Grand Central Terminal en Nueva York

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Carlos Revilla Maroto

Carlos Revilla

Uno de los hitos arquitectónicos que quería visitar en mi reciente viaje a la ciudad de Nueva York, era la Grand Central Terminal (GCT), a menudo también llamada Grand Central Station o simplemente la Grand Central, que es una estación o terminal de tren en la calle 42 y la avenida Park en lo que se conoce como Midtown Manhattan, una de las más grandes del mundo, y la que tiene el mayor número de andenes:​ 44, con 67 vías a lo largo de la estación. Fue construida y nombrada por el Ferrocarril Central de Nueva York en el apogeo de los trenes de larga distancia de Estados Unidos.

La estación tiene dos niveles, ambos subterráneos, con 41 vías en el nivel superior y 26 en el nivel inferior. Cuando la nueva estación del Ferrocarril de Long Island sea abierta bajo los niveles existentes, la estación dispondrá de un total 75 vías y 48 andenes. Da servicio a los pasajeros viajando en el Ferrocarril Metro-North hacia los condados de Westchester, Putnam y Dutchess en el estado de Nueva York, y de los de Fairfield y New Haven en Connecticut. La terminal es la tercera estación de tren más concurrida de Norteamérica, después de Penn Station también en Nueva York, la cual también conocí, y la Union Station de Toronto. También contiene una conexión con el metro de la ciudad.

Veamos algunas estadísticas y datos generales del Grand Central Terminal:

Datos generales
Ubicación 89 E. Calle 42 y Avenida Park, Ciudad de Nueva York
Construido 1903
Arquitecto Rafael Guastavino
Estilo arquitectónico Beaux-Arts
Agregado al NRHP 17 de enero de 1975/11 de agosto de 1983
Administración Autoridad de Tránsito Metropolitano
Estadísticas
Tamaño El área total del terreno es de 19,425 Ha o 194 249,02 m² con 53 km de vías y 44 andenes.
Trenes 660 trenes del ferrocarril Metro-North.
Visitantes más de 500 000 al día
Costo renovaciones 1996—98 250 millones de dólares norteamericanos.
Comercios 103
Espacio comercial 12 126,07 m² más 1 300,64 m² para eventos especiales.
Negocio más antiguo Restaurante «Oyster Bar», apertura en 1913.
Comidas diarias servidas 10 000
Porcentaje de trenes a tiempo 98%
Artículos perdidos y encontrados 19 000
Artículo perdido con mayor frecuencia Abrigos (más de 2 000 al año).
Promedio de artículos devueltos Más del 60%, cerca de 98% para computadoras e iPods.

Para hablar de la Grand Central Terminal, hay que hacerlo de la familia Vanderbilt, especialmente del Comodoro Cornelius Vanderbilt (1794-1877); su fundador, y creador del sistema ferroviario del noreste, y quien construyó el primer Grand Central Depot en 1871. Su primer trabajo fue en el sector naviero, donde comenzó con un solo velero, y terminó convirtiéndose en el mayor operador de barcos de vapor de Estados Unidos, y responsable de establecer las primeras leyes de comercio interestatal del país.

Al acercarse a los 70 años, Vanderbilt se dedicó al negocio del ferrocarril, comprando varias líneas ferroviarias independientes alrededor de Nueva York, y consolidándolas en el New York Central System, conocido como la “Vanderbilt Road”. Las siguientes generaciones de la familia Vanderbilt continuaron su labor y ampliaron el ferrocarril hasta Chicago y más allá, convirtiéndolo en la mayor corporación ferroviaria de Estados Unidos.

La familia Vanderbilt lideró la construcción de la terminal actual en la calle 42 y la avenida Vanderbilt, que fue terminada en 1913. La estación es un monumento a los hombres y mujeres que trabajaron en su bella estructura que trasciende en el tiempo.

La arquitectura y el diseño interior le han valido varias designaciones como Monumento Histórico Nacional (las placas se pueden ver más adelante). Su diseño incorpora numerosas obras de arte. Es una de las diez atracciones turísticas más visitadas del mundo, con 21,6 millones de visitantes en 2018, excluyendo a los pasajeros de tren y metro.

