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Carlos Revilla M.
A mediados de esta semana se aprobó en primer debate en la Asamblea Legislativa un proyecto de ley para cambiarle el nombre al cantón de Aguirre y ponerle Quepos, que alegan los proponentes es como usualmente se conoce, y que es la denominación del asentamiento indígena original de “Los Quepos” y que en realidad Aguirre no dice nada.Tengo que decir que me dolió mucho enterarme de esto porque el cantón de Aguirre, no lleva ese nombre por casualidad. Ese nombre es el primer apellido de Rolando Aguirre Lobo. Y como aquella serie de libros que publicaba el ministerio de educación hace muchos años que se titulaban ¿Quién fue y que hizo? de personajes costarricenses, se deben estar preguntando lo mismo de esta persona.
Pues bien, veamos algunos datos: Rolando Aguirre Lobo, nació en Heredia el 12 de agosto de 1918 y falleció en Limón el 11 de abril de 1948. Realizó sus estudios primarios en las escuelas República de Argentina y Joaquín Lizano en Heredia; los secundarios en el Colegio Salesiano de Cartago. Trabajó como tipógrafo en la Prensa Libre, en Colombia y Panamá. Se radicó en Quepos en el año de 1938, en donde trabajó en la Compañía Bananera de Costa Rica, se casó y tuvo familia.
Participó en la Revolución de 1948 y fue miembro de la Legión Caribe, una unidad de élite del Ejército de Liberación Nacional. Esta unidad fue la que tomó por asalto la ciudad de Limón el 11 de abril de 1948, en la que, por cierto, fue la primera misión aerotransportada en situación de guerra que se daba en el continente americano.
La única baja que tuvo la Legión en esa batalla fue la de Aguirre. Para ilustrarles como fue que murió, les voy a transcribir unos párrafos del libro “Legión Caribe (Gloria y hazañas)” de Carlos María Jiménez:
“Volví a donde se encontraba Rolando Aguirre quien me reportó la presencia de otro tirador que desde el balcón del “Caballo Blanco” disparaba contra nosotros. Aguirre se encontraba recostado contra la pared y con el ala izquierda de la ventana abierta. A los pies de Aguirre me encontraba yo cargando un disco para la ametralladora.
Mientras tanto el tirador oculto en el balcón estudiaba la manera más propicia de dispararnos sin ser visto. Los instantes se deslizaban sin presentir yo la tragedia dolorosa y cruel que se aproximaba como epílogo de aquella gesta gigante y sublime.
Sonó en aquel instante un estruendoso tiro de fusil Remington que abrió un agujero en la portezuela entreabierta en un punto equidistante entre Rolando y yo. Pasado el estrépito, oí la voz de Rolando aconsejándome medidas de protección, cuando sonó un segundo disparo que segó la vida del inolvidable y heroico compañero Rolando Aguirre. Había caído el primer hombre de la Legión Caribe, luchando por darle a su patria la honra y la dignidad, ultrajada y pisoteada por el miserable pillo de Calderón Guardia y su corte de bandidos. De aquel cuerpo exánime parecía levantarse un clamor de venganza y redención que corría por valles, colinas y pueblos anunciando para muy pronto la liquidación total y definitiva de la amoralidad y la mugre que significó para Costa Rica Calderón Guardia, el cero de podredumbre moral más grande que registra nuestra historia. El Señor había recogido en su regazo el alma grande y pura de Rolando Aguirre para premiar sus virtudes y su sacrificio, y la patria se abonaba una vez más, con la sangre viril y altiva de uno de sus hijos. Siguieron momentos de una amargura que no podría describir con palabras pero que en forma intensa encendió en el corazón de los compañeros que le vimos morir, una candente llama que se acrecentaba con nuestra resolución de triunfar, y una profunda convicción de que la sangre preciosa de aquel inmortal Héroe de la Segunda República, no había sido derramada en vano. Rolando Aguirre Lobo ofrendó su vida en altar de la patria en el holocausto más sublime y grandioso de nuestra historia. Su recuerdo será llama votiva que vivirá perennemente encendida en el corazón de todos los Legionarios y en el seno de la patria agradecida. Disimulando hasta donde podía la tristeza que nos embargaba, comuniqué la tragedia a mi hermano Alvaro y él procedió a llamar la Cruz Roja que minutos después partía llevando los restos de nuestro infortunado compañero.”
En el gobierno de la Junta Fundadora de la Segunda República, el 30 de octubre de 1948, en el decreto ley No. 235, se creó un nuevo cantón en Puntarenas con el nombre de Aguirre, para honrar su memoria. Pero como ya vimos, esto no fue casualidad, pues el era oriundo del lugar. En ese mismo decreto se le otorgó el título de Villa a la población de Quepos, y se le nombró cabecera del nuevo cantón.
Se pueden dar las justificaciones que quieran para el cambio de nombre pretendido, pero no se justifican para nada, esto porque Aguirre es uno de nuestros héroes, que ofrendó su vida por defender la libertad y la democracia, que aunque tal vez se vea ahora como algo muy trillado, en su momento, era muy importante porque esos valores habían sido conculcados por el régimen espúreo caldero-comunista y su títere Picado.
