Vía costarricense
Johnny Soto Zúñiga
Con esta primera entrega inicio una serie de escritos, remembranzas, semblanzas y anécdotas de los héroes que participaron en la Guerra Civil o Revolución de 1948 y la contrarrevolución de 1955; como un justo homenaje a aquellos hombres y mujeres que aportaron su grano de arena en la construcción de un mejor país; al servicio de las mayorías, con una democracia consolidada, y una Patria más justa, libre y solidaria en paz y sin militarismo. Para esta oportunidad he escogido como héroe a Frank Marshall Jiménez, uno de los insignes combatientes revolucionarios que con mucha valentía se jugó varias veces la vida por la causa revolucionaria que lidero el Caudillo José Figueres Ferrer. Para poder realizar este artículo eche mano de varios libros históricos: un pequeño librito de Frank Marshall comentado por Oscar Saborío Alvarado, otro libro de narraciones de Saborío Alvarado; la Guerra de Figueres de Guillermo Villegas Hoffmeister fundamentalmente y otros libros narrativos de la década de 1940 y los sucesos de 1948 y 1955.
Su nombre completo era Francisco José Marshall Jiménez conocido como Frank Marshall, “el diablo rubio”, nació el 12 de marzo de 1924; su padre Jorge Marshall, de nacionalidad norteamericana e ingeniero, murió cuando era niño Frank; su madre costarricense Emilia Jiménez Guardia, se casó en segundas nupcias con Ricardo Steinvorth, costarricense por nacimiento pero de descendientes de alemanes. Curso la primaria en la escuela alemana en San José y luego viajo en junio de 1936 con su hermano Rodolfo en el barco Vapor Caribia de la Hapa Lloyd a estudiar en Alemania en el internado en un Colegio en Holsmiuden, cerca del río Veser; ahí permaneció hasta 1940; se trasladó por tren a Génova, Italia, pasando Los Alpes por el Brenner Pass, donde abordó el vapor italiano Rex que los desembarcó en Cristóbal en Colón, Panamá; luego tomaron un avión hacia Costa Rica. Don Oscar Saborío señala que en esa época en Alemania, Adolf Hitler obligaba a dar entrenamiento militar en todas las escuelas y colegios.
Frank ingresó al IV año, en el Colegio Seminario y terminó la segunda enseñanza de bachiller en diciembre de 1941, en el primer grupo que salió de bachilleres. Luego ingresó a la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Costa Rica, donde cursó el primer año, y luego que a su padrastro de descendencia alemana fue recluido en un campo de concentración primero en nuestro país y posteriormente fue trasladado a un campo de concentración en EE.UU. (recordemos que el Gobierno de Calderón Guardia 1940-1944 persiguió a los alemanes, italianos y españoles inmigrantes de sus países; o que habían nacido en el país; y que no tenían nada que ver con lo que estaba pasando en Europa con la Segunda Guerra Mundial) . Entonces Frank tuvo que asumir los asuntos y negocios de la familia, incluso fueron intervenidas sus propiedades y cuentas bancarias; fueron perseguidos de todas formas y Frank fue recluido más de un año en un campo de concentración que estaba ubicado en la avenida 10 donde actualmente está el Mercado de Mayoreo del Consejo Nacional de Producción.
Sin habérsele realizado ningún proceso judicial, a Frank se le detuvo siendo menor de edad (antes menos de 21 años) estando en un campo de concentración y recluido por temporadas en la Penitenciaría Central; luego se le dio por cárcel la finca de la familia en San Isidro de Alajuela, que comprendía la Laguna de Fraijanes donde la administró durante largo tiempo; y el gobierno lo incluyó en la lista negra para perjudicarlo en todo sentido. Señala que existían muchas arbitrariedades y abusos; por lo que se generó el repudio de muchos ciudadanos costarricenses. Esto impulsó que un grupo de muchachos se juntaran alrededor de don PepeFigueres. Entre ellos estaban Edgar Cardona, Max Cortés conocido como Tuta Cortés sobrino del ex presidente León Cortés Castro; Alberto Quirós Sasso, José Santos Delcore conocido como Pepino Delcore, entre otros que se asentaron en la finca La Lucha de Figueres.
Definitivamente Frank Marshall era un estratega militar y tenía buenos conocimientos; de seguro aprendió de los entrenamientos que tuvo en el Colegio en Alemania. Tuvo que trasladar una serie de armas a la finca La Lucha; desde San José, evitando los peajes; cuando llegó a la carretera interamericana no había tanta vigilancia y retenes y esto facilitaban las cosas para el traslado de las armas; otras las enviaron al frente norte en Alajuela. Según palabras de Frank, él participó en todas las acciones y batallas importantes de la revolución, con excepción de la toma de Limón y de la Batalla de San Isidro del General. Formó parte del batallón El Empalme que tenía a su cargo cortar la pasada de las tropas del Gobierno a la altura del Empalme en la carretera interamericana; siendo uno de los frentes determinantes del éxito de la Revolución. Frank inició como soldado raso haciendo las labores de mensajería; luego estuvo con arma en mano en las diversas batallas como la de San Cristóbal en Frailes, ascendiendo en el escalafón militar como Teniente Coronel y Jefe del Estado Mayor del Ejército de Costa Rica, antes de que la Constitución Política de 1949 aboliera el Ejército regular.
