Mauricio Castro Salazar
mauricio.castro@costarricense.cr
Desde hace días noto en los periódicos adjetivos calificativos a las “políticas”, que no le hacen a los “políticos”, relacionados con su vestimenta, estado civil y apariencia en general que —quiero pensar— antes no se daban por no tener a una mujer como Presidenta y no lo hacen ahora por machismo puro y sencillo, y en mi casa en La Mina, en Santa Ana, quisiera compartir algunos comentarios y datos que sobre el tema se dan a nivel mundial.
Ojo al título de esta noticia aparecida hace algunos meses en un matutino nacional:
“ANÁLISIS DE LA PRIMERA CITA INTERNACIONAL DE LA MANDATARIA”
Qué bueno –pensé— al fin leeré un análisis… y en el cuerpo de la noticia me encontré con esto:
“Chinchilla andaba de pelo suelto, bien peinado, con joyería pequeña, tipo precolombina. En las manos bastó una pulsera. Su vestido, fucsia satinado, era una más de las cinco de tonalidades magenta que mostró durante la gira…”
Busqué si hacían la misma descripción de los otros participantes….y ¡no!
Y así se publican, un día sí y otro también, un montón de notas sobre ministras, diputadas y alcaldesas.
Tristemente esto no solo pasa aquí. En “El País”, diario español, una lectora se quejó que cuando se refieren a las calidades de las “políticas” indican si está o no casada, el número de hijos, su estado civil, pero si es “político” hablan de su profesión. La quejosa también dice que normalmente de los “políticos” no se habla de la forma en que se visten, se peinan o comen, pero cuando se trata de “políticas” dicen si vestía de negro, de rojo o de fucsia, como lo hacen aquí con nuestra Presidenta.
La “Defensora del Lector” —que lamentablemente no existe en ningún periódico aquí—, da unos datos impresionantes en un artículo del que tomé el nombre para este comentario, que resumo:
Desde 1995 hay un monitoreo de la presencia de las mujeres (Proyecto de Monitoreo Global de Medios) en más de 100 países. Cada 5 años se analiza una muestra de noticias aparecidas en distintos medios.
En el 2010, último informe del monitoreo, de entre 570 personas que se citan en el análisis solo un 23% fueron mujeres.
La presencia de hombres es abrumadora en las secciones de poder (Política y Economía). A los hombres se les identifica por su cargo o profesión y las mujeres aparecen como receptoras o como víctimas y no como protagonistas de algo.
En el 17% de las informaciones sobre mujeres se dan datos de parentesco o situación familiar, mientras que esa información se da sólo en un 5% de los hombres.
La mujer tiene escasa presencia como fuente informativa, y como bien sabemos ser nombrado como “fuente informativa” es señal de posición, poder, autoridad, expertiz…El 91% de las voces expertas son masculinas. ¿Sólo un 9% de las voces expertas son mujeres?
En España, por ejemplo, de todas las portadas y las noticias —de un día escogido al azar— que abren las secciones aparecen 46 personas, de las cuales solo 5 son mujeres. El Colegio de Periodistas de Cataluña conjuntamente con otras organizaciones publicó un manual que busca promover la reflexión crítica sobre “…los prejuicios de género que perviven en nuestra sociedad, penetran en los mecanismos de trabajo y acaban reflejándose en el relato informativo”.
Así que deberíamos proponernos en el país corregir esa inequidad, mencionando las relaciones familiares, estados civiles, tipo de vestimenta y peinado de los “políticos” o simplemente tratando a las “políticas” de la misma forma que tratan a los “políticos”.
“…o todos en la cama o todos en el suelo…” —dice sabiamente nuestro pueblo—.