Culpa compartida

Cuaderno de Vida

Gustavo Elizondo Fallas

Gustavo Elizondo

No tenemos duda que el principal causante de esta crisis energética que sufre el mundo es un loco imperialista, ambicioso, inhumano, cínico y demás epítetos que le quieran endosar a este hijo de satán, fotocopia de Stalin y Hitler. Pero el resto del mundo, en especial los países poderosos, dependientes de los hidrocarburos, han reaccionado muy lento, en la búsqueda de alternativas que reduzcan la dependencia de este oleo negro que sale de las profundidades de la tierra y que desgraciadamente está en manos de regímenes agresores, que les interesa muy poco el bienestar de la humanidad, ellos están más preocupados en usar la riqueza subterránea que les dio natura, para satisfacer sus ambiciones de poder económico y político.

La primera crisis se da en 1973, hace casi 50 años cuando la OPEP decide castigar a los países aliados a Israel, con la medida de no venderles petróleo, aparte de reducir la producción y provocar un costo muy alto para cada barril, cuatro veces más que el precio de 1970, unos $70 trayéndolo a valor actual. En 1979, la guerra entre Irán e Irak con la caída del Sha de por medio, llevó el precio a un valor actual de $144, generando un fuerte golpe a las economías del mundo que no estaban preparadas para este incremento, en cuenta Costa Rica que sufrió la crisis económica más grande de su historia. Los años posteriores fueron de una estabilidad relativa con tendencia a la baja, hasta llegar al 2008 donde una nueva escalada de precios se juntó con la crisis inmobiliaria que afectó en especial a EEUU. A partir de allí, este país mejoró las técnicas de extracción mediante el “fracking” y al bajar su presión sobre la demanda mundial, los países de la OPEP se tranquilizaron con el tema de precios e incluso se dio una baja, incentivada aún más por la recesión de la pandemia. Ahora vino este demente y con la agresión a Ucrania, complicó el suministro y provocó una elevación de precios que le dio una cachetada a la economía mundial.

En estas 5 décadas, a pesar de soportar las crisis y conociendo el impacto ambiental que significa la explotación petrolera, la investigación y aplicación de nuevas alternativas que no dependan de los hidrocarburos han sido tibias, se siguen construyendo por miles vehículos movidos por diésel o gasolina, se mantienen industrias dependientes del petróleo y se siguen produciendo artículos con materias primas originadas a partir de hidrocarburos y sus derivados. Se dice que detrás de la lentitud del avance de energías alternativas se encuentran las mismas compañías petroleras, todopoderosas; en el caso de EEUU, se habla de la influencia de los petroleros de Texas, reconocidos financistas en especial del partido Republicano.

En Costa Rica se abortó el proyecto de biocombustibles, alegando daños en los motores que nunca fuero comprobados y los defensores del proyecto, encabezados por el mismo RECOPE, se dejaron acallar por voces venidas de la Asamblea Legislativa y del gremio de los transportistas, un poco irónico, por cierto.

Ya nos volvió a golpear la crisis, no queda más que tomar medidas paliativas para bajar el consumo; algunas que se nos ocurren:

  1. Mejorar la movilidad; en áreas urbanas mediante trazados inteligentes que consideren los flujos vehiculares y en carretera, controlar el paso de vehículos pesados, claros entorpecedores de la velocidad crucero que deben tener los vehículos.
  2. Incentivar a las empresas para que implementen traslado colectivo de sus trabajadores desde centros de población a sus plantas y oficinas.
  3. Readecuar el cobro del marchamo hacia el estímulo del uso de vehículos compactos o al menos con sello de eficiencia energética, con la distinción de vehículos de trabajo y de servicios remunerados de pasajeros.
  4. Implementar con mayor fuerza la movilidad eléctrica, con el impulso al ingreso de vehículos eléctricos e híbridos, a la vez que se graven paulatinamente los vehículos de combustibles fósiles y que, de una vez por todas, se avance con el Tren Eléctrico Metropolitano (TEM), sin hacer caso a los “agüizotes” enemigos con el cuento que es un capricho de la primera Dama.
  5. En esta línea, se deben buscar maneras de estimular el transporte colectivo de pasajeros, con más vías exclusivas para autobuses, pero que además las autoridades de tránsito las hagan respetar y de una vez por todas, en función al TEM, reorganizar e integrar las rutas de los autobuses, procurando maximizar la ocupación de las unidades y reducir la cantidad que ingresa al casco metropolitano.
  6. Capacitación en medios de comunicación y redes sociales sobre buenas prácticas de conducción, una parte importante del exceso de consumo de combustibles se da por la ignorancia de los conductores que ni siquiera conocen el concepto de velocidad crucero.
  7. Acelerar el proyecto de atención de “OBIS”, en esos puntos donde se pasa de dos carriles a uno, las presas son entorpecedoras del flujo normal de vehículos.
  8. Acondicionar los peajes de vehículos livianos con horarios que incentiven el uso de los vehículos fuera de las horas pico, por ejemplo, reducir el costo de 9 a.m. a 12 m y de 2 a 5 p.m. además del período nocturno.
  9. El tema del hidrógeno es una alternativa que puede ser poderosa, pero a un mediano y largo plazo, no hay que perderla de vista pero hay que darle tiempo.

Son ideas de un lego en la materia, un simple ciudadano de a pie, pero en el MOPT, COSEVI, Colegio de Ingenieros, Comisiones de Energía y en la Academia, existen profesionales que nos pueden proporcionar más alternativas, les hago un llamado para que contribuyan a que Costa Rica salga de este bache.

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Un comentario

  1. Una vez más nos tomó desprevenidos.

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