Circunloquio [*]
En el libro del Génesis la Torre de Babel, narra que la humanidad hablaba un solo idioma y decidió construir una torre para alcanzar a Dios. Él lo interpreta como desobediencia a su mandato de poblar la Tierra, detuvo la construcción y confundió sus lenguas para que no pudieran entenderse entre sí, creando los diferentes idiomas.
Yayo Vicente
Como no estudio lingüística o filología, estoy escribiendo para Cambio Político y quiero que este Circunloquio aterrice en el descontrol en el que nos tiene el populismo autoritario a sus opositores, empiezo con un símil.Cuando un grupo de individuos queda separado de otros por una barrera física (montañas, ríos, islas, desiertos) o una distancia infranqueable, deja de intercambiar genes con el resto de las poblaciones. Al detenerse el intercambio genético, cada población evoluciona de manera independiente, se acumulan diferencias, aparecen nuevas variantes, el ambiente favorece ciertas características y las poblaciones se vuelven distintas y si el aislamiento dura lo suficiente, hasta puede surgir una nueva especie.
La explicación bíblica es propia de su tiempo, hoy sabemos que un fenómeno semejante al biológico sucede con los idiomas y dialectos. El siglo XXI se caracteriza por el rompimiento de los aislamientos, los dialectos de pequeñas poblaciones tienden a desaparecer, los idiomas intercambian vocablos y los nuevos nombres tecnológicos adoptan el idioma de origen y se extienden con él.
No percibimos el mundo como es, sino como somos
El aforismo del poeta Ramón de Campoamor nos explica la subjetividad con la que vemos nuestra realidad: «En este mundo traidor / nada es verdad ni mentira, / todo es según el color / del cristal con que se mira.» Ante una misma situación pueden existir múltiples interpretaciones.
El sesgo personal actúa como un filtro mental que se construye según nuestras experiencias, creencias y emociones. Inclina nuestro juicio de valor: con el sesgo de confirmación, aceptamos lo que refuerza nuestras creencias; con el emocional decidimos sin pensamiento crítico; con el cultural, filtramos desde las normas propias; con el de la experiencia, generalizamos a partir de vivencias personales.
Es una tendencia inconsciente de pensar, percibir o juzgar de cierta manera. No suele ser intencional y nos afecta a todos. A veces le llamamos “sentido común”, que, por supuesto no es estándar, pues suele construirse desde sesgos distintos. El suponer que los demás tienen el mismo “sentido común” no es gratis y origina: malentendidos y conflictos, decisiones poco objetivas, etiquetas y prejuicios y dificultad para aceptar opiniones distintas.
Populismo autoritario
El populismo autoritario consigue apoyo apelando a las emociones, a la identificación con “el pueblo”, creando desconfianza hacia los políticos y las reglas imperantes. Más que basarse en programas complejos, se apoya en narrativas simples y potentes.
- Divide a la población en dos bandos: el pueblo presentado como honesto, trabajador y víctima, enfrentando a los políticos que se presentan como corruptos, distantes o traidores. Esa polarización genera sentido de pertenencia y un enemigo común.
- Mensajes simples para problemas complejos: ofrece “soluciones” claras y directas con un lenguaje accesible y cotidiano, aunque no resuelvan nada. De esa forma muchas personas se sienten comprendidas.
- Apelación a las emociones: más que a la razón, apela al miedo (inseguridad, crisis, pérdida de identidad), odio (contra el sistema o ciertos grupos) y esperanza (promesas de cambio rápido). Las emociones movilizan más que los datos técnicos.
- Liderazgo carismático: una figura fuerte como voz auténtica del pueblo que dice “lo que otros no se atreven a decir”, así rompe con lo acostumbrado y el líder se vuelve símbolo del movimiento.
- Uso estratégico de medios y redes sociales: mensajes directos y repetitivos, discursos que dividen y que generan comunicación sin intermediarios. Esto refuerza la cercanía con la gente.
- Rechazo a la política tradicional: el populismo se presenta como antisistema, antipolítico y sin rumbo ideológico, “ni de izquierda ni de derecha”.
