Por Benedikt von Imhoff (dpa)
A los Beatles y Liverpool los une un vínculo indisoluble, y por estos días, la ciudad que vio nacer a los «Fab Four» les dedica incluso un curso de maestría.
La legendaria banda integrada por Paul McCartney, John Lennon, Ringo Starr y George Harrison continúa impregnando el paisaje de la ciudad en el noroeste de Inglaterra, incluso a más de medio siglo de su separación.
Numerosos buses turísticos se detienen para que sus ocupantes tomen una rápida fotografía ante en un lugar icónico, Strawberry Field. Una finca que fuera un orfanato, en cuyos terrenos Lennon jugaba de chico con sus amigos.
Una mirada a las letras pintadas y la canción viene inmediatamente a la mente: en la pared se lee «Strawberry Field», junto a la reja roja de entrada. Lo que se denomina un sitio «icónico». ¡Bienvenidos a la Beatlemanía en Liverpool!
Sin embargo, Holly Tessler y sus estudiantes buscan aquí algo más que tomar una fotografía. «The Beatles: Industria Musical y Herencia» se denomina el curso de maestría que ella imparte.
Su programa, indica, pretende replantear y ampliar el discurso contemporáneo sobre los Beatles más allá de lo histórico y lo musicológico para situarlo en un contexto más amplio y sólido del siglo XXI.
Se trata de un curso sin precedentes en la ciudad natal de los «Fab Four». Pero primero Tessler tiene que barrer con los prejuicios al respecto.
«La gente escucha la palabra Beatles y piensa que se trata de un concurso de pub o que escucharemos ‘Sergeant Pepper’ y hablaremos de lo genial que es la canción», afirmó la estadounidense en diálogo con dpa. «Para hacer eso nadie necesita un título», agrega.
La docente efectivamente aspira a algo más elevado. Su meta es poner en cuestión el pensamiento dominante sobre la banda, y más aún cuando los testigos de época son cada vez más ancianos.
De los cuatro Beatles, solamente viven dos: el genial McCartney cumplirá 80 años el año que viene y el baterista Starr, 82. Los expertos afirman por lo bajo que los recuerdos de los miembros de la banda suelen cambiar en función de su estado de ánimo o del humor del día.
Tessler, que no se pierde ninguna presentación de McCartney, se propone prevenir en este terreno y extender una red científica sobre los Beatles, para garantizar la escritura de una historia objetiva sobre la banda.
Pero el curso es solamente una parte: el año que viene también aparecerá una revista. El foco asimismo estará en el rol social de los Beatles, cuya influencia fue inmensa sobre la cultura y la moda de la década de 1960.
Diez estudiantes se inscribieron para el primer semestre de Tessler. El curso de posgrado a tiempo completo se extiende durante un año. La composición del alumnado resultó en una mezcla de jóvenes y gente mayor, en un arco que se extiende de poco más de 20 años a 60 y largos. Algunos llevan mucho tiempo establecidos en la vida profesional o ya la han dejado atrás.
Entre ellos se cuenta Steve, quien en su tiempo libre lleva adelante un podcast y un blog sobre la mítica banda. O la estadounidense Susan, una ex docente universitaria, que se mudó especialmente a Liverpool para realizar el curso.
El guía turístico Damion, por su parte, desea profundizar su conocimiento sobre los personajes más famosos de Liverpool. Y a todos los une que son enormes fanáticos de los Beatles.
Incluso dos de los participantes nombraron a sus hijos «Jude», por la célebre canción «Hey Jude». «No nos cansamos nunca, estamos poseídos por ellos», explica Alexandra Mason, probablemente la más joven del curso.
Tessler no puede contarles nada nuevo a sus alumnos sobre la vida privada o las canciones de los «Fab Four». Entonces, ¿de qué se trata?
«Observamos de qué manera Liverpool integra y elabora la herencia de los Beatles con su sector cultural más amplio», explica la profesora.
Las visitas como la que se efectúa a Strawberry Field les brindan a los estudiantes una mirada tras las bambalinas de la Beatlemanía respecto de lo que ocurre con los ingresos generados a partir de este entusiasmo: la atracción turística es también una organización de beneficencia que trabaja con jóvenes de entornos difíciles.
Las clases se desarrollan por lo tanto entre el aula y las atracciones como la calle Penny Lane, Y, entre las tareas, los estudiantes confeccionan una ruta a través de Liverpool o planean un evento de los Beatles.
Tessler apunta que «no se trata de un título celebratorio de los Beatles, sino que utiliza a los Beatles, el turismo y el sector de la herencia cultural de Liverpool como modelo para otros lugares que son conocidos por un fenómeno cultural». Por ejemplo, como el caso de Salzburgo y Mozart.
Entre los posibles ámbitos profesionales a los que pueden apuntar los estudiantes se cuentan los sectores de turismo, tiempo libre, cultura o la industria de la creatividad.
A quien dé vueltas por Liverpool, le llamará rápidamente la atención cuán estrechamente sigue ligada la metrópoli a la banda. Se estima que la euforia en torno a los Beatles genera ingresos por 100 millones de euros (unos 112 millones de dólares) a la economía de la ciudad.
«Una gran parte de nuestro turismo es el turismo Beatle», asegura Roag Best, propietario de un museo sobre la mítica banda de rock británica. «O sea que los Beatles crearon una industria que le dio puestos de trabajo a la gente».
El epicentro de la Beatlemanía es la calle Mathew Street. Aquí se encuentra el Cavern Club, donde los Beatles celebraron sus primeros éxitos, así como el pub «Grapes», donde los cuatro miembros de la banda compartían una cerveza tras sus presentaciones.
Los nombres de los cafés y bares son una alusión tras otra a la banda y sus canciones: aquí y allá se encuentra el «Rubber Soul» o el «Sergeant Peppers», mientras las canciones de los Beatles resuenan ininterrumpidamente por la calle. La sensación que prevalece es como estar en una pequeña Disneylandia de los Beatles.
Naturalmente que el lugar donde Roag Best tenía que abrir su museo era en la Mathew Street. «No había posibilidad de que fuera en otro sitio», explica el hermanastro del primer baterista de los Beatles, Pete Best, mientras guía por la exposición.
Best asegura con orgullo que solamente Paul McCartney posee una colección mayor sobre los Beatles. El museo recorre la historia de la banda con miles de documentos sobre su aparición en Hamburgo, el ascenso al estrellato y el final.
Allí pueden verse entre otros el encendedor de John Lennon, los planos originales del Cavern Club, atrezzo de películas, instrumentos, ropa, cartas y las listas de huéspedes de los hoteles durante las giras por Estados Unidos.
Best considera que el curso de maestría es una idea extraordinaria. «Estudiar a los Beatles no significa solamente aprender algo sobre una banda de rock-‘n’-roll», opina, y apunta que se trata de los límites que se atraviesan. «Los Beatles modificaron por entonces la cultura», concluye.
dpa