El extraño caso del diputado Angulo

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Carlos Revilla M.
crevilla@cambiopolitico.com

Hace muchísimos años, en mi infancia, nos íbamos la familia de vacaciones a una finca en San Carlos, más que finca era una hacienda, por su extensión, y tenía una de esas casonas viejas con un amplio corredor y por supuesto pasaba un río al frente, afluente del San Carlos que atravesaba la finca. Eran tiempos en que la televisión no llegaba a esos lugares y la electricidad era con planta (dinamo).

Los días se pasaban increíbles, desde montar a caballo, hasta pescar en el río o ir a arrear ganado con los peones… en fin solo para que se den una idea. Pero en las noches era poco lo que se podía hacer para entretenernos. Ahí estábamos mis tíos, hermanos y primos y mis papás por supuesto, después de las 6 de la tarde y sin nada que hacer hasta las 8 p.m., hora en que “quitaban” la luz (apagaban el dinamo) y que por fuerza había que acostarse.

A un tío le gustaba mucho contar cuentos de espantos y todas las noches le pedíamos que nos contara alguno. Esto era un arma de doble filo, por un lado nos encantaban sus historias, pero por el otro nos metían un miedo enorme, más en un lugar tan apartado y con ruidos extraños por todo lado.

Bueno, para no hacer muy larga esta introducción, resulta que mi tío contaba una historia que llamaba “El extraño caso del Doctor Fajardo”. Era algo escalofriante que supuestamente sucedió en el México de fines del siglo XIX. No voy a contarles la historia, que realmente no es el propósito de mi columna de hoy, quizás en otra oportunidad.

Traigo el cuento a colación porque quiero relacionarlo con algo que está sucediendo actualmente en el Partido Liberación Nacional. (PLN), específicamente en su fracción parlamentaria. En algo que yo llamaría, haciendo el símil con la historia de mi tío “El extraño caso del diputado Angulo”.

La historia del diputado Jorge Angulo rivaliza con lo macabra y terrorífica del doctor Fajardo. Ambas son ciertamente muy extrañas. Pero veamos la del diputado Angulo que es la que me interesa:

Básicamente —no me voy a extender en esto— el diputado Angulo enfrenta una acusación por tráfico de influencias en un asunto con Judesur y una demanda privada por extorsión. En estos momentos, después de levantársele la inmunidad, ambos procesos siguen su curso y hay un magistrado asignado a una de las causas.

No soy quien para juzgar si es culpable o inocente, tampoco voy a especular en ese sentido. Pero si me interesa la actuación del PLN en este caso, y aquí es donde empieza a asomar lo macabro, terrorífico y extraño.

Resulta que a raíz de las serías acusaciones en contra del diputado, el Tribunal de Ética y Disciplina (TED) del PLN decidió tomar la medida de suspender temporalmente de su militancia en el partido al Sr. Jorge Angulo, a la espera de que se resuelvan su casos en los estrados judiciales. Aquí si voy a dar mi criterio, diciendo que la medida me parece acertada y de acuerdo con los claros lineamientos éticos que debe resguardar el partido. De nuevo —y por si acaso— vuelvo a decir que no estoy tomando posición sobre la culpabilidad o inocencia del Sr. Angulo.

Lo que ha pasado desde esa suspensión temporal, de hace ya más de un año, es que este señor se ha defendido hasta con los dientes para que no se aplique. Apeló la resolución del TED ante el Tribunal de Alzada (algo así como casación), además de esto interpuso un recurso de inconstitucionalidad contra la medida, que ya fue votado por la Sala Constitucional y se rechazó.

Hasta donde se, ya este señor agotó todos los recursos posibles contra la medida, pero ahí sigue como si nada hubiera pasado. Continúa asistiendo a las reuniones de fracción del PLN, e incluso sus “comunicados de prensa” los sigue distribuyendo “La Voz Liberacionista”.

Aquí es donde vemos lo extraño, porque no sabemos porque razón, a este señor le mantienen todos los privilegios dentro del PLN y su fracción. Dicen que París bien vale una misa, pues bien, parece que en este caso Angulo bien vale un voto, pero es que en cuestiones de ética no hay voto que valga, sin embargo ahí sigue como si nada. ¿Y la autoridad del Tribunal? Como si no existiera, todos le pasan por encima en la fracción legislativa. Incluso dentro de la fracción del PLN está su flamante secretario general, que parece que nada hace para que se respete la resolución del Tribunal.

Lo que el PLN necesita es disciplina partidaria y que se hagan cumplir las resoluciones de sus órganos, en este caso las del TED. Incluso, ni siquiera debería ser necesario que la resolución de suspensión este en firme para aplicarla, faltaba mas… Si hubiera pantalones se hace cumplir y punto.

Lo que hace falta es pensar más en el partido. Ahora resulta que con lo que está pasando todos ganan, menos el partido, que ve deteriorarse su imagen por el caso Angulo. Y Angulo feliz de la vida sigue asistiendo como si nada a las reuniones de fracción y usando los recursos del partido.

Bueno, terminé hablando de otro cuento de horror, pero esta vez de uno real…

Hasta la próxima.