Vladimir de la Cruz
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Con motivo del Congreso Centroamericano que se convocó y estableció, en 1824, por disposición de ese Congreso se acordó celebrar en toda Centroamérica la fecha del 15 de setiembre y a la vez la fecha local con que cada provincia había declarado su Independencia. De esa manera, había que celebrar el 15 de setiembre y a la vez, en el caso nuestro, el 29 de octubre de 1821, como las fechas de Independencia que nos corresponden.
El Jefe de Estado, Presidente de Estado y Presidente de la República, Dr. José María Castro Madriz, fortaleció la idea de la celebración del 15 de setiembre, ya declarada la República de Costa Rica, el 31 de agosto de 1848, y el Presidente Daniel Oduber Quirós, afirmó la celebración de la fecha del 29 de octubre. Sin embargo, la fecha del 29 de octubre en Costa Rica prácticamente se ha dejado de lado.
Si el Mes de la Patria está asociado a esa fecha de la Independencia, bien debe prolongarse su celebración, como realización de actividades cívicas y protocolarias, conmemorativas a la identidad de nuestro país, de nuestra Nación y de nuestro sistema democrático, hasta el mes de octubre, para que quede cubierta la fecha del 29 de octubre, cuando en Cartago se proclamó y decidió, como capital que era de la Provincia de Costa Rica, la Independencia.
El tiempo de celebración debería arrancar con la fecha del 30 y del 31 de agosto de 1848, cuando el Congreso Nacional tomó la decisión, a iniciativa de un grupo de municipalidades, de declarar la República de Costa Rica, lo que el 31 de agosto afirmó y así lo proclamó en definitiva el Dr. José María Castro Madriz, dejando de usarse el término de Estado de Costa Rica, que habíamos ostentado durante el período de tiempo que habíamos pertenecido a la República Federal de Centroamérica, desde 1824 hasta 1838, cuando nos retiramos de la República Federal, que prácticamente se desintegró, pero que mantuvo su formalidad de existencia hasta 1848.
Pues bien, el 31 de agosto lo celebramos el pasado domingo, como Día de la Fundación de la República. Un acto oficial muy bello, muy bien organizado, frente al busto del Dr. José María Castro Madriz. No pasó de ese evento.
Nacionalmente, sin embargo, en forma simultánea, se celebraba en esa misma fecha el día de la persona negra y la cultura afro costarricense. Una fecha orientada a reconocer y valorar el aporte fundamental de la población afrodescendiente a la identidad, la cultura, la historia y el desarrollo de nuestro país. Esta fecha se celebra asociada a la conmemoración de la Primera Convención Internacional sobre la situación de las personas negras, en el Madison Square Garden, en Nueva York, el 31 de agosto de 1920, que las Naciones Unidas también elevaron, en el 2021, a celebración universal, para reconocer y promover las contribuciones de las personas afrodescendientes en todo el mundo, así como para luchar contra la discriminación racial y el racismo, todavía existente en muchas partes del mundo.
Antes de 1821, y antes de la Declaración de España, de Independencia los negros en el continente, en los virreinatos, como el de México, y en las Capitanías Generales, como la de Guatemala, eran esclavos, y en general no había ciudadanos. La población española, peninsular o criolla, era la que gozaba y tenía los reconocimientos sociales, políticos y culturales fundamentales. La sociedad colonial española era una sociedad de castas o grupos sociales, dividida en dos grandes grupos, los españoles y los que no lo eran. Había una división social que abarcaba casi una veintena de denominaciones de los distintos grupos sociales que no eran peninsulares o criollos, que de manera simple, los podíamos reunir en esclavos, vasallos y siervos de la gleba.
En el Acta de Independencia de Guatemala, del 15 de setiembre de 1821, al comunicar Guatemala su decisión de Independencia al resto de las Provincias, en su artículo 4, señaló que se debían elegir diputados para reunirse en un Congreso, en 1822, para conocer de estos sucesos de la Independencia, y que se debían nombrar esos los diputados «sin excluir de la ciudadanía a los originarios de África», con lo cual les reconocía la condición de ciudadanos, de Hombres Libres y con Derechos, entre ellos, en ese momento, el de poder elegir y ser electos diputados.
El Congreso de la República Federal de Centroamérica, oficialmente eliminó la esclavitud en Centroamérica en 1824, cuando se formalizó esa abolición en la Constitución Federal de Centroamérica del 17 de abril de 1824.
Dicho de otra manera, la Independencia de España, el establecimiento de Repúblicas, de regímenes republicanos fue lo que estableció las condiciones para la igualdad social y para la inexistencia de esclavos.
Por eso el 31 de agosto, como fecha nacional principal a celebrar, de manera oficial, debe ser la de la Fundación de la República.
Es una fecha para exaltar la importancia del régimen republicano, de sus valores políticos y valores del sistema democrático, como son la Igualdad, la Libertad, la Fraternidad, la Tolerancia y el Respeto para las distintas ideas, personas, derechos y libertades, el Orden, la Honestidad, la Solidaridad, el Pluralismo político, la Justicia Social, el Bien Común, la Legalidad, la Justicia, la Participación Ciudadana, las libertades de prensa, de información, de pensamiento, de educación y de la opinión pública.
Es también una fecha para exaltar el respeto al Estado de Derecho, que es el respeto a la independencia, autonomía y soberanía de los Poderes del Estado, de los poderes Ejecutivo, Legislativo, Judicial y Electoral, que tienen funciones propias, exclusivas e indelegables.
Así se constituyó el Estado de Derecho de Costa Rica desde 1825, desde hace 200 años, sin que este acontecimiento, esta celebración bicentenaria del Estado de Derecho haya tenido ninguna relevancia nacional.
Está claro que quien encabeza hoy el Poder Ejecutivo no tiene ningún respeto republicano, por la estructurade poderes públicos del país, y que desearía dirigirlos desde la Casa Presidencial, ordenándoles sus quehaceres propios.
La Corte Suprema de Justicia, la Asamblea Legislativa y el Tribunal Supremo de Elecciones, están debiéndole a la comunidad nacional, al pueblo costarricense, al sistema republicano y a la Democracia como sistema de vida nacional, esta celebración, propia de cada uno de los poderes, destacando su importancia y validez institucional en el desarrollo nacional democrático que hemos construido en estos 200 años.
Así, al iniciar, el Mes de la Patria, proyectado hasta el 29 de octubre próximo, está el tiempo para que reflexionemos sobre la Costa Rica que hemos construido, la que tenemos y la que queremos tener en el futuro.
Las elecciones próximas permitirán levemente tener una idea de cómo ven esta Costa Rica los que aspiran a dirigir el Poder Ejecutivo de Costa Rica, con relación a este Estado Derecho y el respecto a los valores políticos fundamentales de la sociedad costarricense, republicana y democrática, que son parte del ser costarricense.
Hay tendencias peligrosas que amenazan este desarrollo. Son tendencias autoritarias, despóticas, tiránicas, militaristas, nazifascistas por su esencia, poco democráticas, interesadas en acabar con el Estado de Derecho, con el Estado Social de Derecho y con las libertades y derechos fundamentales de los costarricenses.
El Mes de la Patria debe provocarnos a pensar sobre la Costa Rica que queremos. Debe inviarnos a reflexionar, analizar y decir qué Costa Rica queremos construir en el futuro inmediato y percibir la Costa Rica del largo plazo, la que exige un Pacto Nacional para impulsarla.
– Historiador