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La celebración del Bicentenario de la incorporación del Partido de Nicoya a Costa Rica debe hacerse el 25 de julio y no el 29
Vladimir de la Cruz
vladimirdelacruz@hotmail.com
En este caso, como en los que se mueven las fechas nacionales, se manifiesta una política de gobiernos y de Estado que se ha venido realizando desde hace varios años de trasladar los feriados nacionales, de la fechas patrias y efemérides nacionales, al lunes siguiente del día que corresponde. Es una práctica política, más que cultural e histórica, que conduce a dañar la educación cívica, la formación ciudadana, el culto por los valores nacionales. Se justificó, por quienes así procedieron a cambiar esas fechas, para indicar que se podían celebrar más concentradamente esos fines de semana largos en disfrutar de unas especiales “vacaciones”, lo cual no es cierto.
El turismo extranjero que llega a los tres millones de personas al año abarrota los hoteles de las costas nacionales, y los lugares que se promueven en el exterior como sitios exóticos para visitar en el país. Los extranjeros que visitan Costa Rica no necesitan esa ampliación de los fines de semana, que producen con el movimiento de las fechas patrióticas nacionales, para venir. Vienen porque disponen de dinero y de sus días para pasear, turistear y conocer nuevos lugares.
Desde el punto de vista de la educación y la cultura nacional tampoco es lo mismo. Se reduce en la práctica la intensidad de las celebraciones correspondientes a esas fechas, su valor cívico y ciudadano; su importancia en la Historia nacional.
En el caso del Bicentenario de la incorporación de Nicoya, las municipalidades, no solo de Nicoya, Santa Cruz y Liberia, que correspondieron históricamente a viejo Partido de Nicoya, deben moverse para exigir que el 25 de julio se celebre el 25 de julio y no el 29. Todas las municipalidades de la Provincia de Guanacaste deberían moverse en esa misma dirección.
La Fiesta de la Anexión, como se la llama, es de toda la Provincia y es la celebración regional más importante que se celebra como una fiesta nacional.
Los diputados que representan a la Provincia de Guanacaste, en esta celebración, deberían comportarse como diputados provinciales y defender la celebración del Bicentenario de la Anexión exigiendo que se realice el mismo 25 de julio. Si no lo hacen, que no se comporten hipócritamente haciendo discursos sobre ese bicentenario, y sobre haciendo sentir falsamente, en su sangre, en sus venas, sus raíces guanacastecas.
La Ministra de Cultura es guanacasteca. ¿Cómo se le pasa esta fecha en los días feriados que anunciaron este año? ¿Para ella, tendrá importancia esta celebración? ¿Qué discurso podrá preparar para esa fecha? Se puede entender que al Presidente Rodrigo Chaves le resbale este tipo de situaciones y celebraciones, porque ha vivido mucho tiempo fuera de Costa Rica, y está, en cierta forma, desarraigado y sin raíces culturales nacionales.
Las próximas elecciones municipales en Guanacaste deben servir, y pueden servir, para ver de qué lado están los candidatos a alcaldes, regidores y síndicos municipales, en asuntos como éste. Pueden servir para ver con cuanta intensidad se identifican esos candidatos con las fechas patrias y regionales guanacastecas; con la cultura y la historia guanacasteca. Ningún candidato hasta ahora lo he oído pronunciarse por respetar esta celebración en su fecha original.
En la cultura cívica, en la formación ciudadana, están las raíces de las bases democráticas nacionales. Sin ellas la aculturación poco a poco, y más aceleradamente, se irá imponiendo. No faltará quien en poco tiempo intente sustituir los toros nacionales por la realización de rodeos al estilo norteamericano, en Guanacaste… así como han ido metiendo el Halloween y el Día de Acción de Gracias, “Thanksgiving”, fiestas típicas de los Estados Unidos, que ya forman parte de la cultura comercial nacional.
Insisto, la celebración del Bicentenario de la incorporación del Partido de Nicoya a Costa Rica debe hacerse el 25 de julio y no el 29. Esperemos que quienes tengan que decidir esto tengan sangre costarricense en sus venas y no orchata.
