Fracaso de las elecciones municipales

Carlos Manuel Echeverría Esquivel

Carlos Manuel Echeverría

Las elecciones municipales del 4 de febrero fueron un rotundo fracaso, si desde el punto de vista de participación ciudadana se trata, cuando en el caso del gobierno local, lo opuesto debería ser. Solo el 31.75% del padrón votó vs 36.3% en el 2020, un claro deterioro. ¿Porqué?

Son muchas las razones y posiblemente se me vayan algunas. Pienso en éstas:

  1. Los gobiernos municipales están lejos de la gente y la tendencia es a gobernar verticalmente. Su toma de decisiones es centralizada, lo que no ayuda a la práctica democrática cotidiana.
  2. Se habla mucho de que la corrupción en general pulula en el municipio, la “hormiga” y la grande tipo “diamante”. Se dice que, en bastantes municipios, todo se atrasa, a veces adrede y para que “camine” se requiere de una “coima”. No me ha pasado, pero tampoco hago trámites municipales complicados. La gente se queja de que los empleados municipales no ayudan buscándole “la comba al palo”, sin salirse por supuesto de lo legal al tramitar.
  3. Los alcaldes que perdían la posibilidad de ser relectos si se aprobaba el texto armaron un trabuco en defensa de sus intereses personales que se volvió un esfuerzo ridículo y perjudicial para el régimen. Quedó en el subconsciente colectivo.
  4. Lo que ganan los alcaldes en Costa Rica en cuanto a monto y la forma en que se calcula la remuneración es una barbaridad: resulta que el alcalde siempre tiene que ganar cierto porcentaje de más que la funcionaria (o) que más gana en la muni, tomando en cuenta todos sus aumentos y anualidades, etc. Eso catapulta la remuneración del alcalde que además puede traerse a algún empleado público vetusto, al que haya que pagarle lo que corresponde. Es una vergüenza que ese esquema se le planteara al congreso de turno el que con algunos miembros posiblemente pensando en la puerta giratoria, lo aprobó tal y como quedo plasmado en la ley de soporte. Además, ganan como los alcaldes de las grandes ciudades a nivel mundial.
  5. No son las municipalidades conocidas como entes eficientes y eficaces, empezando por muchos alcaldes que ciertamente no valen laboralmente lo que se ganan. Así lo confirman las evaluaciones de la Contraloría General de la República.

La verdad es que en Costa Rica como sucede en muchos países, la cantidad de municipios es más de lo necesario y lo que el país aguanta; y todavía quieren crear más, posiblemente “buscan huesos”. De hecho, hay alcaldías gigantescas, como la de CDMX o la de Nueva York que cumplen y están cerca de la gente. Esquemas participativos tipo ley 10096 son fáciles de implementar. Las economías de escala son necesarias para un mejor aprovechamiento de los recursos.

La alternativa organizativa. En Costa Rica, lo primero que debemos hacer es eliminar la estructura provincial, que ya no tiene sentido…es resabio de otras épocas, así como de las posibilidades de comunicación y tecnología actuales y a futuro. ¿Qué tiene que ver hoy en día Coto Brus con Puntarenas o Sarapiquí con Heredia?

Según la nomenclatura basada en análisis técnicos de OFIPLAN/MIDEPLAN, el país cuenta con 6 regiones que se subdividen a su vez en 22 subregiones. Las regiones substituyen a las provincias y podríamos tener un municipio fuerte y profesional en cada subregión, con excepción de las del Valle Central, donde podría haber unas cuantas más, sin pasarse de 28-30 en total. Claro está, hay que respetar a los alcaldes recién electos y que podrían ser re elegidos. Estaría la reforma lista a no menos de 8 años plazo.

La modificación constitucional correspondiente, debería ponerse en práctica en la elección del 2032. Hay tiempo para pensar, pero hagámoslo, para tener un orden municipal más cercano a la ciudadanía, más transparente y más eficiente y eficaz, que apuntale nuestra alicaída democracia. Revisiones como la que se propone no deben fastidiarnos. Los estados, como las empresas y las personas, deben revisar periódicamente sus esquemas de gobierno, para corregir errores, adaptarse a nuevas realidades, asumir nuevos desafíos y posicionarse adecuadamente ante ellos. No vale la parálisis por temor o por anteponer intereses personales.

Miembro COREC I- Comisión de Reforma Administrativa del Estado Costarricense I.

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