La demanda de gas natural crece

La demanda de gas natural crece continuamente para usos energéticos como parte de su rol de combustible puente en la transición energética

Roberto Dobles
roberto.dobles@gmail.com

1. El gas natural: un valioso recurso natural con múltiples usos energéticos y no energéticos

El gas natural es un recurso natural energético que tiene múltiples usos energéticos y no energéticos (como materia prima para miles de productos para todos los sectores, como salud, residencial, electrónica, transporte, etc.).

Este recurso natural se formó en el subsuelo y es incoloro, inodoro, no tiene sabor, no es tóxico y es invisible en su estado natural.

El gas natural es una fuente de energía y una materia prima que se formó hace millones de años como consecuencia de la descomposición natural de múltiples capas de materia orgánica que se encuentran en el subsuelo y que se descomponen térmicamente sin oxígeno, las cuales son sometidas al intenso calor y a la alta presión que se dan bajo tierra durante millones de años.

Como resultado del proceso natural arriba indicado, la ​​energía que los organismos descompuestos obtuvieron originalmente del sol a través de la fotosíntesis hace millones de años se almacena como energía química dentro de las moléculas del gas natural.

2. El gas natural y la transición energética

El gas natural desempeña un rol vital en la transición energética al ofrecer una alternativa de bajo costo más limpia que los otros combustibles fósiles (petróleo y carbón), actuando de esta manera como combustible puente para reducir más rápidamente as emisiones mientras avanza progresivamente la transición hacia fuentes de energía renovables y más limpias, en un proceso de cambio que dura décadas.

El gas natural contribuye así a la transición energética al lograr una descarbonización más rápida y profunda. Este recurso natural puede proporcionar reducciones significativas de emisiones a un bajo costo mediante la sustitución de combustibles que tienen mayores emisiones (como el petróleo y el carbón).

Como consecuencia de lo anterior, la demanda de gas natural en el mundo ha venido creciendo continuamente en el mundo, actuando simultáneamente como fuente de energía clave de la transición y como materia prima vital para la producción de una gran variedad de productos esenciales para la transición (plásticos y materiales de todo tipo para los equipos eléctricos y no eléctricos).

Su huella de carbono es mucho más baja en comparación con los otros combustibles fósiles, lo que, sumado a sus bajos costos, alta seguridad en el suministro energético y gran flexibilidad, lo convierte en un valioso puente hacia el nuevo sistema energético que se busca, al reducir más rápidamente las emisiones provenientes del petróleo y del carbón.

Adicionalmente, su flexibilidad y facilidad de almacenamiento y transporte, lo convierten adicionalmente en una fuente de energía valiosa para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y satisfacer la creciente demanda energética mundial.

Todos los equipos que utilizan derivados de petróleo, como los vehículos con motores de gasolina y diésel (carros, autobuses, camiones, etc.), las plantas térmicas de generación eléctrica de búnker y diésel (como las del ICE) y las calderas industriales, entre muchos otros, pueden ser fácilmente adaptados fácilmente para que funcionen con gas natural.

En el sector eléctrico, el gas natural contribuye adicionalmente a integrar las energías renovables intermitentes que, por sus bajos costos y facilidad de desarrollo, son las que más rápidamente están creciendo, como la energía solar y la eólica.

Esta contribución se da principalmente a través del suministro de energía firme de respaldo al sistema eléctrico durante períodos donde se da una baja en la generación por razones estacionales y donde las plantas de energías renovables (solar, eólica, etc.) tienen una alta intermitencia en su nivel de generación debido a su tecnología y a razones externas (como las variaciones diarias en la radiación solar y en el viento).

El rol del gas natural en la transición energética es apoyar a las energías renovables (en particular las intermitentes como la solar y la eólica y las estacionales como la hidroelectricidad), como fuente de energía firme para que puedan crecer más rápidamente y reducir las emisiones.

La energía firme es aquella que está disponible todo el tiempo de forma confiable y consistente, independientemente de factores negativos externos, como las variaciones estacionales y otras condiciones climáticas.

En otras palabras, es la energía que, por su naturaleza misma, garantiza que estará disponible en cualquier momento cuando se necesite sin verse afectada por las condiciones del entorno, asegurando así el suministro de electricidad de manera continua.

Las transiciones energéticas son procesos de cambio continuo que suelen tardar décadas en desarrollarse y llevarse a cabo. Históricamente, las transiciones de una fuente de energía dominante a otra han tardado típicamente entre 50 y 60 años, y se prevé que la transición actual hacia las energías renovables y fuentes de energías limpias también sea un proceso de varias décadas.

Las transiciones energéticas son lentas debido a la magnitud del cambio que conllevan, por lo que pasarán décadas hasta que las energías renovables, los combustibles sintéticos basados en energías renovables y otras fuentes de menor o nulo impacto climático hayan acaparado por completo de todos los sectores económicos y sociales.

La demanda de gas natural seguirá creciendo hasta un momento en que su crecimiento se estabilice y empiece a decrecer lentamente de aquí a varias décadas.

Un estudio titulado “The 200-year history of mankind’s energy transitions”, publicado por el World Economic Forum (WEF), señala los siguiente:

  • En los últimos 200 años se han producido varias transiciones energéticas.
  • Las innovaciones tecnológicas son los principales impulsores de estos cambios y desempeñan un papel clave en la transición actual hacia fuentes de energías más limpias.
  • Los avances económicos y tecnológicos de los últimos 200 años han transformado la forma en que producimos y consumimos energía.
  • En los últimos 200 años, la forma en que obtenemos nuestra energía ha cambiado drásticamente.

