Elevar la cultura política

Vía costarricense

Johnny Soto Zúñiga

Johnny Soto Zúñig

El peligro de la corrupción y la mala utilización de los recursos públicos nos ha llevado a una crisis de legitimidad en los partidos políticos y el sistema en general; la falta de credibilidad en la sociedad y de todos los ciudadanos afecta nuestra democracia. La clásica definición de Lincoln en el famoso discurso de Gettisburg: “El gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo.”, no se puede perder. Lo más importante es que nuestros gobernantes en todos los niveles de dirección y toma de decisiones de las políticas públicas se realicen con transparencia y buen servicio público. Nuestro sistema político es representativo y cada vez que los ciudadanos eligen a sus dirigentes lo hacen de buena fe, esperando que la voluntad popular del pueblo tenga sus frutos y se logre el bienestar de las mayorías.

Las políticas estatales deben ser iguales para todos sin distinción alguna; se gobierna para los ciudadanos de todos los estratos sociales; sin embargo en muchos casos los grupos más fuertes ejercen presión en los poderes públicos para que dominen sus intereses particulares y muchas veces se toman decisiones en perjuicio de amplios sectores sociales. Estamos a las puertas del inicio de una campaña política que culmina en las elecciones nacionales para presidente y vicepresidentes y los diputados ante el Parlamento de la República. Esperamos una vez más que en esta oportunidad se eleve la cultura política en el buen sentido de la palabra. Nuestro sólido sistema democrático todavía permite resolver las diferencias entre los adversarios que siguen una determinada ideología y sus propuestas.

Tenemos un régimen de derecho consolidado, donde se respeta la división de los poderes públicos y las instituciones en general. Los ciudadanos somos iguales ante la ley; tenemos acceso a presentar los recursos de apelación y revisión ante las distintas instancias que lo permita el ordenamiento jurídico. Pero en el campo de la distribución económica seguimos teniendo desigualdades sociales y concentración de riqueza, el poder político y económico en algunos grupos de interés particular. El sistema electoral costarricense es sólido y goza de confianza, según las encuestas; existe transparencia y legitimidad en el manejo electoral y cada vez que hay elecciones nacionales o municipales; sabemos que estamos en buenas manos; diferente a otros países donde no existe una clara y sólida división de poderes; así como el respeto institucional debido a la independencia de sus decisiones y resoluciones.

El Dr. Rodolfo Cerdas afirmaba lo siguiente y coincido con ello: “Es importante destacar, junto con un sistema electoral no sólo eficiente sino plenamente legitimado en la conciencia ciudadana, la existencia de un poder judicial independiente. En el sistema constitucional costarricense de frenos y contrapesos, que ha hecho posible la prevención del abuso de poder, la arbitrariedad y la violación al régimen de derecho, ha sido un factor clave la existencia de un poder judicial vigoroso, independiente y enérgico. Con una vocación por lo jurídico casi romana, la sociedad nacional vio en el abogado no sólo un profesional sino que preparó en él un estadista y un funcionario.

Su función no se limitó al ejercicio del derecho sino que permeó la vida institucional y, sobre todo, la vida educacional del país. La pedagogía costarricense no sólo enseñó a leer y escribir, sino que estuvo imbuida de un espíritu legalista y formal que contribuyó, como alguien ha dicho, a que “el campesino costarricense no amenace a su vecino con matarlo sino con llevarlo a los tribunales”. La consagración del principio de la independencia económica del poder judicial, constituye a mi juicio una de las grandes contribuciones que se ha hecho a la existencia de un régimen de derecho y de un sistema democrático en el país.” (Una democracia humanista para el siglo XXI. Rodolfo Cerdas Cruz)

Entonces, se impone la elevación de la cultura política, entendiendo ésta privilegiando los aspectos subjetivos, donde los valores, las creencias, la transparencia y los comportamientos son fundamentales. Ahora vemos que participan diversos sectores diferenciados como los seguidores de determinadas religiones o representantes de grupos organizados como serían los discapacitados, ambientales, etc. “Los matices sociológicos que se dan en una sociedad, se combinan muy complejamente con la cultura política, y por otra, es muy importante y complejo discernir los límites entre la cultura política predominante en todo un pueblo y los rasgos que producen o caracterizan las diferencias dentro de él.” (Diccionario Electoral. Cultura política. Capel. Pág. 187)

Como afirmaba Winston Churchill: “la democracia es la peor forma de gobierno, con excepción de todas las otras formas de gobierno.” No obstante, la democracia nos permite preservar las libertades públicas; de lo contrario es una dictadura donde reina el autoritarismo. No se puede disfrazar la democracia como lo que sucede en Venezuela; dizque que a través del sufragio, el partido oficialista se instala permanentemente en el poder, sin que exista la alternabilidad de los partidos políticos u otras formas de pensamiento. En nuestro país todavía gozamos de alternativas para una convivencia social y política, donde se respeta la persona, su libertad de opinión y su dignidad, así como la tolerancia, la no violencia y persecución política por pensar diferente y la resolución pacífica de los conflictos sociales.

Dentro de la cultura política, los mensajes de los candidatos y los partidos políticos que representan, se señala que la tendencia predominante ha sido la de objetivizar las teorías, enfoques y métodos; y se considera que los factores subjetivos ha sido muy compleja. Ahora vemos en cada elección que pesa más la personalidad del candidato y sus propuestas; que los propios partidos políticos, que en muchos casos es una “marca desgastada” y el desprestigio ha sido inminente por los actos corruptos que salen a la luz pública día con día. Dentro de la cultura política los partidos políticos son los llamados a elevar el debate y discusión sobre las ideas, propuestas y políticas públicas a desarrollar en un eventual gobierno.

La campaña electoral que se avecina debe contribuir a este desarrollo de discusión elevada; que tanto hace falta en el país y así lograr demostrar la solidez de nuestra democracia. La propaganda electoral debe ir en esa dirección de hacer conocer y explicar los principios ideológicos y los futuros programas de gobierno; y la promoción de los candidatos a los distintos puestos de representación popular. El electorado puede tener varias alternativas a escoger y con su voto elegir a los mejores candidatos, así como las propuestas que consideren más positivas para el desarrollo nacional. La importancia de los medios actuales es fundamental; las redes sociales tan de moda en las últimas elecciones; es un instrumento positivo que los candidatos y partidos políticos pueden utilizar de la mejor manera; con el fin de lograr que llegue el mensaje a la mayoría de los electores.

Finalmente nuestra democracia representativa, donde predomine el Estado democrático y social de Derecho, la transparencia, la ética, el respeto a la libertad de pensamiento y en general de todos los derechos humanos fundamentales; nos exige que elevemos la cultura y el debate político con buenas propuestas de solución de los múltiples problemas existentes. Nuestro pueblo se lo merece, y exige que sigamos viviendo en paz y democracia.

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