El sesgo de la oposición
El chavismo es un movimiento populista y autoritario, juega con esas “reglas nuevas” que ha usado ese tipo de política a través de la historia. Desde la óptica de la oposición, se brinca la cerca, corre los límites, reta las reglas y no juega limpio. La oposición quiere “Fair Play”, con principios éticos, con respeto, honestidad y conducta correcta hacia oponentes, compañeros y electores. La oposición no comprende cómo no se anteponen los valores democráticos al deseo a toda costa de la victoria. Simplemente hablamos con idiomas diferentes. El chavismo autoritario habla desde la emocionalidad y sus opositores lo hacemos desde la racionalidad. El populismo usa y abusa del sesgo emocional.
En la oposición nos engañamos y no queremos aceptar que el duelo es contra el populismo, aunque está a la vista y se expone sin ningún disimulo. Por eso leemos y escuchamos una y otra vez análisis que quieren explicar al chavismo populista y autoritario, con razones y explicaciones racionales: un coeficiente Gini mejorable, desempleo, falta de infraestructura, desastre en el ámbito educativo, tipo de cambio, tratados comerciales, ausencia de política exterior y una CCSS en crisis.
El líder, símbolo del movimiento se recubre de teflón y por eso no se le pegan los “cariñitos”, las acusaciones penales, por beligerancia o las muchas sospechas de corrupción y las malas decisiones. Tampoco se le reclama su autoritarismo. Primero se debe de raspar el teflón, el proceso lo inició el TSE, siguieron las marchas y las metidas de patas del chavismo, como la subasta de frecuencias, el micrófono y el uso del PANI.
Si somos objetivos, en doscientos años se han cometido errores y también aciertos. El balance es positivo, pues Costa Rica se distingue y es ejemplo en el barrio centroamericano y más allá. No es en el pasado donde vamos a encontrar la respuesta al populismo autoritario que corroe al Estado Social de Derecho y la democracia.
La realidad política
Nos dividieron como nunca, más que en 1856, más que en 1948, más que con el Combo del ICE, más que con el CAFTA-DR. Nos bombardearon con cuasisoluciones simples y poco realistas, a las que por poco serias no les hicimos caso. Nos llenaron de odio. Nos pusieron a un líder carismático, que encarna a un personaje que no es hacedor, pero si hablador. Nos escondieron un pasado lleno de proezas, heroísmo y realizaciones. Nos ganaron en redes sociales por abrumadora goleada. Nos llenaron la cabeza de ideas disruptivas, inconexas y sin ideología alguna.
No se le enfrenta al populismo autoritario con propuestas o con datos técnicos. Los actos de confesión, constricción y expiación solo refuerzan los errores obvios del quehacer humano. Es claro que la mala imagen que ha construido el chavismo populista y autoritario sobre los políticos y el sistema, la hace: exagerando los problemas, ocultando los aciertos e inventando relatos y mitos. Sobre todo, aprovechándose con mala fe, del analfabetismo temático y de las personas poco dadas al análisis crítico. Eso sucede en Costa Rica y también en la Alemania Nazi, la Italia de Benito Mussolini, los EE.UU. de Donald Trump, la Argentina de Javier Milei y la Venezuela de Hugo Chávez.
No se combate al populismo con populismo
“El niño le propone a su madre matar a los malos para acabar con el problema. La madre le responde que si matan a los malos el mundo será de asesinos”. Si queremos acabar con el populismo autoritario que se nos metió por la cocina, es indispensable que las personas sepan que fueron engañadas con patrañas, mentiras, divisiones y falsas promesas.
El populismo autoritario criollo está vendiendo humo, estafando y engañando incautos. Es necesario advertirles, como lo hacen los bancos para que las personas no caigan en manos de los estafadores.
Rodrigo Chaves es el líder carismático elaborado desde el 2022 y Laura Fernández no es él. Ella es un diez con hueco, una imitación barata y deslucida. Costa Rica es de personas inteligentes y educadas, nos engañaron con un timo y nos vaciaron las cuentas. Pero solo una vez se capa al perro.
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