Ágora*
Guido Mora
guidomoracr@gmail.com
Hoy quiero referirme a Otto, al fenómeno climatológico que nos está afectando en estos días y que tiene en alerta máxima a todos los costarricenses. Una próxima columna se la dedicaré al otro Otto, al fenómeno que está en la Asamblea Legislativa y que cada vez que aparece, también nos asombra con sus manifestaciones.
En concreto, en relación con esta amenaza -la más sería de las dos-, es necesario reconocer la labor preventiva del Gobierno, que ha coordinado acciones, con el fin de impulsar las evacuaciones necesarias, para evitar la pérdida de vidas humanas.
La Comisión Nacional de Emergencia, con el Presidente Solís a la cabeza, ha tomado las previsiones, seguido los avances del fenómeno meteorológico y girado las instrucciones, para que los costarricenses de todo el país estemos alertas, ante esta amenaza que nuestro país no ha enfrentado de forma directa, en 174 años, desde que se elaboran los registros de estos fenómenos ambientales.
Ante esta perspectiva quiero hacer un llamado a todos los sectores políticos. Ya habrá tiempo para hacer política, para criticar y evaluar los acontecimientos y las acciones que se ejecuten.
Por ahora, lo que necesita Costa Rica es que prive la calma. Que no se difunda el pánico y que se controlen las informaciones inexactas que pueden inducir al error.
El momento que vive nuestro país exige, de todos los sectores y todos los ciudadanos la cautela, la solidaridad y la calma, indispensables para enfrentar una situación que puede afectar negativamente, no sólo al Gobierno, sino a todos los habitantes de las zonas en que puedan impactar los embates que, en este momento, nos hace enfrentar la naturaleza.
Es importante seguir con detenimiento los informes de las autoridades competentes, a nivel nacional y local. Proceder a evacuar cuando el peligro esté presente. Los bienes materiales pueden sustituirse, la vida humana es invaluable e irrecuperable.
Como sociedad, debemos estar prestos a auxiliar a nuestros vecinos y hermanos costarricenses. Sin lugar a duda, veremos zonas más afectadas que otras, por el impacto directo de las lluvias y los vientos.
Esos costarricenses, los más perjudicados, deben de sentir la mano de su vecino y su hermano. Estamos en la obligación de socorrer y ayudar a los más necesitados, de apoyar a los vecinos de las zonas más afectadas.
Es indispensable apelar al más alto sentimiento de solidaridad de nuestra sociedad, con el fin de evitar que la tragedia natural se transforme en una tragedia humana.
Preparémonos por favor, ayudemos a los que requieren nuestro apoyo, la prevención es la mejor herramienta para evitar la pérdida de vidas humanas.
* El Ágora era el centro de la actividad política, administrativa, comercial y social de la antigua Atenas.