El robo del siglo: la Gioconda

Memorias

Alfonso Campos
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La Gioconda
La Gioconda

Alfonso Campos

El Retrato de Lisa Gherardini, esposa de Francesco del Giocondo,​ más conocido como La Gioconda (La Joconde en francés) o La Mona Lisa, es una obra pictórica del genio renacentista italiano Leonardo da Vinci. Fue adquirida por el rey Francisco I de Francia a comienzos del siglo XVI y desde entonces es propiedad del Estado francés. Se halla expuesta en el Museo del Louvre de París, siendo, sin duda, la “joya” de sus colecciones.

Su nombre, La Gioconda (la alegre, en castellano), deriva de la tesis más aceptada acerca de la identidad de la modelo: la esposa de Francesco Bartolomeo de Giocondo, que realmente se llamaba Lisa Gherardini, de donde viene su otro nombre: Mona (señora, en el italiano antiguo) Lisa. El Museo del Louvre acepta el nombre de la Gioconda como el título original de la obra, aunque no reconoce la identidad de la modelo y tan solo la acepta como una hipótesis.
La Gioconda ha sido considerada como el cuadro más famoso del mundo.​ Su fama se debe probablemente a las múltiples referencias literarias, a las diversas hipótesis sobre la identidad de la protagonista y al espectacular robo del que fue objeto el 21 de agosto de 1911.

Gioconda
Hueco que quedó tras el robo perpetrado en 1911 por Vincenzo Peruggia en la pared del Museo del Louvre que albergaba el cuadro.

El robo de la Gioconda dio la vuelta al mundo, y la pared vacía del museo parisino se convirtió en toda una atracción turística. El robo se produjo el 21 de agosto de 1911, y el museo no reabrió hasta el 29 de ese mismo mes. Esa jornada fue histórica, porque batió el récord de visitas, Como afirma el escritor R. A. Scotti en El robo de la sonrisa: «Mona Lisa abandonó el Louvre siendo una obra de arte y volvió convertida en un icono».

La primera noticia del suceso que se publicó en ABC fue la del 24 de agosto (había llegado con dos días de retraso).
En ella se hablaba de un “robo sensacional”:

“Esta mañana se ha descubierto en el Museo del Louvre un robo sensacional. Del salón donde se exponen las muestras más admiradas de cada escuela ha desaparecido uno de los mejores cuadros de Leonardo da Vinci: Gioconda”, informaba el corresponsal.

“Hasta ahora han resultado infructuosas las pesquisas de la Policía para encontrar a los ladrones y sus cómplices, si los hubiese. El marco ha sido hallado en una escalera interior del edificio. No se explica que el ladrón haya podido salir con un lienzo de 80 centímetros de anchura y 70 de longitud sin llamar la atención de los vigilantes”, continuaba.

Con el robo llegó su fama

Tras el robo, los visitantes del Museo del Louvre se multiplicaron. La mayoría quería observar el espacio vacío que había dejado el ladrón en el Salón Carré del museo. La Mona Lisa se convirtió entonces en un auténtico icono popular, reproducido hasta la saciedad, cuya fama aún perdura, incluso entre los artistas.

El robo

Vincenzo Peruggia nació en Trezzino, Dumenza el 8 de octubre de 1881, falleció en Saint-Maur-des-Fossés el 8 de octubre de 1925,​ fue un trabajador de museo, artista y ladrón italiano conocido por robar la Mona Lisa el 21 de agosto de 1911.

Ese día, Vincenzo Peruggia, exempleado del museo, llegó al Museo del Louvre a las 7 de la mañana, vestido con un blusón de trabajo blanco como los utilizados por el personal de mantenimiento del museo, descolgó el cuadro y a continuación, en la escalera Visconti, separó la tabla de su marco, abandonando este último. A continuación, salió del museo con el cuadro escondido bajo la ropa, que colocó posteriormente en una valija.​ Cuando poco después el pintor Louis Béroud entró en la sala para ver el cuadro, notó su ausencia y avisó de inmediato a la policía. El museo permaneció cerrado durante una semana para proceder a la investigación.

Unos años antes, el museo había sufrido el robo de otras varias piezas, lo cual hizo suponer a la policía que ambos acontecimientos estaban relacionados. Guillaume Apollinaire y Pablo Picasso se convirtieron en sospechosos, puesto que se les había relacionado con la desaparición de unas piezas de escultura del museo, además por unas declaraciones en las que Apollinaire apoyaba la propuesta formulada por el futurista Marinetti de quemar los museos para dejar paso al nuevo arte. Más tarde se demostró que ambos eran inocentes. Al mismo tiempo que se realizaban las investigaciones sobre el robo, se capturó al aventurero belga Honoré-Joseph Géry Pieret, quien confesó ser el autor de otro robo acaecido en 1906, pero no del de La Gioconda.

Durante la ausencia de la obra, se batió el récord de visitantes al museo; acudían a apreciar el hueco dejado en la pared por el cuadro que había sido hurtado.

La pintura fue recuperada dos años y ciento once días después del robo, tras la captura de Peruggia.​ El detenido intentó vender el cuadro original al director de la Galleria degli Uffizi, Alfredo Geri, quien se hizo acompañar de la policía. Peruggia alegó que su intención era devolver la obra a su verdadera patria,​ y que él sólo era víctima de un estafador. Los tribunales de justicia lo condenaron a un año y quince días de prisión, que luego redujeron a siete meses y nueve días.​ Antes de regresar al museo, la pintura se exhibió en Florencia, Roma y Milán.

En 1932, el periodista Karl Decker publicó una información según la cual el autor intelectual del robo habría sido un comerciante argentino llamado Eduardo Valfierno, que habría fallecido en 1931, con el fin de vender seis copias falsas, e incluso proporcionó los nombres de los presuntos coleccionistas estafados, pero la verosimilitud de este relato no pudo ser corroborada.

Motivos

No existieron motivos definitivos, sin embargo, actualmente circulan dos teorías.

El robo pudo haber sido planeado por Eduardo Valfierno, un cómplice al que habría comisionado el falsificador francés de arte Yves Chaudron para hacer copias de la pintura y venderlas como originales. Debido a que nunca necesitó el original para su estafa, solo la noticia del robo hacía valiosas las falsificaciones. No volvió a contactar a Peruggia después del crimen.

Los herederos de Vincenzo Peruggia alegan que el robo se realizó por razones patrióticas: Vincenzo quería llevar la pintura de regreso a Italia después de haber sido robada por Napoleón. Aunque quizás haya sido sincero en sus motivos, Vincenzo aparentemente no sabía que Leonardo da Vinci llevó esta pintura como un regalo para el rey Francisco I cuando este le llamó a Francia para que fuera pintor de su corte.

Llevado a juicio, el tribunal aceptó que Peruggia cometió el delito por razones patrióticas y lo envió a la cárcel por un año y quince días, por lo que fue conocido como el “Robo del Siglo” por la prensa de la época.

Gioconda
Criminal solitario. Foto de la ficha policial de Vincenzo Peruggia. A pesar de las múltiples especulaciones sobre un cerebro oculto del robo, tan sólo se condenó al italiano. Peruggia había resultado ser un pobre desgraciado, lejos del sofisticado ladrón de arte internacional que la gente había imaginado. Quizá por ello salió del paso cumpliendo apenas siete meses en prisión.

Alfonso Campos es el creador del sitio en la Web de memorias.cr un espacio dedicado al análisis de la Historia

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