Huracán Otto: variaciones de un mismo tema

Ágora*

Guido Mora
guidomoracr@gmail.com

Guido Mora

El impacto del fenómeno meteorológico causado por el Huracán Otto fue impresionante.

La afectación no sólo se dejó ver en los cantones de Bagaces, Upala, Los Chiles o Liberia, donde lamentablemente dejó una estela de destrucción y dolor, sino que también, ha impactado las redes sociales. En este “campo de batalla” y, sobre las espaldas del dolor de miles de costarricenses, que se ha intentado sacar provecho político de la situación, dividiendo aún más a la población costarricense cuando es, ante la adversidad, cuando más importante es mantenernos unidos.

Mientras el Gobierno ha procurado atender las necesidades de los afectados, en las redes sociales y algunos medios de comunicación, se ha librado una batalla mediática destinada a bajar el perfil de las labores realizadas por la Comisión Nacional de Emergencia, difundiendo noticias y rumores tendenciosos y orientados a “evitar que el Presidente mejore su imagen”, con las acciones impulsadas para la atención de la emergencia.
Estos grupos de malos costarricenses, debidamente articulados, se han encargado, en diferentes momentos de la tragedia, de difundir noticias negativas, procurando generar “tendencias de opinión”, en diversos momentos de la emergencia.

En un primer momento, criticaron al Gobierno por impulsar la evacuación de algunas zonas del país, amenazadas con el impacto del Huracán, argumentaban entonces que las medidas eran excesivas y desproporcionadas.

Después de que pasó el fenómeno meteorológico y no tuvo el impacto que presumiblemente iba a tener, en las zonas en que se suponía iba a afectar, se dedicaron a burlarse y criticar las expresiones desmesuradas y exageradas del Gobierno, ante la poca afectación del Huracán. Hacían burla de las previsiones que se habían tomado y de las previsiones que se impulsaron y algunos señalaban que el famoso Otto, no era más peligroso que un chubasco cualquiera.

De igual manera, criticaron el asueto decretado por el Gobierno, ante los problemas que podría generar la afectación del fenómeno meteorológico. La medida, que tenía como propósito descongestionar las vías públicas, ante la atención de posibles emergencias, cumplió su objetivo y motivó la permanencia de los ciudadanos en sus casas, a la espera de los acontecimientos que acarrearía el Huracán.

Exigieron de manera descabellada e irresponsable que el Gobierno decretara asueto en el sector privado y criticaron la diferencia, entre el sector público y privado, que generaba esta decisión. Los argumentos demagógicos e insensatos calaron en algunos sectores de la población que actúan más por reflejo que a base de razonamiento.

Presumían estos “expertos críticos u opinólogos”, que el Gobierno cuenta con una bola de cristal, que le permitiría señalar con lujo de detalles, las zonas que afectaría el paso de la tormenta.

La degradación del fenómeno y su pérdida de poder nos generó un sentimiento de tranquilidad a muchos. Sin embargo, un fenómeno como este no tiene una afectación relacionada con el primer impacto y los vientos huracanados, sino que también y algunas veces más importante aún, es imprescindible considerar el volumen de las precipitaciones, que generan emergencias, inundaciones, deslaves y caos.

Fue esto lo que lamentablemente afecto a cantones como Bagaces, Upala, Los Chiles, Liberia o Corredores.
El punto álgido de la tormenta mediática y meteorológica finalmente afecto de manera profunda y dolorosa al Cantón de Upala. Será el tiempo y las valoraciones posteriores, los que indicarán si hubo falta de previsión, desinterés, prepotencia o negligencia por parte de las autoridades locales o nacionales, para prepararse ante la tormenta.

Lo cierto del caso, es que los mensajes negativos y articulados continúan difundiéndose, desde la tranquilidad de un escritorio, situado en el Valle central y muchas veces financiado con fondos públicos, que pertenecen a todos los costarricenses.

Esta actitud no puede continuar. Es vergonzoso que algunas personas pretendan politizar el dolor de los afectados por la tragedia y que, además, procuren profundizar las divisiones ya de por si prevalecientes en la ciudadanía.

Hoy nuestra obligación es llevar comida, agua y seguridad a todos quienes sufrieron el impacto de la tragedia.
En situaciones como esta, la única bandera que debe enarbolarse es el Pabellón Nacional. Pronto llegarán los tiempos de la política y será ese el momento de criticar, señalar o acusar.

Por ahora, es obligación de todos, apoyar las acciones del Gobierno y del Presidente de la República.

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* El Ágora era el centro de la actividad política, administrativa, comercial y social de la antigua Atenas.

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