congelamiento del proceso de paz; es decir, no avanzar en él, sino dilatarlo todo lo necesario para impedir la creación de un Estado palestino y evitar un debate sobre los refugiados, las fronteras y Jerusalén. En la práctica, todo ese paquete denominado Estado palestino, con todo lo que conlleva, ha sido eliminado indefinidamente.35

Enemigos y vecinos

Un año de continua intervención militar israelí en Gaza ha provocado la destrucción total de la Franja junto con su sociedad civil. Se trató de una campaña deliberada para tratar de despoblar el territorio y fomentar así una inmigración masiva que no terminó ocurriendo (solo 100.000 personas abandonaron la zona rumbo a Egipto). La situación pondrá tarde o temprano a Israel entre la «espada» de funcionar como una fuerza contra la insurgencia palestina local dentro de una sociedad que desprecia a sus ocupantes, y la «pared» de tratar de prestar los servicios básicos a una población sin trabajo, educación o vivienda. Incluso si se llegara a un acuerdo de cese el fuego –lo que parece cada vez más improbable a medida que pasa el tiempo–, el nivel de destrucción es irreparable a corto plazo: solo si se considera lo producido por los ataques aéreos israelíes, hay más de 40 millones de toneladas de escombros. La reconstrucción será millonaria, extremadamente complicada (bombas sin explotar, materiales contaminantes y cadáveres humanos bajo la destrucción) y tardará años36.

Un día, la guerra de Gaza terminará y los israelíes comprobarán que no lograron derrotar la motivación de los palestinos de seguir luchando por su libertad, ni tampoco la fuente de reclutamiento de grupos extremistas como Hamás, que gozarán de un apoyo renovado luego de una destrucción israelí que no diferenció entre combatientes y civiles. Mientras tanto, Israel continuará profundizando sus disputas internas, que ponen en riesgo al Estado judío de formas más peligrosas que las conocidas amenazas externas de sus vecinos. La sociedad israelí actualmente se encuentra desgarrada entre quienes están dispuestos a firmar un acuerdo con Hamás que implique el retorno de los secuestrados israelíes que permanecen vivos en Gaza, aunque eso implique finalizar la guerra, abandonar el territorio conquistado y liberar a una gran cantidad de peligrosos enemigos, y aquellos que creen que los cautivos israelíes son un sacrificio necesario que debe realizar la sociedad israelí para una improbable «victoria final» sobre Hamás.

Hoy el último deseo se presenta imposible. El grupo extremista palestino no solo es una organización político-religiosa y militar, sino que además representa una idea que crece más y más en los palestinos a medida que no hay un horizonte de reconciliación que implique un futuro viable de autodeterminación, sin ocupación ni colonización. Si todo fuese culpa de Hamás, la pregunta sería: ¿por qué Cisjordania está ocupada militarmente hace 57 años cuando el grupo ni siquiera existía? ¿Por qué Israel construyó allí más de 200 asentamientos? Y ¿por qué tomó la decisión soberana de trasladar a 8% de su población a ese territorio extranjero? En los 30 años que pasaron desde la firma de los Acuerdos de Oslo (una hoja de ruta no cumplida que tenía como objetivo destrabar un acuerdo final), los colonos israelíes en Cisjordania pasaron de 170.000 a 700.000, se alteró el statu quo de Haram al-Sharif en Jerusalén (donde se encuentra la mezquita de Al-Aqsa y el Domo de la Roca) e Israel desconoció al ganador de las elecciones democráticas palestinas que convalidó en 2006. Tampoco nunca, en ninguna negociación, Israel les ofreció a los palestinos evacuar todas sus colonias de las zonas conquistadas (como sí, en cambio, lo hizo con Egipto en 1979 para llegar a un arreglo de paz). Hamás no es el problema, sino el principal síntoma.

En la actualidad, el gobierno israelí parece haber elegido la muerte de sus enemigos palestinos por sobre los esfuerzos para preservar la vida de sus compatriotas israelíes secuestrados. Si se hubiesen priorizado los principios judíos de pidyon shvuyim (redimir cautivos) y pikuach nefesh (salvar una vida), muchos cautivos se habrían salvado, pero el objetivo primordial de Netanyahu en la guerra fue usar a los secuestrados como el motivo para destruir Gaza, y de esta forma mantener el poder luego de las numerosas protestas contra su gobierno –que se habían iniciado a partir de una reforma judicial contra la separación de poderes del Estado–, además de poner freno a las causas de corrupción que penden sobre su cabeza y su futuro político. Como lo dijo Jerry Nadler, miembro judío de la Cámara de Representantes de eeuu, a propósito de una reciente y controvertida visita del premier israelí a su país, donde fue recibido con aplausos en el Congreso:

