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Desde mi perspectiva
José Francisco Bolaños Arquín
En Estados Unidos el desempleo ronda los 10 millones de trabajadores y de estos, alrededor de 6.6 millones, presentaron la petición de ayudas por desempleo.
En nuestro país, la actividad turística genera alrededor de 290.000 empleos directo e indirectos y entre ambos representan el 8.2% del PIB; se ha visto muy afectada por el covid – 19 y las medidas tomadas en la mayoría de los países con la cuarentena y el temor a contraer la enfermedad, ha provocado la cancelación de vuelos y hospedajes (tanto de turistas nacionales como extranjeros).
Los hoteles y las empresas complementarias como: restaurantes, tiendas, supermercados, servicios privados de salud, productos agropecuarios, la pesca, transporte terrestre, artesanías, pulperías y otras empresas suplidoras de bienes y servicios, donde una mayoría son mipymes, han disminuido considerablemente sus ventas o se han declarado en quiebra, lo que está provocando mayor desempleo y pobreza.
El país está enfrentado una complicada situación en el campo de la salud; contamos con la Caja Costarricense del Seguro Social (CCSS) que ha tenido la capacidad para hacerle frente a esta emergencia, a la cual hay que fortalecer y así lograr su solidez administrativa, operativa y financiera, incluyendo la solvencia del Régimen de Invalidez, Vejez y Muerte (IVM).
En el 2019 a nuestro país se ubicó entre los seis países en el mundo, con la mejor asistencia de salud, logro que no debemos perder y más bien mejorar porque es un patrimonio de todos los costarricenses.
Ante esta realidad, debemos continuar acatando las órdenes que emiten nuestras autoridades de salud, con el propósito de evitar un contagio masivo de la población y así no agravar la angustiante crisis que se extienda en el tiempo y nos lleve a un mayor colapso económico de incalculables consecuencias, con una lenta y penosa recuperación.
La calificadora de riesgo Moody´s, prevé una contracción económica para este 2020, de – 1.5% del PIB y de acuerdo con las proyecciones del BCCR, antes de iniciar esta pandemia, sería de 2.5% del PIB. Si se cumple este pronóstico, los problemas económicos futuros serán bastante complicados e inciertos. Costa Rica necesita crecer alrededor al 6% para generar la riqueza y el empleo que se requiere.
Standard & Poor´s, prevé un aumento del déficit fiscal del 8.1% (la recaudación fiscal disminuirá) para este año; en el 2019 fue de 6.96%.
La deuda pública este año, podría crecer alrededor de un angustiante 70%, un 10% mayor que en el 2019.
El desempleo se podría incrementar a más del doble del actual que es del 12.4% y afecta a más de 300.000 personas. Esta situación influiría en un aumento del sector informal del 46% de la fuerza laboral; debido a la caída de la demanda interna, el turismo y las exportaciones de bienes y servicios, ante una contracción en las economías de nuestros socios comerciales.
El Gobierno debe tomar las decisiones y las medidas más adecuadas, para disminuir esos efectos negativos que nos está dejando esta pandemia y en el menor tiempo posible (debemos tener presente que esta situación puede tardar muchos meses e inclusive años), poder entre todos revertir esta difícil situación, que tomó al mundo por sorpresa y así lograr la reactivación económica.
Varios distinguidos costarricenses han presentado propuestas, para aminorar y buscar una solución viable a esta grave crisis; que el Gobierno debe analizar y aprovechar para sacar adelante nuestra querida Costa Rica.
“Es necesario generar un clima de confianza y con el gran esfuerzo de todos los sectores, restaurar la estabilidad, económica, política y social”
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