También la terminal tiene una gran variedad de tiendas y ventas de comida, incluyendo restaurantes y bares de lujo, dos salones de comida y un mercado de comestibles, además de varias cafés tipo soda.

La terminal goza de un amplio reconocimiento y de una opinión favorable por parte del público estadounidense. En la encuesta pública America’s Favorite Architecture realizada en 2006-2007 por el American Institute of Architects, los encuestados la clasificaron como su 13ª obra arquitectónica favorita en el país, y la cuarta en la ciudad y el estado, después del Empire State Building, el Chrysler Building y la Catedral de San Patricio. En 2013, el historiador David Cannadine lo describió el edificio como uno de los más majestuosos del siglo XX. La terminal también está reconocida por la American Society of Civil Engineers como un Hito Histórico de la Ingeniería Civil, añadido en 2013.

El edificio de la estación mide 240 m a lo largo de la avenida Vanderbilt (36,5 m más de lo previsto inicialmente), 91 m en la calle 42 y tiene 32 m de altura.

El vestíbulo principal o main concourse como también se le conoce, en el nivel superior de los andenes de la terminal, está situado en el centro geográfico del edificio de la estación. Este vestíbulo abovedado mide 84 m de largo por 37 m de ancho y 38 m de altura; para un total de unos 3 300 m2. La bóveda es realmente impresionante. Su inmensidad pretendía evocar el carácter «grandioso» de la terminal con un mural pintado en pan de oro de las 12 constelaciones del Zodíaco, además de 2 500 estrellas (59 de ellas con puntos de luz led). Como curiosidad, el zodíaco se pintó al revés y nadie sabe a ciencia cierta cómo se produjo la confusión, aunque Cornelius Vanderbilt, afirmó que no se trataba de un accidente: la idea era visualizar el Zodíaco desde una perspectiva divina, en lugar de humana. En general, son características sus bóvedas de ladrillo patentadas por Rafael Guastavino, denominado “El arquitecto de Nueva York”.

En el vestíbulo destaca el reloj con cuatro esferas de ópalo, que descansa sobre el quiosco de información. Este monumento histórico, es además el punto de encuentro por excelencia del vestíbulo principal. “¡Quedamos de vernos en el reloj!” es toda una tradición neoyorquina. Allí se encuentra una ventanilla donde, cada día, se responden miles de preguntas. El reloj, como el resto de relojes de la estación, está sincronizado con el reloj atómico del Observatorio Naval de los Estados Unidos en Bethesda (Maryland), y su precisión es tal que perdería o ganaría tan solo un segundo en 20 mil millones de años. Este célebre reloj está valorado en la friolera de 20 millones de dólares. El vestíbulo aparece en muchas películas y series de televisión. Recientemente vi una película muy interesante de ciencia ficción titulada “2:22” o “Premonición” como se le tituló en español), con la actuación de Teresa Palmer una de mis actrices favoritas (de las actuales), donde todo el desenlace se desarrolla en el famoso interior de la terminal, como puede verse al final del “avance” de la cinta, y que por supuesto recomiendo.

La llamada Whispering Gallery o galería de los susurros es un ejemplo de arcos de cerámica rebajados introducido por Guastavino, y se encuentra junto al Oyster Bar & Restaurant. El recinto crea un fenómeno acústico que permite escuchar los susurros de otra persona desde la columna opuesta.

La terminal fue diseñada en estilo Beaux-Arts por Reed and Stem, que se encargó del diseño general de la terminal, y Warren and Wetmore, que se encargó principalmente de las modificaciones cosméticas del exterior y el interior. Varios elementos del interior de la terminal fueron diseñados por los arquitectos y artistas franceses Jules-Félix Coutan, Sylvain Salières y Paul César Helleu. La Grand Central cuenta con espacios monumentales y detalles meticulosos, especialmente en su fachada, la cual se basa en un diseño exterior general de Whitney Warren.