Benjamín Netanyahu es el peor líder de la historia judía desde el rey macabeo que invitó a los romanos a Jerusalén hace más de 2.100 años. El primer ministro está poniendo en grave peligro la seguridad de Israel, las vidas de los rehenes, la estabilidad de la región y las antiguas normas democráticas israelíes, simplemente para mantener la estabilidad de su coalición de extrema derecha y absolverse de sus propios problemas legales.37

Es preciso destacar también que la falta de un acuerdo sobre los rehenes no es solo una cuestión de intransigencia personal de Netanyahu. La derecha israelí, llevada de las narices por el movimiento nacional religioso, cree que tiene una oportunidad única de liquidar la «cuestión palestina» para que nunca más vuelva a surgir, por lo que un acuerdo o el fin de la guerra interrumpiría la preciada oportunidad. Mientras tanto, los aliados de Israel enfrentan la pérdida de su credibilidad internacional, junto con el desmoronamiento del orden de posguerra que ellos mismos ayudaron a diseñar. Está claro que el significado de la opinión de la cij es que el discurso israelí –apoyado por eeuu o Alemania– de que los terroristas palestinos de Hamás cruzaron una frontera soberana el 7 de octubre y atacaron a un Israel comprometido con una visión de paz y convivencia es una mera ficción.

Israel no va a vencer a los palestinos y los palestinos tampoco a Israel. No importa la cantidad de destrucción y de muertos. Están conminados a llegar a un acuerdo. Pero antes Israel debe terminar con la ocupación militar. Israel, más temprano que tarde, tendrá que decidir si quiere ser el Estado democrático de los israelíes o el Estado dictatorial de los judíos. Y esa decisión, cualquiera que sea, no será sin violencia.

Lo que está sucediendo en este momento es trágicamente simple: la dictadura de más de medio siglo impuesta por Israel en los territorios palestinos se encuentra completando un paciente proyecto para ocupar no solo los territorios palestinos sino el propio Israel, profundizando sus rasgos iliberales y autoritarios. El objetivo de la derecha mesiánica de línea dura ya no es simplemente la expansión territorial, sino el derrocamiento del orden político y social existente: la turba en el campo de prisioneros de Sde Teiman o el abandono de compatriotas israelíes en Gaza son una expresión de esa visión del mundo. De seguirse ese camino, no habrá justicia e igualdad, y el devenir tendrá catastróficas consecuencias internas. La guerra debe terminar y los secuestrados y prisioneros políticos deben regresar a sus hogares, pero de nada servirá hacia el futuro si no se incluye también el fin de la ocupación sobre los palestinos, la cual ha sido, sin lugar a dudas, una catástrofe moral y de seguridad para Israel.

