Ejército nunca más

Desde La Mina 2.0

Mauricio Castro Salazar
mauricio.castro.salazar@gmail.com

Que grandiosa idea fue eliminar el ejército.

Se pudo invertir la plata que se gastaba en armas, tanques y en financiar las odiosas prebendas que los militares tienen en lápices, tractores y medicinas.

Gracias en mucho al habernos desecho del ejército Costa Rica es uno de los países que más expectativa de vida tiene en la Región, en promedio sería 82 años, pero lástima a que los hombres vivimos menos, por las estupideces que cometemos al manejar, jugamos a machitos y nos mandamos sin fijarnos, esto nos ha restado 5 años de vida y ha bajado la expectativa de vida.

Que buena idea es sustituir una fecha que nos desune por una que nos une. El feriado no pagado del 12 de octubre es una fecha que nos causa fricción entre los grupos que integran nuestra sociedad, el cambiarlo por el 1 de diciembre, por una fecha que nos une es genial.

El primero de diciembre se conmemorará siempre el día de la abolición del ejército.
Gracias a los diputados y diputadas que tuvieron el empeño en proponerlo y aprobarlo.

Recuerdo cuando he vivido en otros países de la Región oír periodistas comentar cuando hay desfiles “viene la banda de guerra del colegio…”, nosotros podemos decir con orgullo “viene la banda de paz del colegio…”

Hoy hay gente que trata de restarle méritos a don Pepe por la abolición del ejército.
Piense en esto: ser el General victorioso de una guerra, pasar por cualquier lado y todo el mundo cuadrándose y saludándolo “mi General”, o si llamaba a alguien la respuesta recibida sería “General ordene”, lo que pida es orden y así de cosas que los Generales tienen y pueden hacer, y un día decidir que se elimina el ejército.
¡Se puede imaginar cuanto desprendimiento!

Yo crecí oyendo de la guerra. Crecí oyendo de los grados militares. Mucha gente quería tener rango militar. De la nada y así sucedió muchas veces, uno empezaba “la carrera militar” (ya sin ejército) mínimo de mayor, pero lo más codiciado era ser teniente coronel.

Recuerdo la policía de tránsito cuando pasó del Ministerio de Seguridad al MOPT. El primer director civil fue un ingeniero, profesor nuestro en la U. El primer día que llegó todo el mundo se le cuadró: “mi coronel, ordene”. Y él: yo no soy coronel. Entonces en coro…”mi mayor”, y él de nuevo: yo no soy mayor. Y el coro de nuevo: “mi capitán”, y de nuevo: no soy capitán. Hasta que alguien se atrevió a preguntar: ¿y ud qué es mi señor? “ingeniero”—contestó. Y el coro le respondió: “mi ingeniero, ordene”.

Así como esa historia hay otro montón. El ejército se abolió pero las policías siguieron ostentando rangos militares, por un tema de puestos y jefaturas, hasta que por ahí de 1986 se eliminaron del todo, creo que en el Gobierno de Oscar Arias.

Hoy con orgullo podemos decir que el único Capitán que oficialmente existe es el de la selección de futbol y coronel, el gato de un amigo mío.

Gracias don Pepe por tanta magnanimidad y desprendimiento. La Patria le estará eternamente agradecida.