Vía costarricense
Johnny Soto Zúñiga
En la primera entrega de manera resumida se analizó algunos aspectos de la relación existente a través de la historia entre la religión y la política; como factores fundamentales de lucha por mantener el poder dentro de las sociedades; sin duda la Iglesia y los diversos grupos religiosos han participado de una u otra manera. Se dice que el hombre es un ser religioso; los antropólogos han definido al hombre como “animal religiosum”. La mayoría de las personas creen en una idea de Dios como un Ser Supremo y Eterno; Creador Universal. La religión es el conjunto de medios que realiza un grupo humano para creer en un Ser Superior y es casi antigua como el propio hombre. Es un medio o un vehículo que comunica al ser humano con sus divinidades; y la creencia de que todos poseemos un alma inmortal; siendo el alimento espiritual para intentar dar respuestas a todas las preguntas, dudas, misterios; que muchos buscamos día con día.
Nos interesa destacar en esta segunda entrega el tema de la religión y la política en el contexto de la formación del Estado costarricense; y la gran influencia de la Iglesia Católica en el país. Para el siglo XIX tenemos una sociedad desigual, constituida por agricultores, labradores, jornaleros, artesanos y comerciantes. El poder político y económico estaba en manos de los comerciantes donde incursionaban los terratenientes, eclesiásticos y funcionarios públicos, que constituían alianzas para poseer el poder político. Los cafetaleros eran la élite dominante y ejercían influencia en las principales actividades comerciales para generar y preservar la riqueza. Podemos señalar que en esta etapa de formación del Estado costarricense, tanto la Iglesia Católica y las municipalidades se establecieron como centros de poder en la sociedad. (Ver: Los Partidos Políticos en Costa Rica. Orlando y Jorge Mario Salazar Mora)
A partir de 1840, la oligarquía cafetalera asume completamente el poder político y son los dominantes tanto en la clase económica como en la clase política. Durante el periodo de 1840 a 1870 se da una inestabilidad política producto de las divisiones internas al no ponerse de acuerdo en la distribución de los beneficios y por el control político. Para los años de 1856 y 1857 se acrecienta el poder de los militares, durante la Campaña Nacional contra los filibusteros que lideraba el norteamericano William Walker. Luego de la caída del Héroe Nacional el Presidente Juan Rafael Mora (1849-1859), los generales Blanco y Salazar, también Héroes de la Campaña Nacional, fueron los aliados de la oligarquía, que puso y quitaron presidentes hasta el golpe militar del General Tomás Guardia en 1870. La Iglesia Católica comienza a dar algunos visos de pérdida de poder e influencia.
Se señala que: “La Revolución Liberal” de la década de 1880 fue obra del grupo masón anticlerical conocido con el nombre de “Grupo del Olimpo” o “Generación del 89”. Este grupo que se había formado en el “Instituto Nacional” y en la Escuela de Derecho de la Universidad de Santo Tomás, encabezó el proceso de modernización y secularización del Estado costarricense. Su obra se inició en 1884 con la promulgación de las leyes anticlericales: prohibición de establecer órdenes religiosas, expulsión del Obispo Thiel y de la Compañía de Jesús, secularización de los cementerios, laicización de la enseñanza, derogatoria del Concordato y prohibición de manifestaciones religiosas fuera de los templos. La labor de los liberales continuó en 1885 con la Reforma Educativa de Mauro Fernández que comprendía: la reorganización de la enseñanza primaria, la prohibición de la enseñanza religiosa en las escuelas públicas, la creación de instituciones de secundaria y el cierre de la Universidad de Santo Tomás en 1888.
La “Revolución Liberal” culmina ese mismo año con la promulgación del Código Civil que estableció el divorcio y el matrimonio civil. En resumen, los liberales golpearon a la Iglesia arrancándole el monopolio que esta institución tenía sobre la educación, y sentaron las bases de un conflicto que llevaría al clero a intervenir directamente en nuestra vida política. En este medio, de descontento social, de toma de conciencia por algunos sectores populares, surgieron los primeros partidos políticos en la historia del país. Mucho tuvo que ver la Iglesia, al canalizar este descontento y tratar de recuperar el terreno perdido desde 1884, en el surgimiento de los partidos.” (Op.Cit. Pág. 8)
No obstante, podemos observar que la Iglesia nunca bajó la guardia en el ejercicio e influencia sobre el poder político y máxime que estaba muy descontenta con la reforma liberal; que había mermado su poder dentro de la sociedad costarricense. De ahí la importancia del fortalecimiento del sistema de partidos políticos y de ir debilitando el control de la oligarquía dominada desde 1870 por la camarilla militar y familiar de Guardia, Fernández y Soto. Así llegamos hasta el 7 de noviembre de 1889, donde se da esa ruptura con parte de la oligarquía dominante y la oposición apoyada por la Iglesia crearon el primer partido político denominado el Constitucional Democrático y logró canalizar el descontento popular eligiendo en las elecciones de primer grado a más del 80% de los electores. La iglesia trató de derogar las leyes liberales aprobadas a partir de 1884. “La Iglesia, cuyos púlpitos se convirtieron en tribunas y sus sacerdotes en demagogos, contribuyó a elaborar el discurso opositor, que descalificaba espiritualmente al candidato oficial, tildado de liberal, masón y ateo.”
Podemos señalar que se dio un gran avance en nuestra democracia, al consolidar el sistema de partidos políticos y la alternabilidad del poder, así como la participación de las masas populares en la vida política. Así llegamos hasta 1917, que se da un golpe de Estado fraguado por los hermanos Tinoco. Los dos partidos políticos principales que durante el inicio tuvieron enorme influencia fueron el Constitucional Democrático y el Liberal Progresista. Ambos después de conquistar el poder se dividieron y dieron origen a tres nuevas agrupaciones políticas: la Unión Católica (partido clerical); el Independiente Demócrata (radical); y el Partido Civil. El Presidente Iglesias proscribió en 1895 el Partido Unión Católica; quien solo logró participar en 1893. Para 1897 seguidores del Unión Católica y el Independiente Demócrata se unieron para fundar el Partido Republicano.
Es importante recordar que la Iglesia Católica juega un papel fundamental en señalar que el Estado debe actuar a favor de los más necesitados y de una justa distribución de la riqueza; su participación en las cuestiones sociales se hace ver, y el ejemplo más claro fue en 1888 con el problema planteado por los obreros italianos del ferrocarril al Atlántico, donde el gobierno se negó a intervenir y la Iglesia le pedía que entrara en acción. La Iglesia entró en un franco enfrentamiento con el Liberalismo; donde la Iglesia sostenía que el Estado debía proteger el justo salario y la lucha por la justicia social. Podemos observar que durante el desarrollo histórico de la democracia costarricense; la Iglesia Católica ha jugado un papel fundamental; por lo tanto la religión y la política en el país; han andado de la mano; y máxime cuando se trata de la lucha por el bien común y la justicia social.