Abril 3, 2024
Por Corresponsal de IPS
WASHINGTON – Más allá de los 33 000 palestinos e israelíes muertos, los más de 75 000 heridos y casi dos millones de gazatíes desplazados, un nuevo informe del Banco Mundial y las Naciones Unidas evaluó en al menos 18 500 millones de dólares los daños causados a las infraestructuras críticas en la Franja de Gaza.
Esa destrucción desatada con la ofensiva militar de Israel en la sobrepoblada franja de 365 kilómetros cuadrados equivale a 97 % del producto interno bruto (PIB) combinado de los territorios palestinos, Cisjordania y Gaza, en 2022.
Los sistemáticos bombardeos de Israel, desde que se inició el actual conflicto el pasado octubre, han dañado todos los sectores de la economía, especialmente la vivienda, que representa 72 % de los costos por los daños causados.
Las infraestructuras de servicios públicos, como el agua, la sanidad y la educación, representan 19 %, y los daños en edificios comerciales e industriales, nueve por ciento.
En varios sectores, el ritmo de los daños parece estar estabilizándose, ya que son pocos los activos que permanecen intactos, y la evaluación por 18 500 millones de dólares corresponde a la destrucción considerada hasta enero.
Se calcula que la destrucción ha dejado 26 millones de toneladas de escombros, una cantidad que se tardará años en retirar.
El informe también analiza el impacto en la población de Gaza, estimada en 2,3 millones de habitantes. Más de la mitad de ella está al borde de la hambruna y toda la población sufre inseguridad alimentaria y desnutrición agudas.
Más de un millón de personas carecen de hogar, los efectos acumulativos catastróficos en la salud física y mental han afectado con mayor dureza a las mujeres, los niños, los ancianos y las personas con discapacidad, y se prevé que los más pequeños se enfrenten a consecuencias de por vida en su desarrollo.
Se estima que 17 000 niños han sido separados de sus familias, haciéndolos particularmente vulnerables a diversas formas de explotación y abuso. Se suman al estimado de 25 000 huérfanos que vivían en la Franja antes del actual conflicto.
Con 84 % de las instalaciones sanitarias dañadas o destruidas, y la falta de electricidad y agua para el funcionamiento de las restantes, la población tiene un acceso mínimo a la atención sanitaria, los medicamentos o los tratamientos que salvan vidas.
El sistema de agua y saneamiento está prácticamente colapsado, con menos de cinco por ciento de su producción anterior, y la población depende de raciones limitadas de agua para sobrevivir. El sistema educativo también colapsó, con 100 % de los niños sin escolarizar.
El informe señala el impacto en las redes eléctricas, así como en los sistemas generados por energía solar, y el apagón casi total desde el inicio del conflicto.
Con 92 % de las carreteras principales destruidas o dañadas, y la infraestructura de comunicaciones gravemente deteriorada, la entrega de ayuda humanitaria básica a la población se ha hecho muy difícil.
Los daños a instalaciones de cultura y patrimonio -templos, museos, un cementerio romano- se estimaron en al menos 320 millones de dólares, con 15 de 17 edificaciones de valor patrimonial destruidos o parcialmente dañados.
El informe provisional de evaluación de daños identifica acciones clave para los primeros esfuerzos de recuperación, empezando por un aumento de la ayuda humanitaria, la ayuda alimentaria y la producción de alimentos.
Luego, la provisión de refugio y soluciones de vivienda rápidas, rentables y ampliables para las personas desplazadas; y la reanudación de los servicios esenciales.
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