La doble postulación presidencial y de diputados debe mantenerse
Vladimir de la Cruz
vladimirdelacruz@hotmail.com
En la historia política nacional y electoral antes de 1948 se permitía la reelección sucesiva de los diputados, lo que permitía la mejor formación parlamentaria de quienes así podían ser electos. Eran electos porque se les reconocía su valor político y su buen desempeño parlamentario. Manuel Mora Valverde, por ejemplo, fue diputado continuamente electo desde 1934 hasta 1948 y siendo diputado también fue candidato a la presidencia. Eso hizo de él un gran dirigente político nacional, con grandes capacidades de negociación política, porque le tocaba relacionarse en el Congreso Nacional, la Asamblea Legislativa, con lo mejor del mundo político de su época. Rafael Angel Calderón Guardia fue diputado desde 1934 hasta 1940, diputación que interrumpió por ser ganador en las elecciones de 1940, que disputó con Manuel Mora Valverde.
Los dirigentes políticos no nacen dirigentes. Se hacen en el desarrollo de sus vidas. Parte de su formación son sus estudios de teorías y doctrinas políticas, con las que se identifican, por sus militancias activas en los partidos a los cuales pertenecen, donde van ocupando puestos dentro de la organización, y a veces puestos políticos menores de carácter público, hasta como candidatos a síndicos, regidores, alcaldes, diputados y eventualmente presidentes. A veces participan de otros puestos públicos, ministros, viceministros, oficiales mayores de instituciones, directores de instituciones, miembros de juntas directivas de instituciones públicas. Todo eso les produce una gran experiencia política y administrativa y también de relaciones públicas de tipo político.
Los grandes partidos del país desarrollaron estas escaleras de ascenso político con sus dirigentes. Lo hicieron en muchos casos con éxito. En otros no tanto. Lo real es que eso fue positivo para el país.
La vida política nacional, la de los poderes públicos y sus instituciones, necesita dirigentes o personas que tengan experiencia en esos campos. Hoy parte de esta formación se puede obtener por formación profesional universitaria, pero no es suficiente.
En la última elección, la del 2022, se inscribieron 25 partidos con candidatos presidenciales. De ellos, 16 fueron con la doble postulación. De esos solo dos obtuvieron la posibilidad de ser electos diputados, Eli Feinzaig y Fabricio Alvarado. Eli, por primera vez electo diputado, Fabricio por segunda vez. Este resultado puso en evidencia de que la doble postulación es buena, porque permite al principal dirigente de un partido, que es su candidato presidencial, pueda ser diputado y desde allí seguir desarrollándose como dirigente político y parlamentario.
En esa camp aña electoral once candidatos a vicepresidencias también fueron candidatos a diputados. Ninguno de ellos lo logró.
Desde mi punto de vista la experiencia adquirida por Eli Feinzaig y Fabricio Alvarado es muy rica para ellos. En este momento les permite volver a ser candidatos presidenciales en el 2026 con mayor experiencia, madurez política, más conocedores del engranaje político del Estado y de la Administración Pública. Para mí, esa experiencia los ha hecho mejores políticos dentro de sus organizaciones y con mayor proyección nacional. La mayor proyección nacional es también por sus destacadas participaciones parlamentarias, más allá si uno está o no de acuerdo con ellas. También, por la experiencia, de que como altos jefes políticos de sus organizaciones les ha tocado también estar en la negociación parlamentaria y política con el Poder Ejecutivo, directamente con sus representantes ante los trámites legislativos en el Congreso, con las ministras de la Presidencia, como directamente con el presidente cuando así lo han hecho, que no son pocas ocasiones. No los veo a ellos oponiéndose a la posibilidad de eliminar el sistema electoral que permite la doble postulación de candidaturas, si ha sido buena para ellos. También como parte de esa experiencia, y condición negociadora de grandes dirigentes de sus partidos han sido a la vez jefes de sus respectivas fracciones parlamentarias, que los coloca en la negociación política diaria. Fue un error, así lo considero, al menos de Eli de haber dejado la jefatura en este período legislativo. Puede entender que lo asuma el próximo año.
