José Francisco Bolaños Arquín
Con el inicio de operaciones en Costa Rica de la empresa INTEL en 1997, producto de las acertadas negociaciones con el Gobierno, se convirtió en un pilar fundamental para darnos a conocer en el mundo, como un país atractivo para invertir, que cuenta con grandes características como: estabilidad política, seguridad jurídica, educación, salud y cercanía con el mercado norteamericano. Luego siguieron grandes compañías como: Hewlett Packart y Procter and Gamble entre otras.
Las zonas francas, se crearon con el propósito de impulsar las exportaciones de nuestro país, que en la actualidad operan 311 empresas que generan alrededor de 78.000 mil puestos de trabajo, y que en su mayoría son jóvenes altamente calificados, (técnicos y profesionales) con dominio principalmente del idioma inglés, con buenos salarios, que dinamizan la economía, quienes pagan impuestos, el INS y la CCSS, entre otros.
La oportunidad de estas compañías de instalarse en zonas francas, la exoneración de impuestos sobre la renta, por remesas al exterior y por municipales, han sido requisitos fundamentales para la atracción de la inversión extranjera directa.
Sin embargo, en la actualidad se está dando una fuerte competencia entre los países desarrollados o en vías de desarrollo, para atraer estas empresas, ya que les ofrecen exención de impuestos, mejor infraestructura, agilidad en la tramitación de permisos, menores costos de producción (electricidad, gasolina), e inclusive en algunos casos los terrenos donde pueden instalarse. Los Estados Unidos, también ha entrado en esta lucha y aquellas empresas que deciden realizar inversiones, reciben grandes incentivos financieros, donaciones y subsidios federales.
En nuestro país el 86% de las compañías se encuentran ubicadas en la Gran Área Metropolitana. Sin embargo, es preciso crear las condiciones para que se instalen en las zonas rurales, donde impera un alto desempleo y pobreza. Bajo este concepto, nace la idea de la Zona Económica Especial (ZEE). Proyecto que está impulsando la República Popular de China para que se puedan instalar empresas chinas o de cualquier otro país que así lo desee. Los lugares escogidos son: Puntarenas, Limón, San Carlos, Liberia y Cartago. Los estudios de factibilidad se encuentran a cargo del Banco de Desarrollo de China.
Sin embargo, lo más importante es determinar con anticipación que tipo se empresas se instalarán en ellas y así poder capacitar de forma adecuada a los lugareños para que puedan acceder a los puestos de trabajo.
Es necesario además impulsar con más fuerza los encadenamientos productivos entre estas empresas de capital extranjero con empresas nacionales y así generar políticas más agresivas que fomenten la creación de buenas mipymes y el fortalecer las que se encuentran operando, con capacitación, asesoría, asistencia técnica de calidad y crédito necesario y oportuno.
El crecimiento de Costa Rica rondará este año alrededor del 2.8%, cantidad insuficiente para disminuir la pobreza que se encuentra en 22% y un desempleo cercano al 10 %. Para lograr mejoras sustanciales dentro de estos parámetros, se debe crecer alrededor del 8% anual.
La inversión extranjera directa ha disminuido en los últimos años. En el 2013 fue de $2.676.7 millones de dólares, en 2014 disminuyó en $570.8 millones, para un total de $2,105.9, o sea un 21% menor.
La tramitología y el tiempo requerido para poner en operación un negocio en nuestro país, es un aspecto que no nos favorece. De acuerdo con el Doing Bussines del Banco Mundial, Costa Rica se encuentra en la posición 83 entre 189 países. Colombia se encuentra en la posición 34, Perú 35, México 39 y nuestro vecino Panamá en la posición 52. Por ejemplo en Nueva Zelanda, en un solo día se realizar los trámites. En Costa Rica para iniciar un negocio, se requieren muchas veces varios meses para completar los requisitos.
En estos días, la empresa de flores Florexpo, anuncia que abandona el país y traslada sus operaciones a Guatemala, después de más de 30 años de operar en el país, alegando exceso y lentitud en los trámites en las distintas oficinas públicas. Con esta decisión se quedarán sin trabajo unas 400 personas.
Costa Rica debe necesariamente replantear las estrategias, fortalecer los mecanismos y condiciones que nos permitan competir con éxito en la atracción de la inversión extranjera directa. Estamos inmersos en un mercado internacional altamente competitivo y sensible.
Por lo anterior es imperativo la modernización del Estado Costarricense, simplificar los trámites burocráticos, invertir en infraestructura, promover aún más la enseñanza de idiomas principalmente de inglés, fortalecer la investigación e impulsar la capacitación técnica y profesional requerida por las empresas, las cuales alegan que cada día les resulta más difícil encontrar personal con esas características.
“Costa Rica debe prepararse para atraer nuevas inversiones e incentivar aquellas que se encuentran operando, o de lo contrario las empresas se trasladarán a otros país que les ofrecen mejores condiciones”
– Administrador de Negocios