El gran perdedor con la huelga es Costa Rica

Desde mi perspectiva

José Francisco Bolaños Arquín

Más de treinta días ha durado la huelga, cuyo “principal solicitud” de los manifestantes fue el retiro de la corriente legislativa, del Proyecto de Fortalecimiento de las Finanzas Públicas.

El pasado 5 de octubre, se aprobó en primer debate el Plan Fiscal con el voto de 35 diputados. Sin embargo, deberá ir a consulta a aquellas instituciones que son afectadas y a la Sala Constitucional antes de regresar a la Asamblea Legislativa

El Gobierno mostró gran satisfacción por el logro, sin embargo los dirigentes sindicales manifestaron que continuarán en la lucha. Algunos pequeños movimientos continúan a nivel regional y en el centro de la capital.

Un cálculo preliminar de las consecuencias económicas de la huelga, tanto en el sector público como privado, rondan las pérdidas en alrededor a los ₡32.000 mil millones de colones, en donde una mayoría de los ciudadanos reprocharon la afectación a la salud. La Caja Costarricense del Seguro Social confirma que se perdieron unas 114.000 citas y se cancelaron unas 3.600 operaciones.

Con el cierre de carreteras en muchas zonas del territorio nacional y en el centro de la capital, se produjeron grandes embotellamiento y se generó un mayor gasto de combustible, la no entrega de mercadería a tiempo, llegadas tardías al trabajo y centros de estudio, pérdida de negocios, pérdidas de vuelos, accidentes, robos violencia y dificultades para el traslado de ambulancias, bomberos y la policía.

La educación pública es un elemento vital en el desarrollo y crecimiento de nuestro país; por varias semanas un porcentaje importante de los estudiantes no pudieron asistir a clases.

Cabe resaltar que la educación privada ha continuado laborando y con lo cual, se continúa marcando la diferencia en el sistema educativo, que se transforma con el tiempo en una mayor desigualdad social.

Limón es una de las provincias más afectadas por la huelga, donde las protestas han sido aprovechadas por el vandalismo que se dedicaron asaltar los negocios, provocando temor y optaron medidas de cerrar los mismos desde las tardes y por varios días.

Por otro lado los hoteleros de esta zona costera denuncian la cancelación de hasta un 75% de las reservaciones y en Guanacaste una situación similar con afectación de un 35%. Sabemos que el turismo representa el 40% de las divisas en nuestro país, actividad que es muy sensible ante situaciones adversas. Debemos tener presente que dos cruceros optaron por no atracar en nuestras costas alegando inseguridad de los pasajeros y tripulantes.

El déficit fiscal para este año es del 7.2% y el Plan Fiscal generará ingresos en alrededor al 1.2% del PIB; monto importante y necesario, pero insuficiente para resolver el problema. Ante esta realidad, el control y optimización del gasto público debe ser una realidad a corto plazo. Se debe necesariamente, mejorar la recaudación de la evasión y elusión fiscal, la regulación de las pensiones de lujo con cargo al presupuesto y de los pluses salariales abusivos, el ataque frontal al contrabando y un mayor control de aduanas. Las transferencias a las instituciones públicas deben ser objeto de un riguroso estudio, lo mismo que las exoneraciones a empresas. Como se puede observar, existe el espacio y los medios para disminuir el déficit fiscal a niveles aceptables y manejables entre el 3,3% y 4% del PIB.

Desde mi perspectiva, considero que esta problemática que está enfrentando el país, posiblemente se hubiera podido evitar o disminuir su impacto con un sincero diálogo entre el nuevo Gobierno, Asamblea Legislativa, Sindicatos y el Sector Empresarial. Los sindicatos anunciaron una huelga general dos meses antes de que iniciara las protestas, en los primeros días de setiembre y a dos meses de haber asumido la Presidencia don Carlos Alvarado Quesada.