Por Manuel Gavilán Pérez
manuel.gavilanjr@ogilvy.com
El título de este artículo es la pregunta que le hizo un estudiante de colegio a don Rodrigo Chaves, el señor presidente de la República, en una manifestación frente a la Casa Presidencial el 7 de agosto, en una protesta contra las pruebas estandarizadas.
La paradoja es que estas pruebas, propuestas por el Ministerio de Educación Pública, tienen el siguiente objetivo: “Contar con datos numéricos respecto a los conocimientos, aprendizajes y desempeños demostrados por el estudiantado con el propósito de obtener insumos para la toma de decisiones orientadas a la formulación de las acciones de recuperación y acompañamiento por parte de los participantes del proceso educativo”.
Si además tomamos en cuenta que, “de acuerdo con el Informe del estado de la educación del 2021, el país enfrenta una grave crisis en educación, un apagón educativo, el cual es el resultado de rezagos y problemas históricos no resueltos antes de la pandemia, a los cuales se les suman los efectos de la emergencia sanitaria y las rigideces institucionales para responder a la afectación”, me surgen varias preguntas, cuyas respuestas expondrían aún más claramente mi paradoja.
Si nuestro señor presidente califica a los estudiantes universitarios de “esbirros de los rectores”, ¿cómo un estudiante de colegio no le va a tratar de mae? Si el ministro de Hacienda confiesa que un megacaso de evasión fiscal “parte de un tiktok que existía y que andaba por ahí”, ¿cómo un colegial no va a hacer mofa de la fuente de donde saca el gobierno su información?
¿Qué estamos perdiendo en Costa Rica? ¿Educación, valores y respeto? Si eso es lo que estamos perdiendo, ¿lo estamos perdiendo todos y a todo nivel?
La educación nos muestra los valores que nos llevan de la mano hacia el respeto. ¿En qué momento la sana discusión de ideas y el respeto a la opinión de los demás se convirtió en una diatriba hacia los que piensan diferente y, por tanto, un peligro para la democracia?
Cuando Benito Juárez dijo que el respeto al derecho ajeno es la paz, tenía muchísima razón, pero no debemos olvidar que sin educación y sin valores que sustenten el respeto, la paz social sería inalcanzable, y esa es la enfermedad de la cual estamos padeciendo en este momento en Costa Rica.
Espero sinceramente que nuestros educadores tengan las herramientas para que de aquí a unos pocos años puedan educar estudiantes respetuosos y con sólidos valores, que a su vez se conviertan en ciudadanos que ocupen puestos en la Administración Pública o la empresa privada de manera educada, con valores humanos y respetuosos, proyectados hacia los ciudadanos a los que sirven.
Costa Rica es nuestra y entre todos debemos defenderla y guiarla con vistas a un mejor presente que nos garantice el mejor futuro.