¿Está cumpliendo el país con los compromisos adquiridos en el Acuerdo de París sobre el cambio climático? (II)
Roberto Dobles
roberto.dobles@gmail.com
- El Gobierno adquirió en el 2015 un compromiso voluntario internacional, dentro del marco del tratado internacional llamado Acuerdo de París, el cual se ha venido incumpliendo desde el inicio. Este compromiso fue el de lograr una trayectoria de emisiones decrecientes de gases de efecto invernadero (GEI) de manera continua en el tiempo.
- Para adquirir dicho compromiso dentro del marco de este tratado internacional no se realizaron los estudios rigurosos que eran necesarios.
- Se utilizó como base fundamental la información contenida en el Inventario Nacional de Emisiones de Gases de Efecto Invernadero del 2012 porque el estudio de las emisiones nacionales de GEI del 2015 fue elaborado hasta el 2019.
- La trayectoria real de las emisiones nacionales de estos gases ha sido creciente y va en sentido contrario al compromiso adquirido internacionalmente de lograr una trayectoria de emisiones decrecientes con base en las emisiones del 2012.
- Los inventarios oficiales nacionales de emisiones de GEI del 2005, 2010, 2012 y 2015 han mostrado la existencia de una fuerte tendencia sostenida de crecimiento en los tres sectores que en 2015 representaron el 98,4% de las emisiones totales nacionales.
Estos tres sectores son Energía (67.1%), Residuos (19.2%%) y Procesos Industriales y Uso de Productos (12.1%).
- No existe actualmente un nuevo inventario nacional de GEI después del inventario sobre las emisiones del 2015 publicado en el 2019.
- Si bien no existe actualmente información públicamente disponible para calcular las emisiones después del 2015 de todos los sectores, al menos sí existen datos públicos del subsector petrolero que permiten aproximar las emisiones pasadas y futuras previsibles de este subsector, el cual es el principal emisor del Sector Energía y del país.
Como el subsector petrolero es por mucho el principal emisor de GEI del país y a falta de información oficial de las emisiones nacionales después del 2015, es importante, al menos en este momento, poder valorar de manera aproximativa la trayectoria real de emisiones de este importante subsector después de ese año y poder proyectarla en el mediano y largo plazo con base en datos oficiales públicamente disponibles del Gobierno y de sus instituciones.
1. Evolución del subsector petrolero dentro del sector energía
Este subsector está basado en crecientes importaciones de derivados de petróleo explorado, producido y refinado en el extranjero (básicamente en los EE.UU.), los cuales son transportados de manera continua al país en barcos petroleros.
Una característica de este subsector es que el consumo petrolero nacional viene creciendo mucho más rápido que el consumo de las energías renovables nacionales.
Esta es la razón por la cual la participación del consumo de los derivados de petróleo importados dentro del consumo energético nacional ha estado creciendo desde el 2015, año en que se adquirió el compromiso internacional de reducir continuamente las emisiones de GEI.
De acuerdo con el balance energético del 2015, el consumo petrolero nacional de este subsector representó el 61,5% de la energía consumida en el país, donde las energía renovables nacionales representaron el 38,7%%.
En el 2019, el sector petrolero del país representó el 64,3% del consumo nacional de energía y las energías renovables nacionales el 34,7%.
Entre el 2015 y el 2019 la participación del consumo de derivados de petróleo importados en la matriz energética nacional aumentó así un 3,1%% y el consumo de energías renovables nacionales disminuyó en un 4%.
Esta tendencia provoca una trayectoria de alto crecimiento de las emisiones de GEI en el principal sector emisor del país.
La política energética nacional de escritorio, basada en dogmas e ideologías, que además no tiene capacidad de ejecutoria ni rectoría y que bloquea gran cantidad de las soluciones energéticas que están emergiendo en el mundo, es la responsable, por acción y por omisión, de los resultados nefastos que muestran la cruda realidad anterior de la energía del país.
El crecimiento acelerado del subsector petrolero nacional, por encima del crecimiento de las caras energías renovables nacionales, se da a pesar del raquítico crecimiento económico que el país ha venido teniendo después de la firma del Acuerdo de París en el 2015.
Es importante llamar la atención que al no haberse dado ningún cambio estructural en el sector energía nacional como consecuencia de la política energética omisiva y sesgada, el consumo petrolero y las correspondientes emisiones de GEI se acelerarán aún más en el futuro cuando la economía del país empiece a crecer más rápidamente.
2. Magnitud de las emisiones del subsector petrolero
Para determinar de manera aproximada la magnitud de las emisiones de GEI con respecto a las emisiones nacionales se utilizaron los datos contenidos en el inventario de las emisiones de GEI del 2015 del sector energía (que representó el 67.1% del total de las emisiones), las ventas nacionales de derivados de petróleo del 2015 reportadas por RECOPE y los factores oficiales de emisión de CO2 en kg por litro de cada uno de los combustibles vendidos ese año.
Este cálculo mostró lo siguiente para el año 2015:
- El consumo petrolero nacional representó el 91,7% de las emisiones del sector energía y las emisiones de los otros subsectores del sector energía representaron el 8,3%.
- Las emisiones asociadas al consumo petrolero nacional representaron el 61,5% de las emisiones totales nacionales (casi las dos terceras partes) y las de los otros subsectores del sector energía el 5,6%.
