¿Cómo entender los alcances de la cultura de confianza…?

Cuando se pierden los valores…somos vulnerables al entorno…

Caryl Alonso Jiménez

Caryl Alonso

Pocas palabras en el idioma tienen alto significado en el contexto de la vida, que curiosamente los códigos ocultos del instrumental de la estrategia de manipulación no lo definen intencionadamente… más allá que ese sea su objetivo final.

¡Confianza…! Una de las más potentes palabras del idioma español cargadas de los megatones emocionales capaces de volcar gigantescas y extraordinarias cruzadas colectivas, o hasta las pasiones más eternas de los segundos…

Pero resulta que, aunque no se crea, ninguna campaña del arte de vender ficciones como las tramas virtuales, el marketing publicitario, el discurso y la narrativa del político en las estrategias del engaño público, no hablan de confianza. Pero, ¿Por qué no lo hablan?

Al parecer los códigos ocultos del idioma no tienen todavía ese arte de la verbalización que sea capaz de explicar con la mesura y la prudencia suficiente el tamaño y carga de profundidad que contiene su valor, intensidad e intencionalidad.

La primera confianza que registra la historia teológica de todos los tiempos y de inmensas interpretaciones e implicaciones sociales, económicas y políticas, es la narrativa de Moisés en el libro del Éxodo (Valera, 1960). Se trataba de esperanza, pero también de un elevado sentido de testimonio y ejemplo.

Es verdad, los escenarios de la realidad global tienen fuerzas sustentadas en la libertad que otorgan el emprendimiento para construir y detonar proezas financieras, religiosas, políticas, colectivas y hasta individuales con rasgos casi míticos.

Pero, podemos engañarnos haciendo de la ficción histórica un emotivo imaginario de paisajes, que nunca serán de país, como decía Nicanor Parra (1969). Valdrá preguntarse entonces, ¿cuántos tienen la garantía hipotecaria y los caudales suficientes para disponer del emprendimiento como un ejercicio de inserción a la vida productiva? Excepto por la herencia, el resto se debatirá entre las franjas grises de la economía o con un salario mínimo que requiere 215 años de acumulación para obtener un activo en el mercado inmobiliario de hoy.

¿Cómo construir confianza? La confianza, tal como lo define la RAE (2020), es la “esperanza firme que se tiene de alguien o algo, seguridad que alguien tiene de sí mismo”.

No me cabe la menor duda, el tamaño de un pueblo se mide por la fuerza de sus convicciones… Pero, ¿cómo surgen las motivaciones para encender altos grados de esperanza? En lo público no hay otra explicación: es por la forma como se construyen los canales de ascenso social y el modelo estable de Estado. Dinamarca es un ejemplo; que por cierto en 1950 se encontraba en las condiciones de devastación de la posguerra y Guatemala, ostentaba una de las democracias institucionales envidiables…

Para el 2010 Guatemala se encontraba entre los puestos arriba de 126 del Ranking Mundial del IDH. Ese mismo año 2010, Dinamarca era el primer país del mundo en el ranking del Índice de Desarrollo Humano hasta el día hoy. Una comparación que dependiendo el ojo del tamaño del privilegio, así será la explicación o la justificación… ¿Cuál es la causa de la diferencia? Seguro, la historia crítica siempre tiene esas respuestas.

Pero a nivel individual, ¿Cómo se miden y qué indicadores son los más cercanos para evaluar la confianza? Una las más importantes variables e incontestables es el testimonio, que permite ver el retrato de la integridad (hacer de verdad lo que decimos y somos).

Y la otra variable, el ejemplo, que significa mostrar en el comportamiento cotidiano (la familia, el trabajo y la vida social), la carga de valores que nos distingue frente a la realidad de las decisiones.

Si es verdad, tal como afirma la RAE, que la confianza es esperanza, ¿cómo se vincula al testimonio y al ejemplo? Ese es el debate en la complejidad contemporánea…

Sin embargo, ¿Qué es lo que incita a comportamientos por encima de la normalidad cotidiana?, al parecer la adrenalina para acelerar la fuerza física; la oxitocina, para conductas placenteras, la serotonina que alimenta nuestra importancia frente los demás y la endorfina, que nos provee la respuesta al dolor y al miedo. Aunque la química biológica provee estos aditamentos… siempre será en el entorno social construye el derrotero de la realización.

Tiene razón Ricardo Castro, “la desconfianza no es solo un fenómeno psicológico; es una fractura social y simbólica…Si la política no recupera la capacidad de decir la verdad —y de vivir conforme a ella—, la sociedad terminará hablándose a sí misma, sin interlocutores, entre la desilusión y la ironía” (8.11.2025, Revista Poder).

Valdrá recordar que el comportamiento ejemplar siempre creara olas capaces alcanzar el efecto Mariposa (Lorenz, 1963), porque finalmente, si el testimonio y el ejemplo tienen la fuerza desencadenante y energía expansiva (Hahn, 1939), que capaces de crear escenarios de esperanza… Si lo hacen se confirma la tesis. Pero, ¿lo querrán hacerlo…?

De verdad, ¿Estamos dispuestos a medirnos con la métrica de los valores que construyen la esperanza para el presente y el futuro? Pero, ¿Estaremos dispuestos al examen del ejemplo y el testimonio…?

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