David Sirota
La factura de 70.000 dólares en peluquería de Donald Trump puede estar recibiendo toda la atención, pero hay dos preguntas sin respuesta del resumen que el New York Times ha hecho sobre las declaraciones de impuestos de Donald Trump.
Recordarán que en 2017, Trump lideró un proyecto de ley de recorte de impuestos masivo que fue criticado por beneficiar sobre todo a los más ricos. En ese momento, dirigí el equipo de investigación que abrió la historia de lo que se conocería como el Corker Kickback –y la pregunta es cuánto se enriqueció Trump personalmente con esa disposición específica, que fue diseñada para beneficiar a los inversionistas en propiedades inmobiliarias.
Ganamos un premio importante por nuestro reportaje, pero no fuimos capaces de discernir exactamente cuánto Trump y su familia pueden haber cosechado del texto.
Fue un trato sucio –se vinculó con el senador republicano Bob Corker porque es un magnate inmobiliario que decidió apoyar el proyecto de ley de impuestos después de que se añadiera esa cláusula. Sin embargo, la propuesta fue encabezada por la Casa Blanca de Trump.
Por aquel entonces informamos de lo siguiente:
Los líderes republicanos en el Congreso y los magnates inmobilairios podrían enriquecerse personalmente con una disposición relacionada con los bienes raíces que los legisladores republicanos introdujeron en el proyecto de ley de impuestos definitivo publicado el viernes por la noche, según los expertos entrevistados por el International Business Times. El lenguaje legislativo no formaba parte de las versiones anteriores del proyecto de ley y se añadió a pesar de las continuas preguntas sobre el conflicto de intereses acerca de los intereses inmobiliarios implicados y las responsabilidades gubernamentales del presidente Donald Trump –el principal proponente del proyecto de ley.
La organización Trump y los Kushners (la familia del marido de Ivanka, Jared) han estado al frente de vastos imperios inmobiliarios, y los principales legisladores republicanos que redactaron el proyecto de ley de impuestos tienen colectivamente decenas de millones de dólares en propiedad en las sociedades mercantiles relacionadas con los bienes raíces. La nueva disposición fiscal permitiría específicamente a los propietarios de grandes propiedades inmobiliarias a través de las sociedades deducir un porcentaje de sus ingresos «de paso» de sus impuestos, según los expertos. Aunque Trump, que se hizo famoso por sus propiedades inmobiliarias, ha tratado de lavar su imagen en los últimos años, los registros federales muestran que Trump tiene participaciones en miles de sociedades.
La nueva cláusula no estaba en el proyecto de ley aprobado por la Cámara o el Senado. En su lugar, se insertó en el proyecto de ley final durante las negociaciones de reconciliación entre los republicanos de ambas cámaras.
Así que la gran pregunta que quizás pueda ser respondida de las declaraciones de impuestos de Trump es: ¿Exactamente cuánto se benefició personalmente de la legislación que él mismo impulsó?
Hay una tendencia a tratar de convertir las travesuras fiscales de Trump en una historia sólo sobre Trump –como si fuera un villano singular–. Pero mientras que merece muchas críticas por hacer trampas con el sistema, no podemos ignorar el hecho de que es un sistema que permite a gente rica como Trump estafar al país con 266 mil millones de dólares cada año.
Esa cifra proviene de un informe del gobierno que cubrimos a principios de este año. Esto es lo que informamos en julio:
El primer informe vino de la Oficina Presupuestaria del Congreso, no partidista, que encontró que entre 2011 y 2013, 381.000 millones de dólares de impuestos quedaron sin pagar cada año. Si se combinan estos datos con una reciente investigación de la Universidad de Harvard que muestra que el 1% de las personas con mayores ingresos son responsables del 70% de la brecha fiscal, se obtiene una imagen completa: la parte más rica de la población está privando al público estadounidense de unos 266.000 millones de dólares de ingresos fiscales adeudados cada año.
Hay alrededor de 1,6 millones de hogares en el 1% superior, lo que significa que en este grupo de ingresos, la tasa de fraude fiscal es de unos 166.000 dólares por hogar.
Esa brecha fiscal no ocurrió por arte de magia: es el resultado de los enormes recortes de los conservadores al presupuesto de aplicación del Servicio de Impuestos Internos (IRS), que resultó en una disminución particularmente precipitada de las tasas de auditoría para los superricos. De hecho, la cifra de 266.000 millones de dólares podría ser una subestimación, porque los analistas de presupuesto del Congreso estimaban la brecha fiscal que existía antes de esos recortes presupuestarios del IRS.
Las declaraciones de impuestos de Trump son un ejemplo imponente tanto del comportamiento estafador de un charlatán como de un sistema de impuestos que fomenta dicho comportamiento.
Eso nos lleva a una cuestión de política pública: ¿Estamos preparados no sólo para sacar a Trump de la Casa Blanca, sino también para cambiar el sistema fiscal para que ya no ayude a los ricos a desplumar a los Estados Unidos?
David Sirota forma parte de la redacción de In These Times es columnista en otras publicaciones como PandoDaily , autor del libro Back to Our Future: How the 1980s Explain the World We Live In Now y The Uprising and Hostile Takeover, y también co-presenta el programa de radio «The Rundown» en la emisora AM630 KHOW en Colorado.
Fuente: https://jacobinmag.com/2020/09/donald-trump-taxes-wealthy-2017-bill
Traducción: Iovana Naddim para sinpermiso.info