Posteriormente de terminada la Guerra Civil de 1948 se retiró a la vida privada; y fue llamado a fines de 1948, cuando un grupo de enemigos del Gobierno tomaron Ciudad Quesada por un lado y otro grupo de insurgentes invadió el país desde Nicaragua con el apoyo decidido de la dictadura de Anastasio Somoza García. Junto a don Francisco “Chico” Orlich atacaron ciudad Quesada y pudieron recuperarla. Para 1949, cuando Edgar Cardona ministro de Seguridad o Guerra se levanta en armas y produce una insurrección armada contra la Junta Fundadora de la Segunda República y quería derrocar a don Pepe Figueres (este evento militar se llama “el Cardonazo”). Frank Marshall salió a defender a la Junta; y organiza a los cadetes y oficiales de la Escuela Militar que funcionaba en lo que hoy es el Colegio Napoleón Quesada en Guadalupe de Goicoechea y que la dirigía Sidney Ross y quien había sido compañero de armas de Marshall respondió positivamente y en conjunto con Carlos Gamboa; Marshall llegó con una patrulla cerca del Hotel Costa Rica y abrió fuego contra un carro blindado de los insurgentes. Figueres y sus ministros estaban refugiados en el Ferrocarril Eléctrico al Pacífico; esperando los acontecimientos militares.
El Cuartel Bellavista tomado por los insurgentes; fue bombardeado con morteros, la artillería rodeada, y fue sofocado rápidamente; solamente murieron 10 hombres. Luego de esta escaramuza de “golpe de Estado llamado el Cardonazo”; Marshall se reintegró nuevamente a sus negocios privados y luego fue nombrado Secretario de la Delegación ante las Naciones Unidas de Costa Rica en Nueva York; ahí estuvo hasta que asumió como Presidente de la República Otilio Ulate, y se vino a constituir el partido político llamado Unión Cívico Revolucionario el 15 de setiembre de 1951 reunidos en el Teatro Latino ubicado en el Paseo de Los Estudiantes e integraron su primer comité. El objetivo era aglutinar a todos los ex combatientes; pero se debilitó cuando don Pepe fundó el Partido Liberación Nacional en octubre de 1951. Incluso Marshall llegó a ser diputado por el partido Unión Cívico Revolucionario.
Para enero de 1955, se produjo una invasión procedente de Nicaragua, constituida por los calderonistas y apoyados militarmente por el Presidente Anastasio Somoza García (habían sido entrenados en el Fuerte de Coyotepeque, donde recibieron por bastante tiempo instrucción militar muy completa y fueron bien armados). Lograron penetrar hasta Santa Rosa en Guanacaste y otro grupo ingreso a Ciudad Quesada, ocupando un puesto en el alto de una loma en el Peje. La Guardia Civil del Gobierno de Figueres enviaron la Tercera Compañía y el batallón Unión Cívico Revolucionario al mando de Marshall, que tomó el Peje y luego Ciudad Quesada. Luego fueron a pelear a Liberia y llegaron a Santa Rosa para reforzar la guarnición de la Guardia Civil, que estaba muy diezmada y luego tomar el aeropuerto de El Amo que estaba fuertemente protegido por tropas de los invasores y que aparentemente servía de Cuartel General. Se tomo El Amo, La Cruz y de nuevo llegaron hasta Peñas Blancas.
Finalmente, considero que el estratega militar y lealtad del diablo rubio Frank Marshall Jiménez hacia la Revolución del 48, hacia don Pepe Figueres, y al Gobierno de la República fue fundamental; ya que fueron tiempos convulsos y contradictorios; donde las tensiones eran día con día; y la cultura de muchos excombatientes era guerrerista y militar; y con la visión de don Pepe de abolir el Ejército como institución castrense; sin duda ayudó mucho en cambiar la mentalidad de muchos costarricenses; esto ha permitido vivir en un país de paz y donde se privilegian la educación y la salud; y no el gasto superfluo e injustificado de armamento militar. El protagonismo y acciones de Marshall Jiménez quedaron en letra de oro para la historia patria; y siendo un hombre revolucionario al derrotar a los militares insurgentes; sin duda ayudó a cimentar el pacifismo que hoy vivimos todos los costarricenses.