Francia: claves para entender las elecciones de este domingo

Jueves 27 de junio

Redacción internacional

Francia

La disolución de la Asamblea Nacional por parte del presidente Macron tras la derrota en las elecciones al parlamento europeo ha desencadenado una profunda crisis política. ¿Qué se vota, cómo se vota y cuáles son los posibles escenarios para estas elecciones?

¿Por qué Macron disolvió la Asamblea Nacional y llamó a elecciones anticipadas?

Las recientes elecciones europeas del 9 de junio aceleraron como nunca la crisis política en Francia. Con la extrema derecha de Agrupación Nacional (RN, por sus siglas en francés) habiendo quedado como la fuerza política más votada, el presidente Emmanuel Macron decidió disolver la Asamblea Nacional (Congreso) y llamar a elecciones anticipadas para este 30 de junio, siendo el 7 de julio la segunda vuelta para aquellas circunscripciones que no tengan un ganador claro en primera vuelta.

Macron que ya venía debilitado en la Asamblea Nacional, dependiendo de una mayoría relativa desde su derrota en las legislativas de 2022, se vio debilitado en muchas ocasiones debiendo apelar a leyes por decreto al no lograr mayoría parlamentaria: esto ocurrió por ejemplo con la ley de reforma de las pensiones, en los problemas para el examen de la ley de inmigración o durante los distintos cambios a su gobierno.

Con este escenario de fondo, y ante la derrota en las elecciones europeas Macron decidió disolver la asamblea nacional y convocar a elecciones esperando generar un reflejo “republicano” ante el avance de la extrema derecha que le permitiera consolidar su bloque “de centro” en la Asamblea Nacional. Sin embargo, la decisión parece haber intensificado las tendencias polarizadoras tanto a la derecha como a la izquierda.

¿Qué es lo que se vota este domingo?

Este domingo los más de 49 millones de franceses inscritos en el censo electoral están llamados a votar para elegir al total de los 577 diputados de la Asamblea Nacional. De ese total 556 corresponden a los departamentos franceses, 10 a las colectividades de ultramar y 11 para los franceses en el exterior.

Cada uno de los diputados o diputadas de los departamentos franceses son elegidos por circunscripción uninominal (al menos uno por departamento) y cuentan con un sistema de balotaje o segunda vuelta.

Para ganar en primera vuelta, un candidato a la Asamblea Nacional tiene que obtener la mayoría absoluta (más del 50% de los votos), pero la votación tiene que contar con al menos el 25% de los electores inscritos. Si ningún candidato obtiene la mayoría absoluta en sus circunscripciones este domingo, entonces pasarán a disputar la segunda vuelta el domingo 7 de julio todos los candidatos que hayan obtenido más del 12,5% de los votos. En esa segunda vuelta el candidato más votado ganará un escaño en la Asamblea Nacional.

Para obtener la mayoría en la Asamblea Nacional se necesitan 289 escaños.

¿Qué nivel de participación se estima?

La disolución de la Asamblea Nacional ha dado lugar a un aumento de la politización en el país, lo que augura una alta participación en las elecciones de este domingo.

La participación venía cayendo desde 2002 cuando el mandato presidencial bajó de 7 a 5 años y las elecciones presidenciales y legislativas se empezaron a realizar en paralelo, con una diferencia de dos meses. Primero las presidenciales y dos meses después las legislativas. Esto generó que en general el partido que ganaba la presidencia, dos meses después también obtenía la mayoría en la Asamblea Nacional, lo que desalentó la participación que viene cayendo desde hace una década.

Por el contrario ahora estamos ante unas elecciones donde hay mucho en juego, y se estima que la participación podría pasar del 47,5% en 2022 a más del 60% ahora, con una fuerte movilización de todas las categorías de votantes, sea cual sea su edad o profesión.

En el marco de este aumento de la participación, la extrema derecha de Agrupación Nacional (RN, el partido de Marine Le Pen) y la izquierda institucional del Nuevo Frente Popular (que nuclea al Partido Socialista, al Partido Comunista, a los verdes y a La Francia Insumisa) lideran los sondeos, con una ventaja sustancial para la extrema derecha, con más del 31% (y hasta el 36% según algunas encuestas). Por su parte el bloque de centro en torno a Macron sigue en crisis, y en los sondeos se encuentra en torno al 20%.

¿Cuáles son las hipótesis sobre el resultado y la posibilidad de obtener mayorías?

Dentro de las hipótesis parece difícil que el partido de Macron pueda lograr la mayoría absoluta de 289 diputados para poder nombrar de nuevo a Gabriel Attal como primer ministro, ya que quién obtiene la mayoría en el Parlamento puede imponer al primer ministro del país. Es decir que si otra fuerza gana la mayoría puede elegir al Primer Ministro, que a su vez elige a sus ministros. Esto se conoce como «cohabitación» (es decir un presidente de un signo polítco y un primer ministro y gabinete de otro). La última cohabitación se dio en 1997 cuando el presidente de centro derecha Jacques Chirac, no obtuvo mayoría tras disolver el parlamento y terminó cogobernando con el primer ministro Lionel Jospin del centroizquierdista Partido Socialista.

En cuanto a la derecha la hipótesis en la que todo el mundo piensa actualmente es la de una mayoría absoluta para la extrema derecha de Agrupación Nacional de Marine Le Pen (RN). Para ello sería necesario que ese bloque obtenga al menos 289 diputados, ya sea siendo todos de RN, o junto a una parte de los diputados de la derecha tradicional de Les Républicains (LR) que ya cerraron un acuerdo con la extrema derecha (a pesar de que la mayoría de los diputados que se presentan por LR no aceptan hacer un acuerdo con RN). Agrupación Nacional (RN) anunció que sólo formará gobierno si cuenta con esa mayoría.