1. Tom Segev: A State at Any Cost: The Life of David Ben-Gurion, Farrar, Straus and Giroux, Nueva York, 2019, p. 550.
2. T. Segev: «Israeli-Palestinian History Is Scarred by Tragedy» en Financial Times, 24/10/2023.
3. Ibíd.
4. Yossi Verter: «Hostage Deal or Escalation: Netanyahu Leads Israel to a Perilous Crossroads» en Haaretz, 23/8/2024.
5. Tamara Qiblawi, Allegra Goodwin, Gianluca Mezzofiore, Eugenia Yosef e Ibrahim Dahman: «Netanyahu Says ‘Victory’ over Hamas Is in Sight. The Data Tells a Different Story» en CNN, 5/8/2024.
6. Almog Boker: tuit, 10/10/2023, disponible en x.com/bokeralmog/status/1711788685169926651.
7. Emanuel (Mannie) Fabian: tuit, 9/10/2023, disponible en twitter.com/manniefabian/status/1711311030083563925.
8. Nir Hasson: «The Numbers Show: Gaza War Is One of the Bloodiest in the 21st Century» en Haaretz, 14/8/2024.
9. Al Mezan Center for Human Rights: «Scholasticide: Israel’s Deliberate and Systematic Destruction of the Palestinian Education System in Gaza», 9/2024.
10. J. Elder: «Gaza Has Become a Graveyard for Thousands of Children», Unicef, 31/10/2023.
11. Save the Children: «Gaza’s Missing Children: Over 20.000 Children Estimated to Be Lost, Dissapeared, Detained, Buried under the Rubble or in Mass Graves», 24/6/2024.
12. Wafaa Shurafa y Mohamed Jahjouh: «Piojos, sarna y sarpullidos plagan a niños palestinos al propagarse enfermedades en Gaza» en Los Angeles Times, 30/7/2024.
13. Unicef: «Los niños y niñas de Gaza necesitan ayuda de emergencia», llamamiento, s/f.
14. Oxfam: «Water War Crimes: How Israel has Weaponised Water in its Military Campaign in Gaza», documento informativo, 18/7/2024.
15. Emanuel Fabian: «idf Investigating Demolition of Water Facility by Troops in Southern Gaza» en Times of Israel, 29/7/2024.
16. Entrevista en Radio Galei Tzahal, en la emisión de Rino Tzror, 10/10/2023.
17. Disponible en https://wikileaks.org/plusd/cables/04telaviv1952_a.html.
18. Sarah el Deeb: «The War in Gaza Has Wiped Out Entire Palestinian Families. AP Documents 60 Who Lost Dozens or More» en AP, 17/6/2024.
19. Airwars: «Israel and Gaza 2023», disponible en https://airwars.org/conflict/israel-and-gaza-2023/.
20. Claire Parker, Annabelle Timsit y Bryan Pietsch: «un Says Israeli Use of Bombs in Civilian Areas May Have Violated Laws of War» en The Washington Post, 19/6/2024.
21. «Call for Input – Human Rights and Starvation, with an Emphasis on the Palestinian People’s Food Sovereignty», ONU, 18/7/2024.
22. Robert Picheta: «Who Were the World Central Kitchen Workers Killed in Israel’s Strike in Gaza?» en CNN, 4/4/2024.
23. David Gritten y Yaroslav Lukov: «World Food Programme Halts Gaza Staff Movements» en BBC, 28/8/2024.
24. Steve Hendrix, Adela Suliman, Kelsey Ables y Bryan Pietsch: «Israel Strikes Aid Convoy Organized by us Nonprofit, Killing 4 Palestinians» en The Washington Post, 30/8/2024.
25. IPC: «Gaza Strip: Acute Food Insecurity Situation for 1 May – 15 June and Projection for 16 June – 30 September 2024», 25/6/2024, disponible en www.ipcinfo.org/ipc-country-analysis/details-map/en/c/1157065/.
26. Corte Penal Internacional: «Situation in the State of Palestine: Public Document: The Regional Jurisdiction of the International Criminal Court on Palestine», ICC-01/18, 14/3/2020, disponible en www.icc-cpi.int/sites/default/files/relatedrecords/cr2020_01038.pdf.
27. Panel de Expertos en Legislación Internacional: «Why We Support icc Prosecutions for Crimes in Israel and Gaza» en Financial Times, 20/5/2024.
28. «‘ICC Is for Africa’ , Senior Leader Told Me – Karim Khan», video en African Stream, 21/5/2024, disponible en www.youtube.com/watch?v=-z2c917g9mi.
29. Patrick Kingsley y Bilal Shbair: «Inside the Base Where Israel Has Detained Thousands of Gazans» en The New York Times, 6/6/2024.
30. Baker Zoubi: «‘More Horrific than Abu Ghraib’: Lawyer Recounts Visit to Israeli Detention Center» en +972 Magazine, 27/6/2024.
31. Yehuda Shaul: tuit, 11/8/2024, disponible en x.com/yehudashaul/status/1822603271782953385.
32. Bezalel Smotrich: tuit, 7/8/2024, disponible en x.com/bezalelsm/status/1821273487555637609.
33. «Israel: Palestinian Healthcare Workers Tortured», Human Rights Watch, 26/8/2024.
34. «19 Years Later: Netzarim Menorah Returns to Gaza» en Chabadinfo, s./f., disponible en https://chabadinfo.com/israel-at-war/19-years-later-netzarim-menorah-returns-to-gaza/.
35. Ari Shavit: «Top pm Aide: Gaza Plan Aims to Freeze the Peace Process» en Haaretz, 6/10/2004.
36. Fadwa Hodali, Fares Akram, Jason Kao, Jennah Haque y Jeremy C. F. Lin: «Gaza Reduced to 42 Million Tonnes of Rubble. What Will It Take to Rebuild?» en Bloomberg, 15/8/2024.
37. «Nadler on pm Netanyahu Joint Address», comunicado de prensa, 23/4/2024, disponible en https://nadler.house.gov/news/documentsingle.aspx?documentid=396209.

Nueva Sociedad 313 / Septiembre – Octubre 2024

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