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El Café de las 7
Welmer Ramos González
El recurso para mantener el poder era metodológico y eficaz. Se creaban mitos y leyendas para en nombre de defender al pueblo, la libertad, la religión verdadera (que siempre es la mía) se recurría a cualquier atrocidad y el dictador de turno era el defensor del “orden y la decencia moral”, la iglesia, el poder judicial, la policía, la prensa todas estaban manejadas: por bien, por la fuerza por el poder fáctico y la mayoría de las veces por la perversa conveniencia.
De eso han cambiado algunos matices pero el Recurso de Método sigue vivo.
Hoy quién se oponga, con voz audible, con carácter y argumentos al modelo económico empobrecedor y desigual imperante, va a sufrir consecuencias funestas.
Se le aplicará el Lawfare, se le denigrará públicamente (no por las ideas solamente, sino en su vida personal íntima), se le silencia en prensa tradicional, se montan juicios en los titulares de medios y los jueces ahora son los dueños de los medios, esto opera así en toda Latinoamérica y España (que se ha latinoamericanizado mucho al respecto).
La prensa que es uno de los dos poderes fácticos más fuertes, para destruir al “rebelde” crea un show, a partir de suposiciones y presiona el poder judicial (a través de los titulares), este, ante la ofensiva mediática, abre una investigación que no avanzará, porque no hay evidencias: pruebas, pero dada la presión mediática, el Poder Judicial no se atreve a desestimarla y ahí está el logro buscado por el Recurso del Método, el objetivo es mantener vivo el show, porque no se busca la verdad, sino destruir mediáticamente al político en autos, cuánto más tiempo dure la indefinición judicial, mejor. Y quién se atreve a decir que eso es complicidad? quién?
Hasta puede ayudarse con un allanamiento, es muy visible y si no se encontró nada qué importa, ese no es el objetivo, el verdadero es el impacto mediático, la destrucción frente al votante de ese individuo, por el “peligro qué significa para el status quo”.
La historia se monta con verdades a medias y de ahí el amarre con suposiciones temerarias que en el morbo colectivo tienen el impacto deseado. Los especialistas en este tipo de comunicación conocen a fondo qué es el “Sesgo de la Confirmación”: que es una tendencia a procesar información, dando por cierta solo aquella información que confirme las expectativas que se tienen de algo, o sea, es la propensión a dar por cierto aquello que valide los prejuicios. Las personas tienden a favorecer la información que confirma sus ideas preconcebidas o hipótesis, independientemente de la veracidad o falsedad de esa información.
El Recurso del Método a cambiado en forma no en el fondo. El lawfare se ve hoy en Brasil, Perú, Bolivia, Perú, Colombia, Costa Rica, España…
Por eso hay que estar vigilantes, con celo extremo, para mantener INDEPENDIENTE al Poder Judicial, asediado por la prensa para que valide sus juicios, ya fallados en titulares, del poder Ejecutivo que intenta tomarlo o intimidarlo, de la Asamblea Legislativa, donde algunos, pretenden politizarlo y/o vulnerarlo (elecciones de magistrados cada 4 años como ha querido hacerse, por ejemplo).
Otro ejemplo, Doña Monserrat Ruiz, diputada, se ha atrevido, en un proyecto a alzar valientemente la voz con argumentos y, claro el status quo percibió que tiene la argumentación y el aplomo, y de inmediato de la forma más vil, de un modo bajo y despreciable y sin escrúpulo alguno, se le trata de intimidar, de callar de ponerla a la defensiva (ahí hay “asesoría de expertos”). Porque para el sistema es probable que se salga de saco en otros asuntos, y creen que con esto la harán sentir miedo a seguir, la ven peligrosa para el sistema.
A algunos, sí, acobardan hasta los cambian de bando, por eso lo practican.
Estoy seguro de las decenas de mesas de trabajo que habrán realizado para ver “cómo van por el FA”, porque estas muchachas y muchachos son impetuosos, son valientes y ponen en evidencia toda esta descomposición del Recurso del Método.
Colombia hoy es otro caso ejemplar: dado que el congreso debe debatir leyes sobre pensiones, seguro social, y normas laborales, se inventaron un chisme que montaron en un marasmo mediático, para evitar que la justicia social avance.
DIOS les guarde a todas y todos los luchadores.
Se acabó el café.
