Grandes misterios

La maldición de Tutankamón

Tutankamón

Un reguero de inquietantes tragedias asola las vidas de los asociados al descubrimiento de la tumba de Tut en el Valle de los Reyes de Egipto.

Sobre la entrada de la tumba de Tutankamón, el legendario faraón de Egipto, hay una inscripción jeroglífica que reza: «LA MUERTE LLEGARÁ EN ALAS A QUIEN TOQUE LA TUMBA DE FARAÓN».

Pero el arqueólogo inglés Howard Carter y su patrocinador, lord Carnarvon, no se dejaron intimidar por la críptica advertencia. El 26 de noviembre de 1922 abrieron la puerta de la tumba del antiguo soberano. Al hacerlo, los dos hombres realizaron el mayor hallazgo de la historia de la arqueología y posiblemente desataron una misteriosa maldición de 3.200 años de antigüedad.

El lugar de descanso final de Tutankamón, casi intacto, reveló un tesoro de artefactos que incluía muebles, estatuas de oro, el carro real, armas y colgantes con incrustaciones de joyas. La excavación y catalogación de los hallazgos continuó durante muchas semanas, hasta la primavera de 1923, cuando una serie de desastres inexplicables golpeó al equipo de excavación.

El 6 de marzo, un mosquito picó a lord Carnarvon en la mejilla. Empezó a tener fiebre alta, que se convirtió en neumonía. Los escritores de periódicos especularon con la posibilidad de que una maldición protectora sobre la tumba del faraón fuera la responsable de la enfermedad del lord. Los temores de la opinión pública alcanzaron su punto álgido cuando Carnarvon murió la noche del 5 de abril.

Tras la muerte de lord Carnarvon, la «maldición» se extendió, provocando una serie de calamidades:

  • Arthur Mace, arqueólogo estadounidense que participaba en la excavación de Tut, entró en coma y murió poco después que Carnarvon.
  • George Jay Gould, millonario coleccionista de antigüedades estadounidense e hijo del famoso financiero, murió días después de visitar la tumba.
  • El radiólogo británico Archibald Douglas Reid, que radiografió la tumba de Tutankamón, murió en su viaje de regreso a Inglaterra en 1924.
  • El profesor Georges Benedite, Director de Antigüedades Egipcias del Museo del Louvre de París, sufrió una caída mientras visitaba la tumba, contrajo neumonía y murió en Luxor (Egipto) en 1926.

En 1929, 22 personas implicadas en la excavación de Tutankamón habían muerto inesperadamente, entre ellas un empleado del Museo Británico que se desplomó y murió mientras manipulaba objetos de la tumba. Para muchas personas, incluso hoy en día, la maldición de la tumba del niño rey sigue siendo algo más que una alarmante coincidencia.

Basado en «100 greatest mysteries» de The History Channel

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