En el gobierno anterior, en el 2021. Hubo intentos parlamentarios de eliminar esta doble postulación como derecho ciudadano. Entonces, diputados de Liberación Nacional y la Unidad Social Cristiana lo intentaron.
La doble postulación está hoy permitida en la Constitución Política. Eliminarla requiere reforma constitucional. Por eso no se tramitó en el 2021, porque el TSE lo impidió por ese motivo, y porque requería 38 votos de diputados para ser aprobada, que ha tenido dos de tres aprobaciones en debates parlamentario.
El gobierno de Rodrigo Chaves Robles, por medio de sus diputados, está proponiendo un proyecto de ley para eliminar este derecho para las próximas elecciones. Igual restricción tendrían los candidatos a vicepresidentes.
La doble postulación de candidatos no tuvo efecto en las elecciones del 2002, 2006, 2010, 2014 y 2018. Ninguno de los candidatos presidenciales que tenían esa condición quedó electo diputado habiendo tenido esa posibilidad. Antes de la elección del 2022 la mayor cantidad de candidatos a doble postulación fue de cuatro personas.
La cantidad de partidos políticos y de candidatos presidenciales, incluso con doble postulación, es parte de la riqueza democrática nacional. Hay también tendencias a restringir el número de partidos políticos. Los partidos se restringen a sí mismos con los resultados electorales. De hecho en cada elección hay nuevos partidos políticos con aspiraciones de representación popular. En períodos de crisis económicas, sociales o política habrá mayor cantidad porque los ciudadanos, que no se ven representados en los otros partidos y en los tradicionales, buscan nuevas alternativas de representación, lo que es válido. Lo contrario es casi obligar a los ciudadanos a votar por los partidos tradicionales, todos aquellos que sobreviven a una o varias elecciones y continúan activos.
La iniciativa del gobierno de restringir dobles candidaturas es en su favor. Por ahora no están pronunciándose contra la inscripción de nuevas fuerzas políticas porque el gobierno está impulsado a la vez varios partidos, porque le interesa tener la mayor posibilidad de elegir diputados afines al actual presidente de la República y a sus propuestas parlamentarias. La lista solo de diputados y no de dobles candidatos va en esa dirección, porque las campañas electorales se dirigen y concentran en los candidatos a la presidencia y no en las candidaturas a diputados. El presidente chaves lo que quiere es impulsar diputados afines. Dobles candidatos no le sirven porque no se concentran los votos en ellos ni en los candidatos a diputados, y porque además necesita tener un “buen” candidato presidencial, donde se identifiquen todos los partidos que le apoyen, casi como en una coalición presidencial, con candidatos propios a diputados. Para el gobierno sus posibles dobles candidatos es gastar pólvora en zopilotes, no en jaguares, que es lo que busca.
Soy partidario de la doble candidatura. Es conveniente para la democracia y el sistema político electoral nacional. Permite que los partidos políticos puedan llevar al Congreso, a la Asamblea Legislativa, a sus mejores dirigentes, los que son candidatos presidenciales, con mayor capacidad para la negociación política. En este momento que tiene el país se requiere, se necesita, más capacidad política para llegar a acuerdos nacionales. Este es un camino posible cuando los partidos carecen de esa visión y de la de realizar verdaderas coaliciones políticas nacionales alrededor de planes nacionales, de visión país, plasmada en esos planes y de verdaderas políticas de Estado, más que acciones improvisadas de gobiernos.
Lo que también debe impulsarse es la reelección consecutiva o continuar de diputados por lo menos de un período. ¿Qué sentido tiene alternarlos cada cuatro años? Hay que dejarse de hipocresías políticas. Hay que avanzar a la gran Política nacional.
– Historiador