3. Evolución de las emisiones del sector energía como principal sector emisor a partir del 2012
Se utiliza el año 2012 como año de referencia porque este fue el año de referencia que se utilizó como base de inicio para adquirir el compromiso de reducir drásticamente las emisiones de GEI.
Recordemos que el Inventario Nacional de Emisiones de Gases de Efecto Invernadero del 2015 fue publicado hasta el 2019, por lo que la información sobre las emisiones para ese año no existía en el momento en que se adquirió el compromiso voluntario internacional.
El cálculo para aproximar las emisiones del consumo petrolero nacional lo realicé con la siguiente información disponible públicamente:
- Los datos de RECOPE sobre las ventas reales nacionales (anuales y mensuales) y las proyecciones de ventas a largo plazo de los derivados de petróleo importados.
- Los factores de emisión de gases de efecto invernadero (en kg de CO2 por litro de cada derivado de petróleo) que son nacional e internacionalmente utilizados.
Estos cálculos ratifican que las emisiones del más importante emisor del país continúan creciendo rápidamente e impulsando velozmente las emisiones nacionales y que el compromiso internacionalmente adquirido de reducción de las emisiones nacionales se está incumpliendo totalmente desde el inicio de la firma del Acuerdo de París.
Las proyecciones de consumo de RECOPE, que se utilizan también para el desarrollo de la infraestructura petrolera nacional, confirman que las emisiones nacionales de gases de efecto invernadero en el futuro van a continuar creciendo ya que las proyecciones del consumo de derivados de petróleo del país están aumentando aceleradamente.
Los datos sobre las ventas nacionales de RECOPE pasadas después del 2012 y proyectas hacia el futuro (hasta el 2039) son los correspondientes a los principales derivados de petróleo importados (Gasolinas Súper y Regular, Diésel, Búnker, Queroseno, LPG y Jet Fuel) y muestran la siguiente trayectoria de emisiones de CO2:
- 2012: 6.398,3 Gg
- 2015: 6.693,9 Gg (+4,6%)
- 2019: 7.533,7 Gg (+17,7%)
- 2021: 8.002,1 Gg (+25,1%)
- 2030: 9.229,1 Gg (+44,2%)
- 2039: 10.489,1 Gg (+63,9%)
4. Conclusiones
Lo señalado en la columna anterior y en esta columna muestra que era evidente desde el inicio que el país no iba a lograr la drástica trayectoria de emisiones decrecientes a la que se comprometió formalmente dentro del marco del Acuerdo de París.
Es claro que las crecientes emisiones del consumo nacional de derivados de petróleo importados, que por mucho representan las principales emisiones de GEI del país, continúan impulsando fuertemente las emisiones nacionales actuales y proyectadas.
Es muy posible que las emisiones de otros sectores emisores de GEI, para los cuales no hay información públicamente disponible para hacer cálculos aproximativos, continúen creciendo.
El compromiso voluntario adquirido internacionalmente de gran magnitud requería de previo de un plan muy sólido asociado a capacidades de ejecución muy fuertes y amplias (financieras, fiscales, técnicas, económicas, sociales, políticas, etc.).
Ese plan sólido apegado a la realidad con capacidades fuertes y amplias de ejecución nunca existió ni existe actualmente. Consecuentemente, en ausencia de cambios estructurales, las emisiones seguirán creciendo.
Por otro lado, el Plan Nacional de Descarbonización no está teniendo ningún impacto relevante en reducir las crecientes emisiones nacionales de GEI por no estar ajustado a la realidad nacional y porque en la vida real no tiene las capacidades de ejecución requeridas.
En el país, la política y los planes energéticos de escritorio sin capacidades de ejecutoria e ideológicamente sesgados (como si la energía fuera un asunto de ideología) son muy omisos en áreas fundamentales, incluyendo las siguientes que se observan en las políticas energéticas de los países del mundo:
- Economía básica (incluyendo costos bajos, competitividad energética creciente y competencia entre las diferentes fuentes de energía).
- Renovación y actualización energética continua de bajo costo y sostenible, impulsadas por los permanentes adelantos tecnológicos que están potenciando con fuentes de energía.
- Diversificación energética creciente.
- Seguridad energética.
La ausencia de un plan integral y transversal sólido y basado en realidades y en áreas fundamentales como las anteriores, asociado a capacidades de ejecución fuertes y amplias, es la causa principal de que a la fecha no se han dado cambios relevantes en ninguno de los sectores emisores, razón por la cual las emisiones nacionales de GEI seguirán creciendo aceleradamente.
Con la estructura actual de las emisiones de GEI de los diversos sectores, es previsible que si la economía crece en el futuro a un ritmo mayor de lo que ha crecido en promedio del 2015 a la fecha, las emisiones nacionales de GEI crecerán también a un ritmo mayor.
Finalmente, el país está incumpliendo de manera total con el compromiso internacional adquirido dentro del marco del Acuerdo de París, ya que no solamente no se enrumbó hacia una trayectoria de reducción de las emisiones nacionales de GEI, sino que más bien se encuentra en una trayectoria de aumento constante de las emisiones totalmente contraria a lo que se había comprometido.