Cambio Político Opinión, análisis y noticias
Vía costarricense
Johnny Soto Zúñiga
A pocos días de recibir el nuevo año 2023, todos debemos reflexionar de los acontecimientos sucedidos en los últimos años, se vino la pandemia de la covid-19; que al parecer ya va cediendo y la mayoría de las personas se han puesto las vacunas suministradas; y seguimos a la espera de las nuevas investigaciones de este virus y sus variantes, para protegernos de estas enfermedades que golpearon al mundo entero; después de lo fuerte de la pandemia, inició a principios de este año2022 la invasión de Rusia sobre su vecino país Ucrania (que antes fue parte de la Unión Soviética); esta guerra ha tenido en vilo al mundo con amenazas de una tercera guerra mundial y nuclear, con el apoyo decidido de la OTAN liderado por EE.UU. a Ucrania en un enfrentamiento directo con Rusia, al entregar armamento al país invadido.
Esta guerra ha dejado muchas muertes y heridos, con gran sufrimiento humano; afectando el comercio global, una crisis del suministro de gas a Europa, la repercusión del intercambio de productos, como alimentos, energía y fertilizantes. La detención de los envíos de granos a través de los puertos del mar Negro afecta la seguridad alimentaria de los países pobres según los estudios de la Organización Mundial del Comercio OMC. Al parecer la guerra seguirá durante el año 2023, y solo podemos hacer oraciones para que realmente se haga una finalización negociada, y así evitar seguir con más muertes y destrucción de la infraestructura de Ucrania.
Entrando en el fondo de este escrito, nos interesa el tema de la “iluminación” que Dios El Eterno otorgó a los profetas que brillaban con el resplandor del cielo; y a través de los tiempos hemos conocido de la existencia de varios profetas por lo general de origen judío, que han logrado el secreto más profundo de la sabiduría. El ser humano vive en un mar de misterios, de preguntas que no tenemos las respuestas claras, no sabemos cómo se creó el mundo y el universo en general; solo echamos mente y corazón en Dios Creador y Eterno Universal e Infinito. Lo fundamental es que todo es Dios; y coincidimos con el rabino Rami Saphiro:
“Dios es la única Realidad. Dios es la fuente de todas las cosas y su Sustancia. No hay ninguna cosa ni sentimiento o pensamiento que no vengan de Dios, ¡incluso la idea de que Dios no existe! Porque eso es lo que implica ser Todos: Dios debe abrazar incluso la negación de Dios. Así, leemos: “Yo soy Dios y no hay nada más” (Isaías 45:5). No es simplemente que no haya otro dios más que Dios, como dicen nuestros primos musulmanes, sino que no hay nada más que Dios, que es lo que sus maestros sufíes susurran a los iniciados”. A veces se piensa que YHVH es el “nombre de Dios”, pero, en realidad, “Dios” no es más que uno de los nombres de YHVH. “Dios”- Elohim- es ese rostro del Uno que aparece ante nosotros como Divino, desde nuestro punto de vista relativo y dualista; aparece como poderoso, cuidador, amoroso y creador. YHVH es Ser y Nada, todo lo que Es y todo lo que Deviene. (Todo es Dios. Jay Michaelson)
Los libros históricos del Antiguo Testamento, Génesis hasta Ester, contienen la historia del surgimiento y del ocaso de la nación hebrea. Los escritos más extensos son de los profetas denominados mayores por su tamaño Isaías, Jeremías, Ezequiel y Daniel y los profetas menores: Oseas, Joel, Amós, Abdías, Jonás, Miqueas, Nahum, Habacuc, Sofonías, Hageo, Zacarías, Malaquías. Después estaban los sacerdotes que eran los maestros religiosos regulares de nación, formaban una clase hereditaria, mientras los profetas tenían un llamado directo de Dios; y tenían como misión de salvar a la nación de su idolatría y maldad, la nación sería destruida no del todo para restaurar un remanente a salvo. En síntesis el término profeta en la creencia religiosa se refiere a una persona que sirve como intermediario entre la humanidad y la divinidad; y que el Eterno le comunica revelaciones y estos lo transmiten a los seres humanos, como los profetas de la Torá, Moisés, Aarón, Miriam, Eldad y Medad y Fineas; también los profetas primeros como Josúe, Débora, Samuel, Gad, Natán, David, Salomón y otros.
