Carlos Manuel Echeverría Esquivel
Lo vengo externando desde que se inició el conflicto Rusia-Ucrania. Me agradó coincidir al respecto con el señor Kissinger (qdDg), a quien se le pueden achacar muchas cosas pero nunca un mal diagnóstico estratégico y con el Papa Francisco, a quien parafraseo: “fue un error de Occidente el ladrarle a Rusia en su puerta”.La geo política internacional, no se puede diseñar al albur de lo que los impulsos indiquen. Debe de ser ampliamente pensada, realista, analizando diversos escenarios, tomando en cuenta la historia y todos los factores posibles, así como la aspiración de los diferentes actores de peso que están jugando y aquellos que como zancudos pueden ser muy molestos y en términos metafóricos, capaces de inyectar malaria en aquellos actores a los que le “ponen el ojo”. No creo que Occidente haya hecho esa tarea con excelencia.
Rusia es un país excepcional; culto, de gente curtida por el clima, estoica, que piensa a fondo con mentalidad de ajedrecista; con una historia vetusta, que trasciende, llena de invasiones contra su territorio, muchas veces por la vía de Ucrania, un enorme país entre la Europa convencional y Rusia, hermano del Rus originario. Rusia es enorme, con 8 husos horarios y frontera con 18 países si incluimos EEUU y Japón, entre los que destaca la China por supuesto, no tan vasto, pero rico, dinámico y ávido de materias primas, que en la Siberia fronteriza, el “lejano oeste” ruso o más bien el “lejano este”, abundan. En su vasto territorio, Rusia tiene pocas salidas al mar, por lo que la funcionabilidad de su marina es complicada.
Swissinfo.ch, entre otras fuentes, en su edición del 13 de enero del 2022, afirmó que “Estados Unidos prometió al último dirigente de la Unión Soviética, Mijail Gorbachov, que la OTAN no avanzaría “ni una pulgada hacia el este si una unificada Alemania permanecía en la Alianza Atlántica.” Dicha promesa, que data de 1990 ha sido claramente incumplida y con mayor profundidad en el caso de una Ucrania poco realista e irresponsable desde la perspectiva geopolítica, parte de la Unión Soviética y parafraseando al Papa Francisco, el país de amortiguamiento clave para la seguridad rusa, tengámoslo claro y como ya lo expliqué, un país muy sensible a todo aquello percibido como contrario a su seguridad. La experiencia…madre de la sabiduría.
Pareciera que la OTAN tiene vida propia, más allá de lo que pueden ser las agendas de sus países miembros. Se brincó el acuerdo, lo que molestó al gobierno ruso, especialmente a su líder, que con todo lo que implica el que no guste a Occidente, es uno con las características que los rusos prefieren en su liderazgo. Decía en 1976 el doctor Evsey Domar, ruso exiliado, mi profesor de Economía Soviética en la Universidad de Harvard, que, si Stalin no hubiera existido, los rusos lo habrían inventado. Lo mismo es aplicable a Putin y a quien lo siga, si este cayera. Pareciera ser tácito que un país de la magnitud y potencial vulnerabilidad desde adentro o afuera, solo puede ser manejado de esa forma. Tiene fronteras con 18 países, contando a EEUU y Japón. Feo que un demócrata liberal como este servidor exprese ese concepto, también aplicable a la China. “Real politik” sin duda, algo que en la construcción de la geopolítica exitosa es clave .
