Pablo J. Innecken
Los sistemas tecnológicos de monitoreo forestal (SMF) son concebidos, según la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), como “un proceso integral que incluye la recopilación, análisis y divulgación de los datos relacionados con los bosques, y la producción de información y conocimiento a intervalos regulares, que permitan la evaluación de los cambios en el curso del tiempo”(1).Es decir, los Sistemas de Monitoreo Forestal son herramientas que permiten la recolección, análisis y sistematización de datos científicos para definir el nivel de regeneración o deterioro de la capa boscosa de un territorio específico, aportar insumos en tiempo real sobre el aporte en la fijación del carbono que generan los bosques en estudio y además, el mapeo de la cobertura y uso de la tierra, la evaluación misma del uso del suelo y el registro de datos dasométricos, es decir, datos estadísticos sobre el manejo forestal.
El desarrollo, uso permanente y mejora de los SMF son parte de los compromisos adoptados por los Estados Parte de diversos instrumentos internacionales tales como la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC), el Convenio sobre Diversidad Biológica (CDB), y la Convención de Lucha contra la Desertificación, la Degradación de la Tierra y la Sequía.
La existencia de reportes e informes de seguimiento que específicamente los países en desarrollo, como Costa Rica, aportan a las estructuras de implementación de dichas convenciones, se relacionan por ejemplo con los NAMA (Nationally Appropriate Mitigation Actions) que son aquellas políticas, programas y proyectos que se realizan para contribuir a los esfuerzos globales de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero y que contribuyen términos de adaptación y mitigación del cambio climático.
Costa Rica, como miembro pleno de las tres convenciones internacionales mencionadas, ha generado un SMF altamente exitoso, administrado bajo la rectoría del MINAE y que es conocido como SIMOCUTE (Sistema Nacional de Monitoreo de la Cobertura y uso de la Tierra y Ecosistemas), el cual es parte de la iniciativa internacional conocida como REDD+(2), surgida luego de la COP 11 de Cambio Climático de 2005 en Montreal y que reconoce la reducción de emisiones causadas por la deforestación y degradación de los bosques como un mecanismo eficaz y científicamente probado para hacer frente al cambio climático.
REDD+ pretende el manejo sostenible de los bosques en los países en desarrollo y propone el financiamiento, mediante servicios ecosistémicos, para los países en desarrollo por el carbono fijado en sus bosques.
El párrafo 71 de la decisión 1/CP.16 denominada “Acuerdos de Cancún”(3) en el marco CMNUCC en 2011, reconoce la importancia de brindar apoyo, financiamiento y cooperación a medidas adoptadas por los países en desarrollo en la labor de mitigación del cambio climático en los sectores forestales, mediante la reducción de las emisiones debidas a la deforestación y/o degradación forestal, preservar y aumentar las reservas forestales de carbono; así como un manejo sostenible de los bosques. Sin embargo, los países en desarrollo deben cumplir con cuatro aspectos medulares:
- Un plan de acción o estrategia nacional.
- Un nivel nacional de referencia de las emisiones forestales.
- Un sistema nacional de vigilancia forestal que sea transparente, robusto y científico.
- Un sistema que proporcione información sobre la forma de abordar la mitigación del cambio climático en los sectores forestales.
Como se expresa en el documento de “Diseño de Monitoreo para la Estrategia Nacional REDD+”(4), SIMOCUTE, permite la existencia de un Sistema de Monitoreo Satelital Terrestre (SMST) en el que se recopilan datos nacionales de uso y cobertura, así como de un Inventario Nacional Forestal (INF) que permite la recopilación de datos territoriales que permiten estimar las emisiones y aportar al Inventario Nacional de Gases de Efecto Invernadero (INGEI).
Desde esta óptica, la existencia de SIMOCUTE, permite la clasificación de datos por uso, cobertura y ecosistemas, la generación de inventarios y registros, incluyendo acciones de muestreo, y utiliza además un sistema denominado Evaluación Visual Multitemporal (EVM), lanzada en 2020(5), que permite captar y almacenar información periódica sobre la composición de la cobertura y uso de la tierra, incluyendo el registro a nivel cronológico de cambios en el paisaje.
El sistema, posee un acervo histórico de mediciones que el país ha realizado en temas como calidad del aire, uso del suelo, trama verde, cuencas hidrográficas, humedales y territorios bajo la modalidad de servicios ecosistémicos. Además, se complementa con un visor geográfico desarrollado por el Centro Nacional de Información Ambiental (CENIGA) del MINAE, que cuenta con 49 capas de datos fundamentales en temas ambientales, y además, utiliza la técnica de monitoreo por puntos que incluye el muestreo con interpretaciones visuales de imágenes de alta resolución sobre la cobertura y uso de la tierra en el país.
Actualmente, el sistema ELSA (metodología de Áreas Esenciales de Soporte de Vida), desarrollado por el PNUD y la Universidad de Northern British Columbia de Canadá y se implementa de forma exclusiva en Costa Rica, y permite evaluar las pérdidas y ganancias en materia forestal para asegurar la provisión de servicios ecosistémicos que generan beneficios económicos al país.
Con el bagaje exitoso de este tipo de herramientas Costa Rica aboga en el sistema multilateral por la adopción de Soluciones basadas en la Naturaleza, que son todas aquellas acciones que buscan proteger, gestionar de manera sostenible y restaurar ecosistemas naturales o modificados, y que tomen en cuenta los desafíos sociales existentes, reconociendo el aporte de la naturaleza al bienestar humano.
Los Sistemas de Monitoreo Forestal permiten dar a conocer los datos requeridos para interpretar los beneficios ecosistémicos que los bosques y la naturaleza brindan al ser humano, en este sentido, Costa Rica se ha enmarcado en importantes iniciativas tales como la Coalición de Alta Ambición por la Naturaleza y las Personas, mecanismo de más de 95 países y que es copresidido por nuestro país en colaboración con Francia y Reino Unido, y que clama que la protección del 30% de las tierras y océanos del planeta para 2030 como medida mínima necesaria para detener la abrumadora pérdida de biodiversidad que sufrimos a nivel mundial.
La ambición por un mundo más sostenible es la mejor expresión, en los espacios de negociación internacional y en la implementación nacional, de la concepción de una verdadera paz con la naturaleza.
Notas
3. https://unfccc.int/sites/default/files/resource/docs/2010/cop16/spa/07a01s.pdf
4. https://redd.unfccc.int/files/4863_2_sistema_nacional_monitoreo_forestal_costa_rica.pdf
5. https://simocute.go.cr/2020/02/07/costa-rica-avanza-en-el-desarrollo-de-metodologico-del-simocute/