De nuevo con Uber

Bazar digital

Carlos Revilla M.

A raíz del paro y bloqueos que se se dará el próximo martes, de parte de los taxistas y algunos otros, para protestar contra Uber, me acordé de lo que escribí hace un tiempo, cuando dije que no me parecía la llegada de Uber a Costa Rica. Y analizando todo lo que ha pasado desde esa vez, resulta que aún al día de hoy sigo pensando lo mismo. Eso si, creo que amerita varios agregados y aclaraciones, para redondear el tema.

Cuando digo que Uber no debería estar en el país, me refiero a la compañía Uber Inc, que es una empresa gringa, y la que se lleva pingües utilidades de Costa Rica y de todos los otros países donde opera. Y por aquí, empieza, por lo menos para mi el problema.

El otro día, discutíamos este tema de Uber algunos buenos amigos, y los que usan Uber (aclaro que no lo uso, y no pienso usarlo por el momento), comentaban el gran servicio y lo barato que es. Otros amigos también me han hablado de lo mismo, entonces, pareciera que efectivamente así es, por lo que lo daré por un hecho. Y que bien, que esto sea así, los usuarios se benefician dirían algunos, junto a que la competencia es buena. Pero, ¿hay realmente competencia? ¿es esto algo bueno?

Analicemos el punto anterior. Como ya he dicho y todos sabemos, en Costa Rica el transporte de personas es un servicio público, que si alguien quiere explotar, requiere una concesión o un permiso del Estado. Por ejemplo, los taxis rojos tienen una concesión y los porteadores un permiso. Esto hace posible que el Estado puede regular la actividad, en este caso vía una Ley, reglamento y ARESEP, que precisamente las siglas vienen de Autoridad Reguladora de los Servicios Públicos.

Entonces lo primero, a la luz de la ley, sería concluir que servicios como Uber son ilegales, es decir funcionan al margen de la ley. ¿Y…? dirán algunos, porque esto es como el chiste del borrachito aquel, que estaba orinando en media calle, y un policía que lo vio le dijo, oiga señor aquí no se puede orinar, y el borracho se vuelve y le dice ¿y cómo estoy pudiendo? Igual es con Uber, que a pesar de ser ilegal, pues ahí está funcionando, de alguna forma como burlándose de todos nosotros.

Como me preguntaba ¿hay competencia? La respuesta es simple: claro que si hay, pero es desleal. Es así, porque no son las mismas reglas del juego para todos los actores. Mientras los taxis rojos y porteadores tienen que seguir una estricta regulación, y pagar además impuestos, cánones y cargas sociales; los choferes de Uber no tienen que hacer nada de eso, literalmente van por la libre. Y claro, entonces la tarifa que cobra Uber es muy baja.

En la discusión con mis amigos, ellos esgrimieron el argumento de que si el asunto fuera entre verdaderos taxistas, lo de Uber sería algo muy malo y ruinoso para el gremio, pero que la realidad, según ellos, es que hay pocos taxistas, que la mayoría solo «choferea» para el dueño del taxi, y que hay personas que tienen varios de ellos, incluso me hablaron de algunos con decenas o incluso cientos de placas de taxis.

La verdad, a mi este último argumento me cuesta mucho entenderlo. Reclaman la concentración de las placas de taxi en pocas manos (que habría que ver cuan cierto es esto), y extrañamente no reclaman que todo el negocio de Uber sea de una sola compañía, que además se lleva las ganancias fuera del país, con poquísimo valor agregado nacional. Como he dicho en otras ocasiones, el único ganador en todo esto es Uber Inc. (la transnacional).

La otra pregunta ¿es algo bueno? Para Uber Inc. si, es un negocio redondo, pero la inversión en el país es mínima, solo una oficina y pocos empleados, y todo se maneja con tecnología de avanzada, que al final lo que logra es también prescindir de recurso humano. El trabajo que tienen los choferes es solo un espejismo, pues son independientes, no tienen relación laboral con Uber, y por si fuera poco, están en la informalidad total, sin pagar impuestos y cargas sociales, es decir no están ni siquiera asegurados.

Esto, la verdad pura y simple es «anarquismo neoliberal», no hay tal «economía colaborativa», eso son puras sandeces (o como se dice en inglés «bullshit«). Al final, como dije, el del negocio redondo es Uber Inc. y nada más. ¿Y el usuario? dirán algunos otros, muy bien gracias, tal vez contento porque está pagando menos, y supuestamente con un mejor servicio; pero también esto es otro espejismo. Como ya expliqué en el momento que todos los actores estén en condiciones iguales, la cosa cambiará, ya no será una tarifa baja, al contrario, si esto continua como hasta ahora, lo que veremos es a los taxistas rojos desaparecer, porque tendrán que dedicarse a otra actividad, y cuando esto suceda, y sea solo territorio Uber, ya verán la clase de tarifas que tendremos…

Ante el anuncio del próximo paro, y sus peticiones, el Gobierno les contestó “Dentro del marco de la ley todo, fuera de la ley nada”, dando a entender que no aceptaba ese tipo de demostraciones de fuerza. Eso está muy bien, así debe ser, lo que pasa es que como dice el refrán «lo que es bueno para el ganso, debe ser bueno para la gansa», si al gremio de taxistas el ejecutivo le dice eso, entonces debió también decírselo a Uber. Estamos claros que no está haciendo un paro o bloqueos, pero si ejerciendo una actividad ilegal. Entonces, según el propio gobierno, no deberían estar funcionando, porque «…fuera de la ley nada». Y como el borrachito del chiste, ahí están como si nada.

Resumo, sí estoy de acuerdo con Uber, en el tanto que se someta a nuestro ordenamiento jurídico, en el tema de transporte público de personas y permita su regulación. Curiosamente en México y otras países si ha sido posible hacer esto, pero aquí no. Esto lo que demuestra es la gran debilidad del gobierno, por no decir falta de pantalones para ponerlos en cintura.