El futbol nos retorna a la infancia

¡Se acabó el sufrimiento!

Freddy Miranda Castro

la derrota ante Alemania, de alguna manera acabó la mortificación que me ha acompañado desde que Costa Rica inició su andadura en el mundial de fútbol, jugando contra España.

Al menos fue una derrota digna, repito yo como la mayoría de los opinadores de esta acicateada patria. Somos un paisito tan insignificante que una derrota de 4 a 2 la consideramos digna. Algo que en otros lares se consideraría una derrota indignante.

Después del 7 a 0 que nos propinó España, cualquier resultado menor es digno. Porque al menos ayer los nuestros dieron algo de pelea. Mostraron chispazos de futbol. Anotaron dos goles y por unos pocos minutos nos hicieron soñar con un milagro. Que al igual que todos los supuestos milagros, no se materializó.

¿Pero por qué me mortifico por un resultado de futbol! No tengo una respuesta racional, sencillamente porqué no existe. Todos necesitamos un poco de irracionalidad en nuestras vidas. El futbol a mi me brinda eso. Me retorna a la infancia, a la primacía de las emociones y nada más que eso. Sobre todo cuando juegan tres equipos: La selección nacional; mi adorado Club Sport Herediano y mi querido Barcelona.

Yo estaba tan seguro de que íbamos a perder contra España, que programé mi visita a lo que era RITEVE, para ese día a las 11 de la mañana. Dejé a Sonia en El Castillo, vi el primer gol que nos anotaron. Me fui para lo que ahora es DEKRA, en Santo Domingo. Regresé al Castillo por mi otra mitad y ya nos llevaban 5 a 0. Pero el resultado era lo de menos. Lo vergonzoso era la actitud. 11 zombis flotando en la cancha y con el uniforme de la selección nacional de mi querida y zarandeada patria. ¡Indignante, sencillamente indignante!

Y eso que había un entrañable amigo danés dándome ánimos desde el último extremo del continente; desde Chile.

¡Un accidente! Dijo nuestro irredimible seleccionador nacional. Los accidentes no existen en el futbol y en casi nada. Según la RAE una de las acepciones de accidente es la siguiente: “ Suceso eventual que altera el orden regular de las cosas”.

El orden regular de las cosas es que Costa Rica pierde más partidos de los que gana. El orden regular de las cosas es que nuestro futbol es más lento que un submarino de pedales. El orden regular de las cosas es que nuestro campeonato de futbol es pésimo, aburrido hasta el bostezo. Y si encima nos dejamos llevar por el pensamiento mágico, de que con solo declarar una aspiración está se realiza: “Queremos ser campeones del mundo”. Pues estamos jodidos.

Además seamos sinceros. Lo hombres costarricenses somos objetos delicados desde el punto de vista emocional. El nuestro es un país construido por las mujeres, son ellas las que históricamente han llevado el peso de las familias y los sacrificios para sacar adelante a los hijos e hijas. Los hombres cuando las cosas se nos complican rápidamente nos descorazones y se nos van los ánimos.

Las mujeres casi nunca han tenido derecho a eso, porque si se desaniman, se les muere la parentela. Tienen que luchar hasta el final.

Por eso en el futbol, nos meten un par de goles y el espíritu de pelea se nos va a los tobillos y empezamos desfallecer como almas en pena.

Por eso doy gracias a que se acabó mi sufrimiento con la sele en este mundial. Como soy masoquista ya volveré a sufrir en la próxima eliminatoria. Porque así son estas cosas del futbol, absolutamente irracionales, infantiles.

Por ahora continuaré viendo los partidos del mundial para apoyar a Argentina y a Corea del Sur. ¿Por qué a esas dos selecciones? No tengo una respuesta. Quizá por puro capricho infantil. Porqué en un caso quisiera que Messi cierre a lo grande su ciclo. Y a Corea por esa fantasía infantil de que al menos por una vez, una selección “menor”, se imponga y se lleve el gran trofeo. Así que además de Corea del Sur podrían ser Japón, Marruecos y así por el estilo.

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