Enrique Gomáriz Moraga
Existe consenso entre los observadores estadounidenses del debate Harris vs. Trump acerca de que la vicepresidenta Kamala fue la ganadora del encuentro, sobre todo en relación con las expectativas previas. El sondeo de CNN entre sus televidentes mostraba una división de opiniones al 50% sobre quien ganaría el debate y luego de realizarse este esas opiniones se inclinaron claramente hacia Harris en más de un 60%. Es decir, todo parece indicar que respecto del público en general la vicepresidenta sorprendió por su desempeño en la discusión política. Sin embargo, también existe consenso sobre la convicción de que el resultado de estas elecciones dependerá del voto de los indecisos. Y respecto de esta cuestión el nivel de incertidumbre no ha variado sensiblemente.Ciertamente, este debate -que sería el único- era sumamente importante, pero pocos piensan que resolvería el resultado electoral por sí mismo. Por esa razón, a menos que se hubiera producido una profunda derrota de algunos de los contendientes, no era previsible que la incertidumbre desapareciera.
La interrogante se circunscribe entonces al efecto que haya tenido el debate en el universo de los indecisos. Como se pregunta Kathleen Kinsbury, columnista de New York Times, el desempeño de Harris ¿habrá satisfecho a aquellos votantes que declaraban que necesitaban conocer más a la candidata para poder decidir su voto? Y es difícil dar una respuesta con seguridad. Kamala empleó mas de la mitad de su tiempo de intervención en atacar a Trump, logrando ponerlo contra las cuerdas algunas veces, pero no logró asegurar su perfil político. Mas bien buscó hacerlo casi exclusivamente mediante la exposición de sus programas. Pero en ese sentido, Trump logró elevar la duda cuando dirigió su último golpe: ¿Y por qué no implementó esos planes durante los tres años y medio de gobierno?, preguntó a Harris cuando ya la vicepresidencia no tenía turno de respuesta.
En todo caso, en el trascurso del debate fue evidente que Harris llevaba la iniciativa obligando a Trump a la defensiva y al contrataque con latiguillos demasiado repetidos. Y Trump no pudo enfatizar los puntos débiles que presentaba la candidata. Todo parece indicar que el expresidente subestimó a Kamala como contrincante. Y, al mismo tiempo, que la vicepresidenta siguió el guion previsto disciplinadamente. Un asunto que destacó a este respecto fue el hecho de que Harris tuviera una posición más consistente en cuanto a las cuestiones militares y de seguridad. Algo que contribuyó sensiblemente a su imagen de firmeza. Definitivamente, parece que Kamala Harris preparó más concienzudamente este debate que Donald Trump. Algo que correlaciona bien con la subestimación del expresidente sobre Harris y, desde luego, con su propia sobreestimación.
Parece que no habrá otra forma de avizorar la evolución de las preferencias electorales, en medio de esta incertidumbre no resuelta, que seguir muy de cerca las encuestas a nivel nacional que realicen las encuestadoras de alto rango. Y aun así es poco probable que sea posible hacer una previsión certera antes del día de las elecciones.