Abraham fue el padre progenitor biológico de los judíos y el padre del Judaísmo, el primer judío. En el cristianismo, fue el progenitor espiritual de todos los creyentes judíos o no judíos y en el Islam es visto como un eslabón en la cadena de profetas que comienza con Adán y culmina en Mahoma. En el mundo occidental tenemos la enorme influencia del Cristianismo en sus distintas denominaciones, siendo la mayoritaria el catolicismo apostólico romano regida por el Vaticano y el Papa como líder supremo, también está la ortodoxa, el protestantismo, las evangélicas con sus variantes: pentecostal, metodista, bautista, etc. La base del cristianismo es la vida de Jesús el galileo, nazareno, judío, Maestro, Rabí y Mesías, hijo del Hombre o Dios; en todas esas denominaciones se conoce, que estuvo hace 2022 o más años.
Para el mundo cristiano, Jesús es el Cristo quien redime al mundo, primero con sus enseñanzas y sabiduría, después con sus prodigios y milagros y finalmente por la atroz muerte que es decretada por un jurado compuesto por sacerdotes judíos y ejecutado por los soldados de la Roma Imperial que gobernaban a Judea y Palestina como colonia romana. Toda la vida de Jesús tiene mucha relación entre sus palabras y obras, aunque desde luego también existen discrepancias, empezando porque los judíos no reconocen, abiertamente al menos, que tan siquiera haya existido en Israel algún personaje con ese nombre tan raro como el de Jesús; para ellos no existió y como consecuencia lógica, no puede ser el Mesías que, aún en nuestro tiempo, continúan esperando. (Fuente: Los Grandes: Jesús. Grupo Editorial Tomo)
Por su parte, el mundo árabe sí tiene documentos que acreditan la existencia y personalidad de Jesús, desde luego no es un símil de Alá, pero sí un personaje sumamente extraordinario que fomenta el amor y la paz entre los seres humanos y entre éstos y su Padre, Dios. Según la fe cristiana, (es) la segunda persona de la Santísima Trinidad o Hijo de Dios hecho hombre. El nombre de Jesucristo resulta de la unión de Jesús, que significa Salvador, con Cristo, Ungido, nombre griego del Mesías, personaje prometido por los profetas del Antiguo Testamento y ardientemente esperado por los judíos. Según los evangelios, nace de María Virgen en Belén de Judá; aparece públicamente a los 30 años, como Hijo de Dios, que anuncia la buena nueva (es decir, evangeliza) de la llegada del reino de Dios y de la salvación de los que creen en él. Forma un grupo de discípulos que predican este mensaje y continúan su obra; muere en manos de los jefes religiosos de su pueblo y resucita al tercer día, como quien ha vencido la muerte y salvado a los hombres. Finalmente, a los cuarenta días, sube a los cielos, a la diestra de Dios.
Finalmente, aparte de las menciones de Jesucristo hechas en el Nuevo Testamento y sus Evangelios, de su vida y obra en la tierra; la aparente prueba considerada más fehaciente de su existencia es el Sudario de Turín, también conocido como la Síndone, la Sábana Santa o el Santo Sudario, es una tela de lino que muestra la imagen de un hombre que presenta marcas y traumas físicos propios de una crucifixión, mide 436 cm x 113 cm. No obstante, sigue el debate si el Sudario es real de la época de Jesús y si le pertenece con base en las pruebas de datación por radiocarbono, se acompañó con el escaneo, espectrometrías, microfotografías etc.; incluso estudios sobre el polen de plantas existentes en Israel y esa región; todo esto se da dentro de un debate ente la ciencia y la fe cristiana que será una eterna polémica. Lo demás nos quedamos con los evangelios escritos en el Nuevo Testamento por los discípulos y seguidores de Jesús.