En la transición energética, las fuentes tradicionales de energía del pasado son sustituidas progresivamente en el tiempo, pero no desaparecen por completo.

Se busca una transición gradual hacia fuentes más limpias y sostenibles, como las energías renovables, pero las fuentes tradicionales de energía aún siguen jugando un papel importante, especialmente en el corto y mediano plazo, mientras se desarrollan e implementan las nuevas tecnologías energéticas a través de los años y se apoderan paulatinamente de los usos actuales de las energías tradicionales y de los nuevos usos que van surgiendo.

Una gran parte de la transición energética actual va hacia la electrificación, la cual está induciendo un escenario de grandes cambios en el futuro y se ha venido extendiendo a nuevos segmentos, como el transporte privado y público.

3. El gas natural como fuente de energía

Los expertos internacionales proyectan que el gas natural desempeñará un rol cada vez más importante en la matriz energética mundial, razón por la cual la demanda mundial está alcanzando máximos históricos, especialmente en los mercados de rápido crecimiento.

Un estudio titulado “Global Energy Review 2025”, elaborado por la International Energy Agency (IEA) señala los siguiente:

  • La demanda mundial de gas alcanzó un nuevo máximo histórico, y más de tres cuartas partes del crecimiento provino de economías de mercados emergentes y en desarrollo.
  • Las economías de mercados emergentes y en desarrollo representaron alrededor del 40% de la demanda adicional de gas natural en el 2024 gracias a la continua expansión económica.
  • Desde una perspectiva sectorial, el crecimiento de la demanda mundial de gas natural se vio impulsada en gran medida por la industria y la generación de electricidad, que representaron alrededor del 75% de la demanda incremental de gas en 2024.
  • El gas natural continuó desplazando al petróleo y a los productos derivados del petróleo en diversos sectores, apoyado por políticas, regulaciones y dinámica competitiva del mercado.
  • El gas natural y las energías renovables (particularmente la solar y la eólica) son las fuentes de energía que más rápido han venido creciendo, mucho más rápido que todas las otras fuentes de energía.

    Este crecimiento más rápido de la demanda provoca que su participación en la matriz energética mundial continue creciendo.

    • En las economías avanzadas, las energías renovables y el gas natural desempeñan un papel más importante en la generación de electricidad.
    • El gas natural continuó desplazando al petróleo y a los productos derivados del petróleo en diversos sectores, apoyado por políticas, regulaciones y dinámica del mercado.

    Un estudio titulado “Why the energy transition needs ‘bridge’ solutions”, elaborado por el World Economic Forum (WEF), señaló lo siguiente:

    • Si bien los avances en fuentes renovables de energía como la solar y la eólica son significativos, la infraestructura y el mercado no están completamente preparados para abandonar los combustibles fósiles de inmediato.
    • Se necesitan soluciones puente, como el gas natural y la energía nuclear, para garantizar la seguridad energética y la estabilidad económica durante la transición a las energías limpias.
    • A nivel energético, se le considera una fuente fundamental de energía para la transición hacia energías bajas en carbono. Es una alternativa más limpia que el carbón y el petróleo, y tiene menores emisiones, tanto de contaminantes convencionales como de dióxido de carbono.

    Dentro de las ventajas como fuente de energía se encuentran las siguientes:

    • Costos bajos. El gas natural suele ser una fuente de energía de bajo costo debido a su alta disponibilidad en muchos países, su facilidad de extracción y procesamiento, y un impacto ambiental relativamente menor en comparación con otros combustibles fósiles. Su asequibilidad y disponibilidad también se ven respaldadas por bajos costos de inversión y métodos de transporte y distribución eficientes.
    • Alta seguridad del suministro energético. El gas natural provee una alta seguridad de suministro energético, principalmente debido a su versatilidad y confiabilidad.

    Es una fuente de energía confiable y flexible debido, entre otras cosas, a su fácil y eficaz producción, almacenamiento, transporte y distribución, y a su alta seguridad energética.

    En el subsector eléctrico, el gas natural es una importante fuente de energía firme, la se utiliza para garantizar un suministro constante de electricidad en todo momento, independientemente de las condiciones del sistema o del clima.

    En otras palabras, como fuente de energía firme y segura en su suministro, no tiene interrupciones debido a la variabilidad de las energías renovables (por razones climáticas o tecnológicas por intermitencias, como las intermitencias que tienen las energía solar y eólica.

    Por estas razones, se utiliza como respaldo energético muy confiable para apoyar un desarrollo mayor y más rápido de energías renovables intermitentes (como la solar y la eólica), que son las que más rápidamente están creciendo.

    También permite una gran flexibilidad para satisfacer las fluctuaciones de la demanda eléctrica que continuamente se dan durante el día.

    Conclusiones

    El gas natural forma parte de la transición energética, razón por la cual su demanda está creciendo rápidamente, al igual que las energías solar y eólica.

    Es importante tener en cuenta que ninguna fuente de energía, por sí sola, es suficiente para satisfacer la demanda energética de un país o una región, por lo que las políticas energéticas exitosas buscan desarrollar un conjunto robusto de fuentes que, por su estructura, provean la creciente demanda total de energía en condiciones de bajo costo, alta seguridad de suministro y alta sostenibilidad.

    El gas natural está formando parte integral de este conjunto o portafolio de fuentes de energía que están reduciendo los costos, aumentando la seguridad energética y reduciendo las emisiones al ambiente.

    Igualmente, se debe estar consciente que la transición energética no solamente es sustituir progresivamente las fuentes tradicionales de energía con nuevas y mejores fuentes, sino que también es abastecer el nuevo y creciente consumo de energía con estas fuentes.

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