En la fachada se puede ver el segundo reloj más famoso de la estación. Adornado con estatuas de dioses griegos que representan las virtudes del ferrocarril, es decir, la velocidad (Mercurio), la fuerza (Hércules) y el intelecto (Minerva), el reloj mide más de cuatro metros de diámetro y es la pieza de vidrio de Tiffany más grande del mundo. Hicieron falta siete años para completar la construcción de la estatua, situada a una altura de unos 15 m y de 1 500 toneladas de peso.

La estación está decorada con motivos arquitectónicos de hojas de roble y bellota, en representación de la familia Vanderbilt. El lema familiar era el proverbio inglés: “Mighty oaks from little acorns grow”, que comparando el roble y la bellota, viene a significar que las grandes cosas siempre suelen comenzar de forma modesta.

La Grand Central Terminal es una maravilla de la ingeniería y un ejemplo de supervivencia y renacimiento. En 1978, el arquitecto, Philip Johnson, y la exprimera dama, Jacqueline Kennedy Onassis, se movilizaron para reivindicar la catalogación de la estación como monumento histórico. Con ello garantizaron que generaciones futuras de neoyorquinos pudieran seguir disfrutando del edificio. Esto se puede constatar en una placa, la cual transcribo —ya traducida— a continuación.

LA GRAN TERMINAL CENTRAL
HA SIDO DESIGNADA COMO
HITO HISTÓRICO NACIONAL

ESTE LUGAR POSEE UNA IMPORTANCIA NACIONAL
PARA CONMEMORAR LA HISTORIA DE LOS
ESTADOS UNIDOS DE AMÉRICA
CONSTRUIDA DE 1903 A 1913, ESTA
PRINCIPAL TERMINAL DE TRANSPORTE
REPRESENTA UN HITO EN EL DISEÑO
DISEÑO, LA ARQUITECTURA Y LA INGENIERÍA AMERICANAS.

SERVICIO DE PARQUES NACIONALES
DEPARTAMENTO DEL INTERIOR DE LOS ESTADOS UNIDOS
DESIGNADO EN 1976

También hay otra placa, que la declara como uno de los lugares emblemáticos de la ciudad:

«LUGARES EMBLEMÁTICOS DE NUEVA YORK»

LA GRAN TERMINAL CENTRAL

TERMINADA EN 1913 A PARTIR DE LOS PLANOS DE
WARREN & WETMORE Y REED & STEM
EN EL LUGAR DE UN DEPÓSITO ANTERIOR CONSTRUIDO POR
COMODORO CORNELIUS VANDERBILT
EN 1871. GRUPO DE ESTATUAS SOBRE LA ENTRADA
ENTRADA PRINCIPAL REALIZADO POR JULES COUTAN.

PLACA ERIGIDA EN 1957 POR

EL NEW YORK COMNUNITY TRUST

Aunque su momento de esplendor fue desde los años 20 hasta los años 50, la terminal sufrió por el auge en la popularidad del automóvil y de las aerolíneas; estando al borde de cerrar. La dura resistencia que plantó la Comisión para la Preservación de Monumentos Históricos de Nueva York, la venta de un edificio de oficinas que se había construido junto a la estación y la reconversión de sus espacios en galerías comerciales y centros de ocio, consiguieron salvarla de desaparecer, y le proporcionaron una nueva vida que ya se ha prolongado por más de cien años.

El artículo me quedó muy extenso, y aún así dejo en el tintero infinidad de aspectos de este monumento histórico de fama universal, que no es solo una terminal de tren, es además un destacado núcleo de compras, restauración y cultura. Si vienen a Nueva York, tienen que visitarlo, es un imperdible.

La mayoría de las imágenes las tomé mientras esperaba a los que hacían fila en el centro de vacunación que había en la terminal, por lo que tuve tiempo para hacer un recorrido con calma. Unas pocas imágenes las tomé de WikiCommons para poder mostrar toda la magnificencia del lugar.

 

Con la ayuda de la Wikipedia y otras fuentes menores.

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