Costarricenses:
Perversos intereses pueden estar tratando de destruir nuestra armonía y de azuzar el odio y la xenofobia. No permitamos caer en la tentación.
Somos un pueblo fruto de las inmigraciones desde nuestro propio origen, cuando nuestros antepasados indígenas se desprendieron de la gran migración a través de América y se ubicaron en estos valles, llanuras y montañas encantados por sus bosques y su fauna. Luego vinieron europeos, africanos y asiáticos. Nuestros vecinos nicaragüenses han colaborado con el progreso nacional.
Nuestra República se fundó en la concordia. El primer Jefe de Estado nos enrumbó al bienestar mediante el trabajo en paz, y el primer Presidente nos dedicó a la democracia y a la educación. Ciertamente tenemos el derecho y la obligación de proteger nuestra cultura y nuestra identidad y a recuperar la seguridad ciudadana. Y como atinadamente lo ha señalado el Sr. Presidente, debemos protegernos con todos los posibles controles migratorios para evitar el ingreso de personas indeseables.
Pero el odio y la xenofobia degradan a las personas y han llevado a la guerra a muchas naciones, causando muerte y destrucción.
El espíritu generoso, amable y cordial de los costarricenses es antagónico con esos sentimientos.
Para resolver nuestros problemas requerimos vivir en paz. No permitamos que se ponga en riesgo nuestra vida fraterna.
Con el gran cariño que les debemos y con honda preocupación los convocamos a la paz.
Oscar Arias Sánchez
Rafael Angel Calderón Fournier
José María Figueres Olsen
Miguel Angel Rodríguez Echeverría
Abel Pacheco de la Espriella
Laura Chinchilla Miranda
Luis Guillermo Solís Rivera
Certifico que la señora y los señores expresidentes han suscrito esta declaración, Miguel Angel Rodríguez E. San José, 21 de agosto de 2018.