Economía social y solidaria necesaria para el desarrollo económico y social

Desde mi perspectiva

José Francisco Bolaños Arquín

José Francisco Bolaños

Con la aparición de la pandemia del covid-19, los problemas socio económicos y de seguridad se han incrementado; complicada situación que afecta directamente a un amplio sector de la población costarricense. En la actualidad la pobreza total alcanza el 30%, de los cuales un 7% es pobreza extrema y un desempleo de 17,3%; afectando a más de 1.500.000 personas en todo el territorio nacional, que hacen aún más preocupante la creación de asentamientos en condición de precarios en todo el territorio nacional.

Un desempleo, subempleo y sector informal, donde unas 900.000 trabajadores no cotizan a la Caja Costarricense del Seguro Social complicando aún más la situación financiera por la que atraviesa la Institución, principalmente en el Régimen de Invalidez, Vejez y Muerte.

De acuerdo con el Banco Mundial, Costa Rica es uno de los países más desiguales del mundo, problemática que se ha ido incrementado en la última década.

Nuestro país urge de acertadas políticas para la reactivación económica, para así lograr un crecimiento entre el 5% y 6% y generar empleo que se requiere con urgencia; una de las alternativas viables para lograrlo, es impulsando la Economía Social y Solidaria (ESS), con programas dirigidos principalmente a comunidades con altos porcentajes de pobreza y desempleo, de manera que logren un mejoramiento en sus vidas a través de una organización empresarial que genere oportunidades a sus integrantes.

La ESS impulsa iniciativas socioeconómicas, generando una democracia participativa en la toma de decisiones y está dirigido a involucrar a las personas desempleadas y más necesitadas de sus comunidades, en donde se le da un papel protagónico a la mujer con su integración y en donde los beneficios son distribuidos de manera equitativa.

Dentro de este proceso, es vital fomentar la motivación, la igualdad, el respeto, el trabajo en equipo, la capacitación y una buena organización y así lograr una mejora en sus vidas y la de sus familias y les permita generar sus propios ingresos, aumentar la producción, el consumo y generación de empleo, aprovechando las fortalezas de sus integrantes.

Se debe tener presente que los proyectos deben ser viables y factibles en lo técnico, económico y administrativo para disminuir el riesgo al fracaso. La asesoría, el acompañamiento y el financiamiento durante el proceso es vital por parte de instituciones públicas y privadas, los bancos y principalmente de la Banca para el Desarrollo.

Las ESS se pueden organizar como cooperativas, asociaciones solidaristas y de desarrollo comunal; organizaciones experimentadas, donde sus integrantes tengan voz y voto en la toma de decisiones.

Este tipo de organizaciones, pueden enfrentar y superar las crisis mucho mejor, definiendo entre todos nuevas estrategias, acuerdos como reducción de gasto y definición nuevos rumbos en la búsqueda de nuevos productos, servicios y mercados.

Lic. Administración de Negocios

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