Invitados de piedra: Seguridad, institucionalidad y Derechos Humanos

Luis Diego Vargas Chinchilla

Luis Diego Vargas Chinchilla

Sobre lo que diferencia a un mono de un ser humano, escuché algo razonable en un documental en el cual decían al respecto que el ser humano es multitarea, puede hacer varias cosas al mismo tiempo, su inteligencia y capacidad de razonar se lo permiten, y los primates por más ágiles que sean, a lo sumo pueden hacer un par de cosas al mismo tiempo como rascarse y comer.

Cuando escucho o leo a mucha gente decir —me incluyo hasta hace unos días— que este es el momento, dada la coyuntura actual de crisis, de pasar la página de lo que aparentemente, según la opinión de cada uno, empata a los dos candidatos cuestionados en temas de conducta y decisiones personales públicas y privadas. Que éste es el tiempo justo para concentrarnos en profundizar en los planes de ambos aspirantes para la reactivación económica, con énfasis según los allegados de José María Figueres en generación de empleo, y en la lucha contra la corrupción, por parte de los seguidores de Chaves; es cuando recuerdo que no somos primates y somos humanos capaces de hacer más de una tarea al mismo tiempo.

¿Será cierto que debamos olvidar todo aquello que no pase por el tamiz de lo económico y la probidad? Pienso que no, hay temas y oportunidades de sobra para abrir más rutas de debate aunque sea de acá al 3 de abril una apretada síntesis de discusiones sobre temas que igual confluyen en la crisis multicausal que vivimos. Las noticias, por ejemplo, un día sí y otro también nos enfrentan a horrores en materia de seguridad, como niños que mueren entre el fuego cruzado de rencillas de integrantes del crimen organizado. Y ni hablar del sablazo que nos espera en semanas con la crisis global del abastecimiento de hidrocarburos.

¡Que pena!… pero también hay temas en el área del carácter y credenciales democráticas, respeto a la institucionalidad democrática, y respeto a los derechos humanos de nuestros dos aspirantes, que por muy cansados que estemos de ellos no podemos pasar por alto y sepultarlos bajo toneladas de narrativa economicista y de populismo ético, porque estaríamos comportándonos como primates con habilidades limitadas. Cada uno debería poder reconstruir una escala de prioridades variada y escapar a la agenda que nos podrían querer imponer los tecnócratas, metiéndonos la falsa idea de que solo con equilibrios fiscales, cierre de instituciones o simplificación de trámites completamos el bálsamo a nuestros complejos problemas.

Nuestra realidad compleja no se modifica y mejora con un jarabe del Banco Mundial ni del Foro Económico Mundial, requiere una receta mucho más amplia, que para atenderla se requiere un debate inmediato porque son muchos temas que no esperan a inciertas y alocadas consultas populares. Estamos eligiendo un Presidente de la República no un Director de un Cabildo abierto en el Cartago del siglo XVIII.

Rápidamente identifico tres temas que muchos opinan pueden obviarse o ponerse en espera o no lo dicen, y simplemente los obvian: la seguridad, la inclusividad multi sectorial e institucionalidad democrática, pienso, incluida la necesidad de modificar el sistema de elección de las autoridades legislativas.

El reto es que seamos ciudadanos multi tareas y multi intereses, ¿será tan difícil hablar de eso en medio de una campaña electoral? ¿es este tiempo para forzar acuerdos?

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