Luis Paulino Vargas Solís
Yo me sigo preguntando si la tontería surgió espontáneamente, o si Chaves movió los hilos de su equipo de marketing internacional y los convenció para que quisieran exponerse a tal ridículo.
Porque una cosa he de reconocer: como gobernante y presidente, Chaves es la inutilidad más grande jamás vista en Costa Rica, pero es todo un campeón si de hacerse propaganda fuera de nuestro país se trata.
De ahí que venga coleccionando los premios más inverosímiles que es posible imaginar.
Y puesto que, en el colmo de la paradoja, se le galardonó como adalid de la libertad de prensa y campeón de la democracia, no debe extrañarnos si recibe trofeos que premien su beatífica castidad, sus principios de respeto absoluto a las mujeres o la exquisita finura de sus modales.
Y así con lo de “economía jaguar”.
¿No es acaso llamativo que la cosa del jaguar se convirtiera instantáneamente en herramienta propagandística? Cualquier malpensado creería que lo tenían bien preparado. Y, así, en segundos proliferaron los pines del jaguar, jarras y camisetas y hasta ropa íntima comestible, condones y perfumes afrodisíacos.
Ahora, que tampoco es que el Bank of America tenga una “hoja de vida” particularmente reluciente. Sus pésimas decisiones en el contexto de la crisis financiera de 2007-2008, lo convirtieron en una víctima ligeramente demorada de la crisis y, respectivamente, en un beneficiario ligeramente demorado de los masivos rescates públicos que pusieron en marcha los gobiernos de Bush hijo y Obama. Y justo en el momento de la transición entre el gobierno del primero y el del segundo –hablamos de enero 2009– el Bank of America recibió respaldo financiero por un monto de $120 mil millones por parte de los fondos públicos.
Pues esos son los genios que nos asignan la categoría “jaguar”. Una idea pegada con mocos.
Dejamos de lado 2021, excepcional por ser el año del “rebote” después del derrumbe pandémico de 2020. Pues a esa gente le bastó que la economía creciese entre 4 y 5% anual en el trienio 2022-2024. Imposible mayor charlatanería. Para entenderlo, baste mencionar lo siguiente:
- Es abusivo sacar conclusiones a partir de un período tan corto, en el que influyeron condiciones mundiales excepcionales: los llamados procesos de “nearshoring” que se pusieron en marcha como efecto combinado de la pandemia, la crisis de las cadenas globales de mercancías y la invasión rusa a Ucrania.
- Ya en el actual 2025 múltiples indicios nos dicen que todo eso se está desmoronando.
- Esas tasas de crecimiento promedio de ese breve período, son inferiores en un 35% a las que Costa Rica sostuvo a lo largo del extenso período comprendido entre 1950 y 1979.
- En sus mejores momentos, y por período mucho más largos, Japón, Corea del Sur o, más recientemente, China, crecieron a ritmos en los alrededores del 8-10%.
- China sostuvo esas tasas de crecimiento promedio durante aproximadamente dos decenios.
O sea: la comparación no podría ser más estúpida de lo que es.
Pero un examen crítico y riguroso, agregaría muchas otras poderosas objeciones. Algunos ejemplos:
- Los bajísimos índices de participación laboral de las mujeres.
- La declinante participación laboral de los hombres.
- Los altos índices de informalidad laboral.
- La brutal desigualdad: somos uno de los países más desigualitarios del mundo.
- El elevado índice de homicidios.
- La poderosa presencia de las mafias del narco y el crimen organizado.
- Crisis educativa.
- Crisis de los servicios de atención sanitaria.
- El desmantelamiento de hecho de los programas de seguridad social.
- Altos y crecientes niveles de endeudamiento privado.
- Persistente fragilidad de las cuentas fiscales.
- Destrucción de la producción agrícola de alimentos.
Etc. etc. etc.
El jaguar es el rey de nuestros bosques; un animal majestuoso. Dejémoslo tranquilo.
– Econimista jubilado