Rusia es un país europeo, hoy en día comprometido con la Iglesia Ruso Ortodoxa que goza de gran poder y cuasi zarista, cuyo último exponente Nicolás II, estaba conectada con las más importantes casas reales europeas. “Zar” viene de “CéSAR”. Pero la OTAN no lo vio así y ”toreó” a Putin y a su Madre Rusia, que todo ruso ama con especial veneración y espíritu de sacrificio. Aún a pesar de estas circunstancias, Putin obró mal al invadir a Ucrania hace dos años, a lo que fue inducido a hacer y se ha portado rudamente. Arrojó a Rusia a una alianza con China, echando por la borda el excelente trabajo de Nixon y su secretario de estado Henry Kissinger, ya mencionado en este artículo, que alejaron a la China de la entonces poderosa Unión Soviética. Rusia ha debido -y estuvo cerca de hacerse pero se perdió la oportunidad- ser incorporado a la Europa, reconociendo su carácter europeo y su importancia geopolítica, por su extensión y capacidad militar. Un craso error de Occidente no materializar la oportunidad. A Rusia le conviene tácticamente se abran otros frentes, por lo que está facilitando que la RPDC o Corea del Norte refuerce y haga más peligrosa su capacidad nuclear. Esto es serio.
No veo a China como el enemigo a vencer. No creo que China tenga los afanes de dominación expansiva imperial que si tiene Rusia en su espacio inmediato o que han tenido Japón y países europeos de antaño. China quiere lo que siempre ha querido: pesar fuertemente en el comercio internacional y abastecerse de materias primas de donde vengan. China es rival económico, no es el enemigo a vencer como tampoco lo es Rusia. China puede acomodarse y con ella promover el progreso de todos. No digo que China sea una mansa paloma y de hecho hay que establecerle líneas rojas, pero de allí a que quiera dominar a los países con los que hace negocio y meterse a poder imperial mundial, hay mucho trecho. Más bien, Occidente, Japón, Corea del Sur, los países ASEAN, los grandes de Oceanía y la RdeCh en Taiwán, deberían junto con China estar pensando en cómo reorientar la economía mundial de mercado, haciendo de este uno más funcional, en lugar de distraerse en guerras que mal usan los recursos materiales, destruyen vidas y los bienes materiales públicos y privados, malean a los sobrevivientes y dañan el Medio Ambiente.
Los verdaderos enemigos comunes de Occidente con Rusia y países de Asia incluidos son, por un lado, el tráfico ilícito de sustancias enervantes y como el bestial reciente ataque a una sala cultural en Moscú lo ejemplifica, el extremismo musulmán.
Rusia logrará su objetivo en Ucrania, a un gran e inesperado sacrificio propio y ucraniano, a un costo humano y económico muy grande, a contrapelo con las grandes necesidades de este mundo. Es una guerra absurda que acabará en la mesa de negociación, con una Europa exhausta y un EEUU acostumbrado a dejar tiradas guerras que no le son favorables, con otros conflictos en su manos y elecciones en el tapete. Rusia, que ha ganado con esta guerra y que “trabaja” el apoyo de países no alienados con Occidente tendrá “la mano ganadora”.
Rusia y su liderazgo no cambiarán. Será siempre una nación complicada y con liderazgo fuerte. No les gustó Gorbachov que era noble de corazón y menos el “tandas” de Yeltsin. A eso hay que acostumbrarse y Occidente olvidarse de fomentar conflictos estériles con Rusia como actor. Francamente los de la OTAN o no conocen la historia y realidad rusa o la conocen muy bien y decidieron por razones a mi juicio torcidas, el estimular a Rusia a la belicosidad.
Ante el desafío que se tiene por delante, ha sido un error el pelearse a muerte con Putin, como lo sería el abandonar a Israel, la primera línea de defensa de la cultura judeo-cristiana, contra el embate musulmán extremista. Esto es tema para otro artículo y el por qué ISIS atacó despiadadamente a Rusia justo en su centro de poder. ¿ISIS contratado por Ucrania, como dice Rusia? Puede ser, espero que no, me cuesta creerlo. EEUU y Rusia deberían estar buscando formas de recobrar la confianza mutua y dedicarse a lo positivo, como darle forma al túnel en el estrecho de Bering, que permitiría viajar por tierra desde Ushuaia hasta Ciudad del Cabo, asumiendo se le pierda el miedo al Tapón de Darién.
– Exdirector general de Política Exterior de Costa Rica.