Pero esto también atañe al partido Liberación Nacional, porque es parte de su historia, y es nuestro deber conservarla y rendirle tributo a nuestros héroes. Le doy vueltas y vueltas y no logro explicarme como la fracción legislativa del PLN pudo votar a favor, en primer debate, el proyecto de cambio de nombre. Definitivamente les metieron un golazo de plana mayor. Y no se vale argumentar ignorancia con el trillado “es que no sabía…” con el que algunos diputados liberacionistas se han escudado.
Vean como los comunistas, conmemoran todos los años los asesinatos del Codo del Diablo, hasta un documental se acaba de estrenar en estos días sobre ese hecho. Por cierto, no estoy reclamando que los comunistas hagan esto, todos tenemos derecho a tener a nuestros héroes y recordarlos. En cambio el PLN qué hace, nada, los olvida y hasta apoya el cambio de nombre a un cantón, que al final entierra el recuerdo del héroe, en este caso Aguirre.
En nuestras manos está, y en las de nadie más, preservar nuestra historia, porque no solo se trata de cantar “El Corrido de Pepe” de vez en cuando. Que esto sea un recordatorio por todos nuestros héroes, como lo son los hermanos Infante, Nicolás Marín, Eloy Morua, los héroes de Llano Grande de Cartago, Timoleón Morera y tantos otros que ofrendaron sus vidas en defensa de la libertad y la democracia, de lo cual hoy nos vanagloriamos, pero que costo muchas vidas, una de ellas la de Aguirre.
Como les he comentado en otras oportunidades, tengo un sitio web dedicado a “preservar los valores e ideales que inspiraron la Revolución de 1948″, donde he escrito sobre los hechos del 48, la Legión Caribe, la toma de Limón, y menciono a Aguirre.
Por cierto, una de las más grandes satisfacciones que me ha dado tener ese sitio, es cuando recibí un correo de una nieta de Aguirre diciendo:
“Soy nieta de Rolando Aguirre Lobo, una tía me mandó a este sitio web, y en verdad es la primera vez que he tenido información sobre mi abuelo y como murió. Me encantó la página y me gustaría muchísimo poder conseguir una copia del libro de La Legión Caribe. Muchas gracias por el esfuerzo que pusieron en crear este sitio y se lo haremos saber a todo el resto de nuestra familia. Priscilla Aguirre J.”
Solo este mensaje hizo que valiera la pena todo el esfuerzo de crear el sitio web, porque además de lo ya mencionado, otra de las razones que me motivaron a hacerlo es que no se olvide esa gran gesta que fue la Revolución y sus actores, muchos de ellos héroes de los que ya casi nadie se acuerda.
Se que ya es poco lo que se puede hacer con la ley de cambio de nombre (se aprobó en primer debate, con los votos del PLN), pero ojalá que esto sirva para que algo así no vuelva a ocurrir, y si sucede que por lo menos no sea con la ayuda del PLN. Esto lo digo porque ya le están haciendo tiro al cantón de Valverde Vega que lleva los apellidos de Carlos Luis Valverde Vega, Primer Mártir de la Segunda República.
Fueron miles los que murieron durante la guerra civil del 48, entonces, ¿tendremos que crear miles de cantones para honrar a todos sus «hérores»? (No demerito el papel de persona alguna en la guerra, sino que un héroe lo es, según el bando donde se está. Es claro que los héroes que hemos venido «reconociendo» son los de los vencedores, pues nunca el PLN hará un «mea culpa» por el crimen del Codo del Diablo ni mucho menos ofrecerá una disculpa a sus familiares, o hará un reconocimiento a los caídos del bando perdedor caldero-comunista).
Como digo en mi artìculo, todos tenemos derecho a tener nuestros héroes.
Por todo ello y el odio que destila este artículo donde se ofende la memoria del Dr. Calderón Guardia (quien es BENEMÉRITO DE LA PATRIA) de forma tan soez y vulgar, se justifica plenamente el cambio de nombre del cantón.
Sobre este particular yo lo único que he hecho es transcribr lo que escribió el Sr. Carlos María Jiménez en su libro, esto no necesariemente significa que comparto todo lo escrito por él, pero no por eso voy a dejar de poner la cita. Al igual que respeto su opinión don Habib, también respeto la del autor.
Solo un dato historico. Cuando los espanoles tomaron San Bernardino de Quepo, cientos de indigenas Quepo, murieron. No alcanzarian las calles, los parques y los edificios de Quepos para honrarlos con su nombre. Me parece que don Rolando merece nuestro respeto y admiracion, pero definitivamente si se trata de criterios de sangre, la deuda con los indigenas Quepo es mucho mayor. Mi respeto y admiracion para la familia de Rolando Aguirre Lobo y pueden estar seguros que en Quepos no nos olvidaremos de el y no dejaremos de rendirle el honor que merece. Paz a sus restos y viva Quepos!!!!