Otro escenario para la extrema derecha es que solo obtenga una mayoría relativa. En este caso, si la mayoría relativa se sitúa a pocos diputados de la mayoría absoluta, no se puede descartar que algunos de los diputados de la derecha tradicional de LR que hasta ahora no aceptan apoyar al partido de Le Pen lo terminen haciendo. Aunque parece un escenario más difícil.

Desde el lado de la izquierda, aunque la campaña ha estado marcada en los últimos días por una brutal ofensiva mediática para demonizarla, especialmente a través de la figura de Jean-Luc Mélenchon, un tercer escenario sería que el Nuevo Frente Popular obtuviera la mayoría absoluta. En ese caso, se producirían debates encarnizados entre los componentes del Nuevo Frente Popular para elegir a un primer ministro y formar gobierno, mientras que las divisiones ya se están avivando en el marco de esta campaña.

En otro escenario, la izquierda podría obtener sólo una mayoría relativa. Tal situación plantearía la cuestión de un acuerdo entre las fuerzas de «centro-izquierda» (Partido Socialista, Ecologistas, incluso el Partido Comunista) y la derecha tradicional, lo que crearía un gobierno de coalición derecha/centro-izquierda sin precedentes. Este es el plan que Edouard Philippe de Republicanos (LR), parece haber elaborado estos últimos días, como forma de mantener el bloque de centro. Sin embargo, es difícil imaginar en torno a qué programa podrían converger fuerzas tan distintas, y cabe preguntarse por el interés de la izquierda institucional en atarse al cadáver del macronismo.

Esta hipótesis parece tanto más compleja ya que requiere de un número importante de miembros de LR y de LFI (Republicanos y Francia Insumisa) dentro de esta coalición.

Aunque el nivel de inestabilidad e incertidumbre de la situación obliga a considerar todas las posibilidades, el escenario de una coalición centro-izquierda/derecha parece bastante improbable. A falta de acuerdos, prevalecería la ingobernabilidad.

¿Qué puede pasar si no se logran mayorías?

Otro escenario sería el de una mayoría relativa a la izquierda o a la extrema derecha que no desembocara en ningún acuerdo que permitiera obtener una mayoría absoluta o incluso formar un gobierno aceptable para la mayoría de los diputados.

En este contexto, podríamos encontrarnos ante una situación de ingobernabilidad, en la que se formarían gobiernos a petición de Emmanuel Macron, sólo para ser revocados. Como señala France Info: «Podríamos tener una situación de bloqueo en la que se pondría a prueba un gobierno que podría ser rápidamente derrocado con una moción de censura aprobada por 289 diputados […] Esta situación podría repetirse al menos hasta julio de 2025, porque una nueva disolución de la Asamblea Nacional no puede tener lugar hasta 12 meses después de la anterior.

Ante este panorama, la idea de un «gobierno técnico», formado por «expertos» y otros tecnócratas ajenos a los partidos, ha sido planteada en los últimos días como hipótesis, por ejemplo, por el constitucionalista Benjamin Morel. «La idea es que los partidos no participen en el Gobierno porque no quieren ser responsables de las políticas que se lleven a cabo. Así se ahorra un año hasta la próxima disolución, y los partidos se ponen de acuerdo para que el partido sea gobernable no votando una moción de censura», explicó en LCI.

Un escenario así se vio, por ejemplo, en Bélgica durante la crisis de Covid, mientras que Italia ha tenido cuatro gobiernos de este tipo desde la Segunda Guerra Mundial, siendo el más reciente el del expresidente del Banco Central Europeo Mario Draghi, de febrero de 2021 a octubre de 2023.

Esta perspectiva, en una situación tan inestable como la que vive francia, con la presión de la austeridad y la guerra de Ucrania, parece difícil de sostener.

Otro escenario implicaría la dimisión de Emmanuel Macron. Aunque el presidente de la República ha descartado esta hipótesis, el grado de crisis que se avecina obliga a tomarla en serio. Sin embargo, como señala Vincent Martigny, profesor de Ciencias Políticas en la Politécnica, en una entrevista a Le Nouvel Obs, «esta hipótesis no resolvería necesariamente la crisis. Suponiendo que un nuevo presidente sea elegido, tendrá que conformarse con la Asamblea surgida de las urnas el 7 de julio, y no tendrá más mayoría absoluta que Emmanuel Macron». La situación se complicaría aún más por el hecho de que se está debatiendo si un nuevo presidente electo podría disolver a su vez la Asamblea Nacional.

Un último escenario implicaría que el Jefe del Estado decidiera aplicar el artículo 16. Esta disposición, que implica un salto bonapartista sin precedentes, otorga «poderes excepcionales» a Emmanuel Macron. De hecho, sólo se conoce un precedente de su aplicación en la historia de la V República: el utilizado por De Gaulle del 23 de abril al 29 de septiembre de 1961 en respuesta al putsch de Argel (en referencia al intento de golpe de Estado de los generales en Argel que ocurrió entre el 21 y el 26 de abril de 1961). Pero las condiciones en las que se aplicaría, así como el grado de crisis política y de inestabilidad social que se derivaría, hacen difícil imaginar que esta hipótesis se convierta en realidad.

Sea cual sea el resultado de la segunda vuelta del 7 de julio, la situación se anuncia muy inestable, con coordenadas internacionales explosivas. La construcción de una política obrera y popular independiente que defienda desde abajo los intereses de los trabajadores y los oprimidos se presenta como un reto decisivo.

La Izquierda Diario

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